Ven Con Valentía Al Trono De La Gracia Significado
"Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia que nos ayude en el momento en que la necesitemos." (Hebreos 4:16 RVR)
El libro de los Hebreos se escribió originalmente para los judíos convertidos al cristianismo, los que creían que Jesús era el Mesías que esperaban. El autor se propuso mostrar cómo las leyes del Antiguo Testamento se cumplieron en Jesucristo. Destacó el papel de Jesús como sumo sacerdote del pueblo de Dios. También explicó a sus lectores cómo ha cambiado la relación con el Padre gracias a Cristo.
Es importante entender estos conceptos para comprender mejor la revelación que Dios ha dado, empezando por el Antiguo Testamento, cómo encaja Jesús en esa revelación y qué ha cambiado tras su muerte y resurrección. Hebreos 4:16 nos habla de un cambio importante que Jesús introdujo en la relación entre Dios y los hombres. Veamos este versículo con más detenimiento:
#1. El temor de la presencia del Señor
En primer lugar, debes comprender un concepto importante que era muy familiar para los judíos de aquella época: el temor a la presencia de Dios. Después de salir de Egipto, los israelitas fueron al monte Sinaí para adorar al Señor y recibir Su Ley (Éxodo 19). Sin embargo, cuando oyeron su voz, se aterrorizaron.
Pensaban que los pecadores como ellos nunca sobrevivirían en presencia de un Dios santo. Así que suplicaron que Dios dejara de hablarles directamente. Así que, a partir de entonces, Dios habló al pueblo de Israel a través de profetas, empezando por Moisés (Éxodo 20:18-19 y Deuteronomio 5:23-31).
Mira TambiénEl Necio Y Su Dinero Se Separan Pronto SignificadoHay otros ejemplos, pero hablemos del Tabernáculo en el desierto y del Templo de Jerusalén. En ambos edificios había una sala especial donde Dios manifestaba su presencia. Se llamaba "el lugar santísimo". Allí se encontraba el Arca de la Alianza, con el propiciatorio encima (Éxodo 25:21-22, 26:34).
La única persona que podía entrar en el Lugar Santísimo era el sumo sacerdote una vez al año en el Día de la Expiación. No se le permitía entrar en esta habitación en otros días o moriría (Levítico 16:2). El Antiguo Testamento nos muestra que la gente tenía mucho miedo de estar en presencia del Señor.
#2. Podemos llegar al Trono de la Gracia
Un trono es el lugar donde un rey gobierna su reino. El trono de la gracia en el versículo 4:16 representa la presencia soberana de Dios. Observa que la palabra "gracia" sugiere que Su presencia no es temible. Es una presencia llena de gracia para los que vienen a Él por medio de Jesús (Efesios 2:18).
El escritor de Hebreos explicó que Jesús es nuestro Sumo Sacerdote (Hebreos 5:6,10). En el Antiguo Testamento, un sacerdote "está de pie cada día en el servicio y ofrece una y otra vez los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados" (Hebreos 10:11 RVR).
Sin embargo, Jesús ofreció su propia vida para pagar por nuestros pecados, de una vez por todas (Hebreos 10:10). Una vez perdonados, tenemos acceso al Padre por medio de Cristo (Efesios 3:12). Por medio de Él, somos liberados de la condena que nos habría costado la vida (Romanos 8:1).
#3. Podemos venir con valentía
Jesús experimentó la vida como humano. Así, "no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido tentado como nosotros en todo, sin cometer pecado". (Hebreos 4:15 RVR). Por eso podemos acudir con confianza a la presencia del Padre. Jesús sabe lo que es ser tentado como nosotros.
Mira TambiénYo soy el Camino, la Verdad y la Vida SignificadoJesús se conmueve con nuestras debilidades. Por eso intercede por nosotros (Romanos 8:34). Cuando nos acercamos a Dios, debemos recordar que somos sus hijos y que él es nuestro querido Padre (Romanos 8:15). No hay que tener miedo, porque el sacrificio de Jesús pagó por nuestros pecados, y Dios dijo que no se acordaría más de nuestros pecados (Hebreos 10:17-22).
4. Misericordia y gracia en tiempos de necesidad
El autor de Hebreos nos invita a entrar con valentía en la presencia de Dios a través de Jesús. Ahora, en lugar de una presencia aterradora o de un juicio, "obtenemos misericordia y encontramos gracia para ayudar en el momento de necesidad" (Hebreos 4:16 RVR). En lugar de la ira y el castigo merecidos, recibimos misericordia.
En lugar de estar eternamente separados de Dios a causa de nuestros pecados, encontramos la gracia y la presencia amorosa de nuestro Padre. El salmista escribió que "Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda muy presente en las dificultades" (Salmo 46:1 RVR). El Señor sabe el momento adecuado para proporcionarnos lo que necesitamos.
En el momento en que nos arrepentimos de nuestros pecados y aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, la misericordia y la gracia fluyen desde el trono de Dios hacia nuestras vidas (2 Corintios 6:2).
Conclusión
Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, nos ha dado acceso al Padre. Ahora podemos entrar con valentía en su presencia mediante la fe en Jesús, nuestro Mediador (1 Timoteo 2:5). Venimos con reverencia, pero ya no tenemos que temer por nuestras vidas.
Gracias a Jesús, no encontramos la condena que merecemos. Encontramos lo que no merecemos: la misericordia y la gracia. Así que acerquémonos al trono de la gracia en oración, en adoración, y disfrutemos de la presencia del Señor ahora y por toda la eternidad.
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