Cómo Tratar Con Personas Y Situaciones Difíciles: 3 Consejos Y Ejemplos

Las personas y las situaciones difíciles son una realidad que todos enfrentamos en algún momento de nuestra vida. Ya sea en el ámbito familiar, laboral, social o eclesial, podemos encontrarnos con personas que nos ofenden, nos critican, nos ignoran, nos manipulan o nos agreden. También podemos enfrentar situaciones que nos causan estrés, ansiedad, frustración, dolor o temor.

¿Cómo podemos tratar con estas personas y situaciones difíciles de una manera que honre a Dios y que nos beneficie a nosotros y a los demás? En este artículo, vamos a ofrecer algunos consejos y ejemplos, con fundamentos bíblicos y con una estructura clara y ordenada.

Cómo Tratar Con Personas Y Situaciones Difíciles

Índice
  1. 1. Reconocer la soberanía de Dios
  2. 2. Buscar la sabiduría de Dios
  3. 3. Imitar el ejemplo de Cristo
  4. Preguntas frecuentes
    1. ¿Qué son las personas y las situaciones difíciles y cómo se identifican?
    2. ¿Por qué existen las personas y las situaciones difíciles y cuál es su propósito?
    3. ¿Qué actitudes debemos tener ante las personas y las situaciones difíciles y cuáles debemos evitar?
    4. ¿Qué recursos tenemos para tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los usamos?
    5. ¿Qué beneficios obtenemos al tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los aprovechamos?
    6. ¿Qué errores cometemos al tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los evitamos?
    7. ¿Qué desafíos enfrentamos al tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los superamos?
    8. ¿Qué testimonios tenemos de personas que han tratado con personas y situaciones difíciles y qué podemos aprender de ellos?
    9. ¿Qué consejos podemos dar a otras personas que están tratando con personas y situaciones difíciles y cómo podemos apoyarlas?
    10. ¿Qué promesas tenemos de Dios para las personas y las situaciones difíciles y cómo las reclamamos?
  5. Conclusión

1. Reconocer la soberanía de Dios

El primer consejo para tratar con personas y situaciones difíciles es reconocer la soberanía de Dios, es decir, su control y su propósito sobre todas las cosas. La Biblia dice que Dios obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad (Efesios 1:11).

Esto significa que nada escapa a su conocimiento, a su poder y a su plan. Dios permite o dispone las personas y las situaciones difíciles que nos tocan vivir, con un fin superior que a veces no entendemos, pero que siempre es bueno y glorioso. Reconocer la soberanía de Dios nos ayuda a tratar con personas y situaciones difíciles de varias maneras:

  • Nos da confianza en que Dios está con nosotros y que no nos abandona. La Biblia dice que Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (Salmo 46:1).
  • Nos da paz porque reconocemos que Dios tiene el control y que no hay nada que pueda frustrar su voluntad. Dios hace que todas las cosas ayuden a bien a los que le aman, a los que son llamados conforme a su propósito (Romanos 8:28).
  • Nos da esperanza porque sabemos que Dios tiene un plan y que lo cumplirá en su tiempo y en su manera. La Biblia dice que los planes de Dios son de paz y no de mal, para darnos un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11).
  • Nos da humildad, puesto que entendemos y reconocemos que Dios sabe más y mejor que nosotros, y que debemos someternos a él. La Biblia dice que Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes (Santiago 4:6).

Un ejemplo de alguien que reconoció la soberanía de Dios en medio de personas y situaciones difíciles fue José, el hijo de Jacob. José fue vendido como esclavo por sus hermanos, acusado falsamente por la esposa de Potifar, olvidado en la cárcel por el copero del faraón y puesto a prueba por el mismo faraón.

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Sin embargo, José nunca perdió la fe ni la confianza en Dios, sino que reconoció que Dios estaba con él y que tenía un propósito para su vida. Al final, Dios lo exaltó y lo usó para salvar a su familia y a Egipto del hambre. José le dijo a sus hermanos: Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo (Génesis 50:20).

2. Buscar la sabiduría de Dios

El segundo consejo para tratar con personas y situaciones difíciles es buscar la sabiduría de Dios, es decir, su conocimiento y su dirección para actuar correctamente. La Biblia dice que la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría humana, que es necia y engañosa.

