Mateo 6:26 Significado De Mira Las Aves Del Cielo
¿Te has fijado alguna vez en las aves del cielo? ¿Qué puedes aprender de ellas? ¿Qué te enseñan sobre Dios y sobre ti mismo? Estas son algunas de las preguntas que nos podemos hacer al leer el siguiente versículo:
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? (Mateo 6:26)
En este artículo, vamos a explorar el significado de este versículo, y cómo podemos aplicarlo a nuestra vida. Veremos qué nos dice Jesús sobre las aves del cielo, qué nos dice sobre nuestro Padre celestial y qué nos dice sobre nosotros mismos.
Jesús nos dice que miremos las aves del cielo
La primera parte del versículo dice:
“Mirad las aves del cielo”.
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Esta frase es una invitación de Jesús a observar la naturaleza y a aprender de ella. Jesús usa a menudo ejemplos tomados de la creación para ilustrar sus enseñanzas. Él nos habla de la semilla, la vid, el trigo, la sal, la luz, el agua, el pan y muchos otros elementos naturales.
Jesús nos dice que miremos las aves del cielo porque son una parte importante de la creación de Dios. La Biblia nos dice que Dios creó a las aves el quinto día, y que las bendijo y les mandó que se multiplicaran y llenaran la tierra (Génesis 1:20-23). También nos dice que Dios se deleita en sus obras, y que las aves le alaban con sus cantos (Salmo 104:24-35; 148:7-10).
Jesús también nos dice que miremos las aves del cielo porque son una lección de confianza y de contentamiento. Las aves no se preocupan por su sustento, sino que viven al día, disfrutando de lo que Dios les provee. Las aves no se afanan por acumular riquezas, sino que se conforman con lo que tienen, compartiendo con los demás. Las aves no se angustian por el mañana, sino que se alegran en el presente, agradeciendo a Dios por su bondad.
Jesús nos dice que nuestro Padre celestial alimenta a las aves del cielo
La segunda parte del versículo dice:
“y vuestro Padre celestial las alimenta”.
Esta frase es una afirmación de Jesús sobre el cuidado y la provisión de Dios para sus criaturas. Jesús nos revela que Dios es nuestro Padre celestial, y que él se ocupa de nuestras necesidades.
Mira TambiénRevestido de alabanza: significado y meditaciónJesús nos dice que nuestro Padre celestial alimenta a las aves del cielo porque él es el Creador y el Sustentador de todo lo que existe. La Biblia nos dice que todo lo que hay en el cielo y en la tierra depende de Dios para su existencia y su conservación (Hebreos 1:3; Colosenses 1:16-17). También nos dice que Dios abre su mano y sacia el deseo de todo ser viviente (Salmo 145:15-16).
Jesús también nos dice que nuestro Padre celestial alimenta a las aves del cielo porque él es el Proveedor y el Dador de todo lo bueno. La Biblia nos dice que Dios hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos (Mateo 5:45). También nos dice que Dios da a todos vida y aliento y todas las cosas (Hechos 17:25).
Jesús nos dice que valemos mucho más que las aves del cielo
La tercera parte del versículo dice:
“¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”.
Esta frase es una pregunta retórica de Jesús para hacernos reflexionar sobre nuestro valor y nuestra dignidad. Jesús quiere que entendamos cuánto nos ama Dios y cuánto nos cuida.
Jesús nos dice que valemos mucho más que las aves del cielo porque somos la obra maestra de la creación de Dios. La Biblia nos dice que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, y que le dio dominio sobre las demás criaturas (Génesis 1:26-28). También nos dice que Dios nos formó en el vientre de nuestra madre, y que nos conoce por nuestro nombre (Salmo 139:13-16; Isaías 43:1).
Mira TambiénLo Que Tu Mano Encuentre Para Hacer - Significado Y La MeditaciónJesús además nos dice que valemos mucho más que las aves del cielo porque somos los hijos amados de Dios. La Biblia nos dice que Dios nos amó tanto que envió a su Hijo unigénito para que muriera por nosotros y nos diera la vida eterna (Juan 3:16). También nos dice que Dios nos adoptó como sus hijos, y que nos dio su Espíritu, su herencia y su gloria (Romanos 8:14-17).
Conclusión
El versículo de Mateo 6:26 nos enseña a mirar las aves del cielo para aprender a confiar en nuestro Padre celestial, que nos ama y nos cuida. Jesús nos invita a observar la naturaleza y a aprender de ella. Él nos revela el carácter, el propósito y el plan de Dios para nosotros. Él nos hace reflexionar sobre nuestro valor y nuestra dignidad. Para aplicar este versículo a nuestra vida, debemos hacer lo siguiente:
- Mirar las aves del cielo con admiración y gratitud. Debemos reconocer la sabiduría y el poder de Dios en su creación, y alabarle por sus obras maravillosas. Es necesario agradecerle por todo lo que nos da, y disfrutar de sus dones con moderación y generosidad.
- Confiar en nuestro Padre celestial con fe y esperanza. Debemos depender de él, no de nosotros mismos, de nuestras posesiones o de nuestras preocupaciones. Necesitamos creer en sus promesas, y esperar en su provisión para que todo se cumpla. Debemos buscar primero su reino y su justicia, y él añadirá lo demás (Mateo 6:33).
- Valorarnos como hijos amados de Dios con humildad y alegría. Debemos aceptar nuestra identidad y nuestra dignidad como imagen de Dios, y vivir conforme a ella. Es necesario que nos amemos a nosotros mismos, y que nos amemos a los demás como Dios nos ama. Debemos gozarnos en el Señor, y él cumplirá los deseos de nuestro corazón (Salmo 37:4).
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