Explicación Bíblica De Los 9 Dones Del Espíritu Santo

Un tema común en la iglesia de hoy es el de los dones espirituales. El apóstol Pablo habla de ellos en sus cartas a las primeras iglesias, y se nos transmiten en las Escrituras para informarnos de cómo el Espíritu Santo actúa en nosotros para el bien de la iglesia terrenal.

Además de su obra directa en nuestros corazones y circunstancias, el Espíritu Santo imparte el poder de Dios, que se manifiesta de forma diferente y en distintas proporciones en cada una de nuestras vidas. Los llamamos "dones espirituales".

Los nueve dones del Espíritu Santo se dan en 1 Corintios 12:4-11, que dice:

"Ahora bien, hay variedades de dones, pero es el mismo Espíritu; y hay variedades de servicio, pero es el mismo Señor; y hay variedades de actividades, pero es el mismo Dios quien las da todas en cada uno. A cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común. Porque a uno le es dada por el Espíritu la expresión de la sabiduría, a otro la expresión de la ciencia según el mismo Espíritu, a otro la fe por el mismo Espíritu, a otro los dones de curación por el mismo Espíritu, a otro la realización de milagros, a otro la profecía, a otro la capacidad de distinguir entre los espíritus, a otro las diversas clases de lenguas, a otro la interpretación de las lenguas. Todos estos poderes son dados por un mismo Espíritu, que los distribuye a cada uno en particular como quiere.".

De este pasaje podemos extraer nueve dones espirituales distintos:

1. 1. Palabra de sabiduría
   2. Palabra de conocimiento
   3. Don de la fe
   4. Don de la curación
   5. Tratamiento de milagros
   6. Profecía
   7. Los espíritus distintivos
   8. Hablar en lenguas
   9. Interpretación de lenguas

Actualmente se debate si algunos dones han desaparecido del mundo actual o si todos están presentes y activos entre los creyentes. Cualquiera que sea el lado de este debate en el que alguien caiga, el hecho es que los nueve dones estaban presentes en la Iglesia primitiva y se nos dan como formas reales y específicas en las que el Espíritu Santo actúa en nuestras vidas.

1. Palabra de sabiduría

La palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento están estrechamente relacionadas; pero, al igual que figuran por separado en las Escrituras, deben entenderse por separado. La sabiduría significa generalmente la aplicación correcta del conocimiento. Visto así, el don espiritual de la palabra de sabiduría consiste en comprender cómo aplicar la verdad de Dios en las situaciones que puedan surgir en la vida.

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Pueden ser circunstancias de nuestra propia vida, o de la vida de los que nos rodean; si tenemos el don de la sabiduría, sabremos casi instintivamente lo que Dios quiere que hagamos. Esto puede aplicarse a un nuevo trabajo, a la decisión de casarse o no con alguien, a la mejor manera de enfrentarse o perdonar a alguien que hace daño a los demás, o a cualquier otra circunstancia que requiera discernimiento y sabiduría para aplicar correctamente las Escrituras.

Esta doctrina fue abusada en la Iglesia primitiva por la práctica del gnosticismo, que afirma que existe un "conocimiento secreto" disponible sólo para unos pocos creyentes selectos. Esto no se ve reforzado por el resto de la Biblia, pues creemos que Dios ha distribuido los dones espirituales y el camino de la salvación a todos por igual.

2. Palabra de conocimiento

La palabra conocimiento tiene un carácter algo más práctico y suele referirse al correcto conocimiento e interpretación de las Escrituras o de los asuntos doctrinales.

Es importante que todos los creyentes sean capaces de articular lo que creen y de defender su fe ante otros que quieran saber más o que puedan discutir la Biblia. En los círculos académicos, este ámbito de estudio y práctica se denomina apologética. La palabra significa "defensa de la fe" y suele enfrentar al creyente con el incrédulo en un debate sobre lo que dicen las Escrituras.

Aunque no debemos buscar argumentos para entrar o debatir por ganar, siempre debemos estar preparados para defender la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Para ello, debemos practicar el don de conocimiento, de modo que podamos comprender e interpretar correctamente las Escrituras de la forma en que Dios quiso que fueran dadas.

3. Regalo de la fe

La fe es un tema importante de la Escritura y es esencial para la vida del creyente. Sólo podemos ser salvados del poder del pecado por la fe en el sacrificio de Jesús, y sólo podemos resistir la tentación por nuestra fe en el poder y la capacidad de Dios para librarnos de ella.

