Podemos Ser Pacientes A Pesar De Los Sufrimientos Ya Que Estos Terminarán

Los sufrimientos son parte de la vida humana. Todos los experimentamos en algún momento, ya sea por enfermedad, pérdida, injusticia, persecución o cualquier otra causa. Los sufrimientos pueden causarnos dolor, angustia, desesperación y hasta duda de nuestra fe.

No obstante, la Biblia nos enseña que podemos ser pacientes a pesar de los sufrimientos, porque tenemos una esperanza segura que nos sostiene y nos alienta. En este artículo veremos qué son los sufrimientos, cómo podemos ser pacientes y en qué esperamos.

¿Qué son los sufrimientos?

Los sufrimientos son el resultado de vivir en un mundo caído por el pecado. Desde que Adán y Eva desobedecieron a Dios en el jardín del Edén, la humanidad quedó bajo la maldición del pecado y la muerte (Génesis 3:16-19; Romanos 5:12). El pecado afectó toda la creación, incluyendo nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras relaciones y nuestro entorno. Por eso, estamos expuestos a todo tipo de males, tanto físicos como espirituales, que nos afligen y nos hacen sufrir.

La Biblia reconoce la realidad de los sufrimientos y no los minimiza ni los ignora. Al contrario, nos muestra que Dios mismo sufrió por nosotros al enviar a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz para pagar el precio de nuestros pecados (Isaías 53:3-6; Juan 3:16). Jesús también sufrió en su vida terrenal, enfrentando tentaciones, rechazo, traición, burla, azotes y crucifixión (Hebreos 4:15; Mateo 26:36-46; 27:26-50). Él sabe lo que es sufrir y puede compadecerse de nosotros (Hebreos 2:18; 4:16).

¿Cómo podemos ser pacientes?

La paciencia es una virtud que consiste en soportar con calma y sin quejarse las dificultades o las demoras. La paciencia es una característica del fruto del Espíritu Santo que se produce en nosotros cuando le permitimos que nos guíe y nos transforme (Gálatas 5:22-23). La paciencia no es una actitud pasiva o resignada, sino una actitud activa y confiada que se basa en la fe en Dios y en sus promesas.

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Podemos ser pacientes a pesar de los sufrimientos porque sabemos que Dios tiene un propósito para ellos. La Biblia nos dice que Dios usa los sufrimientos para probar nuestra fe, para purificar nuestro carácter, para fortalecer nuestra esperanza y para glorificar su nombre (Santiago 1:2-4; Romanos 5:3-5; 1 Pedro 1:6-7; 4:12-16). Dios no permite que suframos más de lo que podemos soportar, sino que nos da la gracia suficiente para resistir y nos provee una salida (1 Corintios 10:13; 2 Corintios 12:9).

Podemos ser pacientes a pesar de los sufrimientos porque sabemos que Dios está con nosotros. La Biblia nos asegura que Dios nunca nos deja ni nos abandona, sino que está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu (Hebreos 13:5; Salmo 34:18).

El Señor nos consuela en todas nuestras tribulaciones con su presencia, su palabra y su Espíritu (Salmo 23:4; Juan 14:16-18; Romanos 15:4). Dios también nos da hermanos y hermanas en la fe que nos apoyan, nos animan y nos ayudan a llevar nuestras cargas (2 Corintios 1:3-7; Gálatas 6:2).

¿En qué esperamos?

La paciencia también implica tener una perspectiva eterna y no temporal. Podemos ser pacientes a pesar de los sufrimientos porque sabemos que terminarán. La Biblia nos revela que Dios tiene un plan para restaurar todas las cosas y para acabar con el pecado, la muerte y el dolor (Apocalipsis 21:1-5).

Dios nos promete que volverá a buscar a su pueblo y que lo llevará a su morada celestial, donde no habrá más llanto ni clamor ni sufrimiento (Juan 14:1-3; 1 Tesalonicenses 4:13-18). Dios nos garantiza que nos dará un cuerpo glorificado, semejante al de Jesús, que no estará sujeto a la corrupción ni al deterioro (Filipenses 3:20-21; 1 Corintios 15:42-44).

Mientras esperamos ese día, podemos tener gozo y paz en medio de los sufrimientos, porque sabemos que Dios nos ama y que nada nos podrá separar de su amor (Romanos 8:35-39). Podemos confiar en que Dios cumplirá su palabra y que hará todas las cosas conforme al consejo de su voluntad (2 Pedro 3:9; Efesios 1:11).

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Podemos imitar el ejemplo de Jesús, que por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios (Hebreos 12:2).

Conclusión

Los sufrimientos son una realidad inevitable en este mundo, pero no son el fin de nuestra historia. Podemos ser pacientes a pesar de los sufrimientos porque tenemos una esperanza viva y segura en Dios, que nos sostiene, nos consuela y nos promete un futuro glorioso. Que el Señor te ayude a vivir con paciencia, fe y amor hasta que todos le veamos cara a cara.