Lo Que Tu Mano Encuentre Para Hacer - Significado Y La Meditación
"Cualquier cosa que tu mano encuentre para hacer, hazla con todas tus fuerzas, porque en el reino de los muertos, donde vas, no hay trabajo, ni planificación, ni conocimiento, ni sabiduría". (Eclesiastés 9:10, NVI).
Muchas personas sólo leen la primera parte de este versículo y piensan que significa que cualquier esfuerzo que hagamos y nos dediquemos tendrá éxito.
Otros piensan en el pasaje del Nuevo Testamento en el que el apóstol Pablo nos exhorta a trabajar fielmente para Dios allí donde nos coloque (Colosenses 3:23). Sin embargo, cualquiera que haya leído el Eclesiastés con una mente atenta verá que el autor pretende una conclusión muy diferente:
#1. Revelación de sabias enseñanzas
El Eclesiastés es uno de los libros más singulares de la Biblia. Es un tesoro de sabiduría y perspicacia del que todos los creyentes pueden aprender. Tradicionalmente se atribuye al rey Salomón, considerado la persona más sabia que ha existido (1 Reyes 3:12, 28). Es conocido por el gran periodo de prosperidad del reino unido de Israel, así como por la construcción del primer Templo del Señor.
Por otro lado, escribió gran parte del libro de los Proverbios, que funciona como una colección de sus sabios dichos (Proverbios 10:1). Aunque nunca se nombra explícitamente a Salomón como autor del libro del Eclesiastés, se identifica como "el Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén" (Eclesiastés 1:1).
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No Seas Sabio En Tus Propios Ojos - Significado y Meditación#2. Pruebas insatisfactorias y sin valor
A continuación, el libro serpentea por un camino hacia lo que Salomón espera que sea el sentido de la vida. Está empeñado en encontrar algo que dé sentido a la vida, pero fracasa (Eclesiastés 1:2).
Prueba la sabiduría (Eclesiastés 1:13), el placer (Eclesiastés 2:1), el sentido común (Eclesiastés 2:12) y el trabajo duro (Eclesiastés 2:18). Cada uno de ellos acaba por decepcionarle, ya que considera que son inútiles en su intento de aportar una paz duradera a su mente.
Podemos aprender de esta lección a no confiar en las cosas hechas por el hombre. Podemos lanzarnos de cabeza a nuestras carreras, buscar placeres de todo tipo, buscar consuelo en las relaciones y los seres queridos, y gastar nuestro tiempo y energía en adquirir sabiduría, riqueza, poder y cualquier otra cosa que sólo nos deje insatisfechos. Todo esto sólo puede conducir a la "vanidad y a la vejación del espíritu" (Eclesiastés 2:25).
#3. El trabajo finalmente desperdiciado
El autor también proporciona pequeños segmentos de buenos consejos en medio de sus expresiones de frustración ante el vacío que encuentra a cada paso. Señala que hay un momento apropiado para una vida de sentimientos y emociones (Eclesiastés 3:1). Ofrece un claro contraste entre la sabiduría y la locura, describiendo la sabiduría como el mejor camino (Eclesiastés 7:10).
Pero lo más importante es que Salomón tiene una visión baja de la vida. En innumerables lugares de su libro, se lamenta de que lo que hacemos en esta vida no importa. Todos hemos oído la expresión "No te lo puedes llevar contigo". Este dicho puede tener su origen en el Eclesiastés. No podemos llevarnos nada de nuestra riqueza cuando morimos, sino que se transmite a nuestros hijos, y no tenemos ningún control sobre cómo se utiliza en ese momento.
Nuestro trabajo se reducirá a la nada, nuestra sabiduría no aporta ningún beneficio duradero, y no importa si somos ricos o pobres; todos encontraremos el mismo destino en la tumba. Cínico y agotado por su búsqueda, el autor llega a la conclusión de que debemos limitarnos a hacer lo mejor posible y disfrutar lo que podamos de la vida (Eclesiastés 2:24-25).
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Aunque pueda parecer fatalista y sin sentido, el autor admite que, de todas formas, todo en esta vida procede de Dios (Eclesiastés 3:14), y esta línea de pensamiento continúa a lo largo del resto del libro. Mientras busca en vano una respuesta terrenal a su pregunta, vuelve una y otra vez al trono de Dios y aboga por la observancia escrupulosa de la Ley y la fidelidad a Su pacto (Eclesiastés 5:1-7).
Se dice que la sabiduría y la bondad vienen de Dios, y que la maldad llevará a la destrucción. De este modo, Salomón llega al verdadero sentido de la vida. Algunas épocas de nuestra vida pueden parecer inútiles, pero debemos recordar que Dios hace el bien a través de todo ello (Romanos 8:28).
En esos momentos, dice el Eclesiastés, lo mejor es recordar simplemente que Dios nos ha dado placeres sencillos que pueden alegrarnos el día en medio de todo. Y cuando nos preguntemos qué propósito sobrenatural anima nuestras vidas, debemos recordar que hay bendiciones en lo mundano, y que el favor de Dios puede verse en nuestros esfuerzos.
Conclusión
Lo que hacemos es importante. Lo que decimos importa. Y no debemos sentirnos culpables por encontrar luz y alegría en medio de nuestras luchas. Dios es el Autor de todas las cosas buenas, y eso incluye la seguridad de una relación, la alegría creada por las vistas, los sonidos y los olores, y la satisfacción de un trabajo bien hecho.
Mientras alineemos nuestro trabajo con la voluntad de Dios y seamos fieles a buscarle a Él en primer lugar, debemos reclamar la libertad que tenemos para poner todo en nuestro trabajo y esforzarnos por tener éxito. Aunque sólo sea temporal, es un regalo de Dios, y debemos estarle agradecidos por habérnoslo dado.
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