La Paciencia Es Una Virtud Que Dios Nos Enseña
La paciencia es la capacidad o la disposición de soportar con calma, con serenidad y con fortaleza las dificultades, las adversidades y las demoras. La paciencia es una virtud, un don y un fruto del Espíritu Santo. La paciencia es el reflejo, el atributo y la enseñanza de Dios. La paciencia es una virtud que Dios nos enseña.
¿Qué es la paciencia?
La paciencia es la capacidad o la disposición de soportar con calma, con serenidad y con fortaleza las dificultades, las adversidades y las demoras. Soportar significa resistir, aguantar o tolerar algo que nos molesta, nos duele o nos incomoda. Calma implica tranquilidad, sosiego o paz interior. Serenidad significa ecuanimidad, equilibrio o armonía exterior. Fortaleza significa valor, coraje o firmeza.
La paciencia es una virtud, un don y un fruto del Espíritu Santo. Una virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien. Un don es una gracia especial que Dios concede a sus hijos para su santificación y su servicio. Un fruto es el resultado visible y agradable de la obra del Espíritu Santo en el creyente.
La paciencia es una virtud porque implica la voluntad, la razón y la libertad. Implica la voluntad, porque se elige soportar con calma, con serenidad y con fortaleza lo que nos aflige o nos contraría. Implica la razón, porque se busca el bien mayor, el propósito divino y el resultado final de lo que nos ocurre o nos demora. Incluye la libertad, porque se soporta con gozo, con esperanza y con amor lo que nos prueba o nos purifica.
La paciencia es un don porque implica la gracia, el poder y la manifestación de Dios. Implica la gracia, porque se recibe la paciencia de Dios como un regalo inmerecido e inagotable. Implica el poder, porque se puede soportar con calma, con serenidad y con fortaleza lo que supera nuestra capacidad o nuestra resistencia. Incluye la manifestación, porque se muestra la paciencia de Dios al mundo a través de nuestras palabras y obras.
La paciencia es un fruto porque implica el crecimiento, la madurez y la gloria de Dios. Se desarrolla la paciencia en nuestro corazón a medida que nos relacionamos con Dios y con los demás. Se perfecciona la paciencia en nuestro carácter a medida que nos parecemos más a Cristo. Se refleja la paciencia en nuestra vida a medida que honramos a Dios y bendecimos a los demás.
¿Qué significa que la paciencia es el reflejo, el atributo y la enseñanza de Dios?
La paciencia es el reflejo, el atributo y la enseñanza de Dios significa que ella expresa el carácter, la naturaleza y la voluntad de Dios. La paciencia es el reflejo de Dios porque él es paciente con nosotros, con su creación y con su plan. Se trata también del atributo de Dios porque él es eterno, inmutable y fiel. Se trata de la enseñanza de Dios porque él nos manda a ser pacientes, nos muestra cómo ser pacientes y nos premia por ser pacientes.
La paciencia es el reflejo de Dios porque él es paciente con nosotros, con su creación y con su plan. Él es paciente con nosotros porque tiene misericordia de nosotros, no quiere que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento y espera nuestra conversión y nuestra obediencia. Él es paciente con su creación porque tiene cuidado de ella, no permite que sea destruida por el pecado ni por el mal y espera su restauración y su liberación. Él es paciente con su plan porque tiene control sobre él.
¿Cómo podemos ser pacientes?
Podemos ser pacientes al confiar en Dios, al esperar en Dios y al depender de Dios. Confiar en Dios significa creer que él es bueno, que él es sabio y que él es poderoso. Esperar en Dios significa tener la certeza de que él cumple sus promesas, de que él hace todas las cosas bien y de que él tiene el control de todas las cosas. Depender de Dios significa pedirle ayuda, consejo y fortaleza.
Confiar en Dios significa creer que él es bueno, que él es sabio y que él es poderoso. Creer que él es bueno significa saber que él nos ama, que él quiere lo mejor para nosotros y que él obra para nuestro bien. Creer que él es sabio significa saber que él conoce todas las cosas, que él tiene un plan perfecto y que él sabe lo que hace. Creer que él es poderoso significa saber que él puede todas las cosas, que él tiene todo el dominio y que él hace lo imposible. David dice:
“Encomienda al Señor tu camino, y confía en él; y él hará” (Salmo 37:5).
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Esperar en Dios significa tener la certeza de que él cumple sus promesas, de que él hace todas las cosas bien y de que él tiene el control de todas las cosas. Tener la certeza de que él cumple sus promesas significa saber que él no miente ni se olvida, sino que es puntual y fiel. Estar confiados de que él hace todas las cosas bien significa saber que él no se equivoca ni se confunde, sino que es justo y bueno. Isaías dice:
“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:31).
Depender de Dios significa pedirle ayuda, consejo y fortaleza. Esto implica reconocer nuestra debilidad, nuestra necesidad y nuestra impotencia ante las dificultades, las adversidades y las demoras. Pedirle consejo significa reconocer nuestra ignorancia, nuestra duda y nuestra confusión ante las decisiones, las opciones y las consecuencias. Pablo dice:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Conclusión
La paciencia es una virtud que Dios nos enseña. Él es el que nos manda a ser pacientes, nos muestra cómo ser pacientes y nos bendice al ser pacientes. Él es el que nos da la virtud, el don y el fruto de la paciencia por medio de su Espíritu Santo. El Señor se refleja, se manifiesta y se glorifica en nuestra paciencia. Debemos ser pacientes en todo tiempo, en toda situación y con toda persona. Como cristianos, es necesario que expresemos nuestra paciencia con palabras y con obras.
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