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Todo el mundo tiene una medida de fe, pero es necesario practicarla regularmente para fortalecerla. Esto también puede ser necesario durante algunos de los momentos más difíciles de tu vida, cuando la fe parece simplemente imposible. Pero si somos capaces de superar nuestro miedo y nuestras dudas, y elegimos confiar en Dios, nuestra fe puede fortalecerse y tendremos una mayor medida de fe cuando llegue la próxima crisis.

4. Don de curación

La curación puede estar indirectamente relacionada con la fe, ya que se refiere a la curación sobrenatural que desafía a la ciencia médica conocida. En otras palabras, se trata de una curación milagrosa que se basa en el poder del Espíritu Santo en lugar de lo que entenderíamos como modos típicos de curación.

La mayoría de las denominaciones enseñan que este tipo de curación requiere una cantidad extraordinaria de fe. A veces esta fe sólo se exige a la persona que realiza o solicita la curación, y en algunos casos se requiere también una fe fuerte por parte de quien necesita la curación (por ejemplo, tanto la persona que proclama la curación sobre un enfermo como el propio enfermo). Sin embargo, este don se cita varias veces en las Escrituras como un don utilizado en la Iglesia primitiva y se encuentra en los círculos religiosos actuales.

5. La obra de los milagros

Los milagros son un acto sobrenatural más visible y generalmente se consideran un don espiritual "extinguido". Esto no excluye la intervención de Dios en el mundo natural, ya que Él es la verdadera fuente de todos los milagros y nunca puede estar limitado por la imaginación o la comprensión humanas. Sin embargo, muchas denominaciones conservadoras creen que este don desapareció a causa de la muerte de los apóstoles originales.

En cualquier caso, debemos mantener siempre el corazón abierto a la posibilidad de que Dios haga grandes cosas en nuestra vida y en nuestro mundo, incluso cosas que nunca esperaríamos ni creeríamos que fueran ciertas sin su intervención directa.

6. Profecía

Algunos pasajes afirman que el don de profecía es el mayor de los dones espirituales, aunque todos ellos tienen un enorme valor para la Iglesia.

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También se acompaña de diferentes explicaciones. En la mayoría de los casos de la Biblia, la profecía es una palabra directa del Señor que debe ser transmitida exactamente como se ha recibido.

Algunos teólogos piensan que significa más bien una palabra de aliento o exhortación; entonces adquiere el significado de hablar directamente a la vida y las circunstancias de alguien con una palabra de la Escritura. En cualquier caso, requiere una acción directa cuando la verdad de Dios es clara para una situación determinada.

7. Distinguir entre espíritus

Tanto los ángeles como los demonios actúan activamente en el mundo, y hace falta mucho discernimiento espiritual para comprender la fuente de la actividad sobrenatural. Junto con el conocimiento y la sabiduría, debemos tratar de distinguir entre los espíritus que tratan de influir en este mundo, ya sea para Dios o para el diablo.

Alguien puede afirmar que ha recibido un mensaje de Dios, pero si no se ajusta a la verdad de la Biblia, debemos reconocer rápidamente una influencia humana o demoníaca en ese punto.

8. Hablar en lenguas

Se cree que este don prácticamente ha desaparecido del mundo moderno. No se trata simplemente de hablar en distintas lenguas, sino de una práctica extática de hablar con el lenguaje de los ángeles u otros seres sobrenaturales. Una vez más, nunca debemos suponer que tales cosas son imposibles para Dios, pero hay muy pocas fuentes acreditadas para hablar en lenguas hoy en día.

9. Interpretar las lenguas

Estrechamente asociado con el hablar en lenguas, este don implica la interpretación de la lengua hablada para que otros puedan entender claramente el mensaje que el hablante está recibiendo.

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Pablo habló de este don en el contexto de un servicio de la iglesia, diciendo a los creyentes que nadie debía hablar en lenguas en la iglesia a menos que otra persona estuviera dispuesta a interpretar. Esto se dijo para que Pablo se asegurara de que toda la congregación pudiera beneficiarse del mensaje, reforzando la naturaleza comunitaria de los dones espirituales.

Conclusión

Todos hemos recibido la influencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, y todos estos dones espirituales, junto con otros poderes de Dios, están presentes en cada uno de nosotros. Debemos tratar de discernir dónde hemos recibido el don más importante para nosotros mismos, y luego tratar de utilizar ese don para el mejoramiento de toda la iglesia.