La sabiduría de Dios es pura, pacífica, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía (Santiago 3:17). Buscar la sabiduría de Dios nos ayuda a tratar con personas y situaciones difíciles de varias maneras:

  • Nos da discernimiento para entender la realidad y las causas de los problemas, y para distinguir el bien del mal. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová, y el conocimiento del Santo es inteligencia (Proverbios 9:10).
  • Nos da consejo para saber qué hacer y qué decir en cada momento, y para evitar errores y conflictos. La Biblia dice que en la multitud de consejeros hay seguridad (Proverbios 11:14).
  • Nos da prudencia para actuar con cautela y con moderación, y para evitar precipitaciones y excesos. La Palabra dice que el avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño (Proverbios 22:3).
  • Nos da solución para resolver los problemas y para restaurar las relaciones, y para evitar el resentimiento y la amargura. La Biblia dice que la respuesta blanda quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor (Proverbios 15:1).

Un ejemplo de alguien que buscó la sabiduría de Dios en medio de personas y situaciones difíciles fue Salomón, el hijo de David. Salomón fue nombrado rey de Israel a una edad temprana, y tuvo que enfrentar la oposición de sus hermanos, la responsabilidad de gobernar un pueblo numeroso y la tentación de desviarse de Dios.

No obstante, Salomón pidió a Dios sabiduría para juzgar a su pueblo con justicia y para discernir entre el bien y el mal. Dios le concedió su petición y le dio una sabiduría tan grande que superó a la de todos los sabios de su tiempo.

Salomón pudo resolver casos difíciles, como el de las dos mujeres que reclamaban el mismo hijo, y pudo escribir muchos proverbios y cánticos que reflejaban la sabiduría de Dios. La Biblia dice que Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar (1 Reyes 4:29).

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3. Imitar el ejemplo de Cristo

El tercer consejo para tratar con personas y situaciones difíciles es imitar el ejemplo de Cristo, es decir, su actitud y su conducta que mostró en su vida terrenal. La Biblia dice que Cristo es nuestro modelo y nuestro maestro, que nos enseñó con su palabra y con su obra cómo vivir una vida que agrada a Dios y que beneficia a los demás. La Biblia dice que el que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo (1 Juan 2:6). Imitar el ejemplo de Cristo nos ayuda a tratar con personas y situaciones difíciles:

  • Nos da amor para tratar a las personas con respeto, con compasión y con perdón, y para buscar su bien y su salvación. Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante (Efesios 5:2).
  • Nos da paciencia para soportar las ofensas, las injurias y las provocaciones, y para no devolver mal por mal, ni insulto por insulto. Cristo, cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente (1 Pedro 2:23).
  • Nos da mansedumbre para tratar a las personas con dulzura, con humildad y con cortesía, y para no ser contenciosos, ni violentos, ni orgullosos. Cristo dijo: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas (Mateo 11:29).
  • Nos da firmeza para mantenernos fieles a la verdad, a la justicia y a la santidad, y para no ceder ante la presión, la tentación o el engaño. La Biblia dice que Cristo dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra (Juan 4:34).

Un ejemplo de alguien que imitó el ejemplo de Cristo en medio de personas y situaciones difíciles fue Esteban, el primer mártir de la iglesia. Esteban fue elegido como uno de los siete diáconos para servir a los necesitados, y se destacó por su fe, su gracia y su poder.

Esteban predicó el evangelio con valentía y con sabiduría, y fue acusado falsamente por algunos judíos, que lo llevaron ante el concilio. Este hombre de Dios, defendió su fe con argumentos irrefutables, y denunció la rebeldía y la dureza de corazón de sus acusadores. Estos, llenos de ira, lo arrastraron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta matarlo.

Siguiendo el ejemplo de Cristo, Esteban oró por sus verdugos y encomendó su espíritu a Dios. La Biblia dice que Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo:

He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió (Hechos 7:55-60).

Preguntas frecuentes

Estas son algunas preguntas frecuentes sobre el tema de personas y situaciones difíciles:

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¿Qué son las personas y las situaciones difíciles y cómo se identifican?

Las personas y las situaciones difíciles son aquellas que nos causan algún tipo de malestar, conflicto, sufrimiento o desafío, y que requieren de nuestra atención, reacción o solución. Se identifican por sus características, como la frecuencia, la intensidad, la duración, la complejidad, la importancia o la trascendencia.

¿Por qué existen las personas y las situaciones difíciles y cuál es su propósito?

Existen por varias razones, como el pecado, el mal, la ignorancia, la debilidad, la diversidad o la providencia. Su propósito puede variar según el plan de Dios, pero en general, tienen el potencial de hacernos crecer, de enseñarnos, de probarnos, de corregirnos, de disciplinarnos, de fortalecernos, de humillarnos, de glorificar a Dios o de bendecir a los demás.

¿Qué actitudes debemos tener ante las personas y las situaciones difíciles y cuáles debemos evitar?

Las actitudes son las que reflejan el carácter de Cristo, como el amor, la paciencia, la mansedumbre, la firmeza, la humildad, la perseverancia, la fe, la esperanza y la gratitud. Las actitudes que debemos evitar son las que reflejan el carácter del mundo, como el odio, la ira, la violencia, la cobardía, el orgullo, el desánimo, la incredulidad, la desesperación y la queja.

¿Qué recursos tenemos para tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los usamos?

Los recursos son los que Dios nos ha dado, como su Palabra, su Espíritu, su gracia, su sabiduría, su poder, su presencia, su pueblo y su promesa. Los usamos de acuerdo con su voluntad, buscándolos, pidiéndolos, recibiendo, aplicándolos, compartiéndolos y agradeciéndolos.

¿Qué beneficios obtenemos al tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los aprovechamos?

Se trata de los que Dios nos concede, como su paz, su gozo, su consuelo, su guía, su protección, su provisión, su madurez, su recompensa y su gloria. Los aprovechamos reconociéndolos, disfrutándolos, testificándolos, multiplicándolos y devolviéndolos.

¿Qué errores cometemos al tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los evitamos?

Los errores que cometemos nos alejan de Dios y de su propósito. Estos pueden ser el rechazo, la negación, la huida, la venganza, la mentira, la manipulación, la indiferencia, la crítica y la murmuración. Podemos evitarlos arrepintiéndonos, confesando, perdonando, pidiendo perdón, restaurando, cooperando, ayudando y bendiciendo.

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¿Qué desafíos enfrentamos al tratar con las personas y las situaciones difíciles y cómo los superamos?

Son los que nos ponen a prueba y nos exigen un mayor esfuerzo, como la resistencia, la oposición, la incomprensión, la duda, el temor, el dolor, la tentación y la persecución. Los superamos confiando en Dios, que es mayor que nuestros problemas, y que nos da la victoria por medio de Jesucristo.

¿Qué testimonios tenemos de personas que han tratado con personas y situaciones difíciles y qué podemos aprender de ellos?

Se trata de los que encontramos en la Biblia y en la historia de la iglesia, como los de Abraham, José, Moisés, David, Daniel, Esteban, Pablo, Pedro, Juan, Martín Lutero, Juan Wesley, William Carey, Hudson Taylor, Corrie ten Boom, Dietrich Bonhoeffer, Billy Graham, entre otros. De ellos podemos aprender su fe, su obediencia, su amor, su santidad, su humildad, su perseverancia, su sabiduría, su servicio, su comunión y su testimonio.

¿Qué consejos podemos dar a otras personas que están tratando con personas y situaciones difíciles y cómo podemos apoyarlas?

Podemos compartir los consejos que hemos visto en este artículo, basados en la Biblia y en la experiencia. Podemos apoyarlas con nuestra oración, nuestra presencia, nuestra escucha, nuestra comprensión, nuestra ayuda, nuestro ánimo, nuestra corrección y nuestra amistad.

¿Qué promesas tenemos de Dios para las personas y las situaciones difíciles y cómo las reclamamos?

En la biblia encontramos promesas, que son muchas y variadas. Algunas de ellas son:

  • No te desampararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5).
  • Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).
  • Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28).
  • Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación (Mateo 5:4).
  • No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo (Isaías 41:10). He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20).

Podemos reclamar estas promesas, creyendo en ellas, recordándolas, declarándolas, agradeciéndolas y compartiéndolas.

Conclusión

Tratar con personas y situaciones difíciles es un reto que todos enfrentamos en nuestra vida cristiana, pero que también es una oportunidad para crecer, para servir y para glorificar a Dios. En este artículo, hemos ofrecido algunos consejos y ejemplos, con fundamentos bíblicos, para ayudarnos a tratar con personas y situaciones difíciles de una manera que honre a Dios y que nos beneficie a nosotros y a los demás. Esperamos que este apartado te haya sido útil y que te anime a tratar con este tipo de personas y situaciones.

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