¿Era Abraham Judío O Gentil?

Abraham es una figura clave en las religiones abrahámicas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Su historia se relata en el libro del Génesis, donde se narra cómo Dios le llamó a salir de su tierra natal, Ur de los caldeos, y le prometió hacer de él una gran nación en la tierra de Canaán. Pero, ¿era Abraham judío o gentil? ¿Qué significa ser judío o gentil? ¿Qué relación tiene Abraham con los judíos y los gentiles de hoy? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder en este artículo.

¿Qué significa ser judío o gentil?

La palabra “judío” proviene del nombre de Judá, uno de los doce hijos de Jacob, nieto de Abraham. Los descendientes de Judá formaron una de las doce tribus de Israel, que más tarde se convirtió en el reino de Judá, tras la división del reino unido bajo el reinado de Salomón. Los judíos son aquellos que pertenecen al pueblo de Israel por nacimiento o por conversión, y que profesan la fe en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, según la revelación de la Torá (la ley) y los profetas.

La palabra “gentil” proviene del latín “gentilis”, que significa “de la misma familia o nación”. En la Biblia, se traduce del hebreo “goi” o del griego “ethnos”, que significan “nación” o “pueblo”. En general, se usa para referirse a las naciones o pueblos que no son parte del pueblo de Israel, es decir, que no tienen el pacto con Dios ni la ley de Moisés. En algunos casos, también se usa para distinguir a los que no son cristianos o no conocen a Dios.

¿Era Abraham judío?

Desde un punto de vista histórico y genealógico, Abraham no era judío, pues vivió mucho antes de que existiera el pueblo de Israel como tal. Abraham era un descendiente de Sem, hijo de Noé, y nació en Ur de los caldeos, una ciudad mesopotámica. Según el Génesis 14:13, se le llama “Abram el hebreo”, una forma de identificarle por su origen geográfico, “del otro lado del río” Éufrates.

Sin embargo, desde un punto de vista religioso y espiritual, Abraham puede considerarse como el padre del judaísmo, pues fue el primero en recibir la promesa y el mandamiento de Dios. Según el Génesis 12:1-3, Dios le dijo:

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Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Abraham obedeció a Dios y salió hacia Canaán, confiando en su palabra. Dios le confirmó su promesa varias veces, y le dio el signo de la circuncisión como señal del pacto entre ellos. Además, le cambió el nombre de Abram (que significa “padre exaltado”) a Abraham (que significa “padre de multitud”). Según el Génesis 17:4-6:

He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.

Dios también le prometió darle un hijo con su esposa Sara (antes llamada Sarai), a pesar de su vejez y esterilidad. Ese hijo sería Isaac (que significa “risa”), el heredero de la promesa. Según el Génesis 17:19: Y dijo Dios:

Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para su descendencia después de él.

Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Según el Génesis 15:6:

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Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

Abraham también demostró su fe y obediencia al estar dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac, cuando Dios se lo pidió como prueba. Según el Génesis 22:1-2:

Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Abraham no dudó ni cuestionó a Dios, sino que se levantó temprano y se dirigió al lugar indicado, con su hijo y los materiales para el sacrificio. Cuando llegaron al monte, ató a Isaac y lo puso sobre el altar, y alzó el cuchillo para matarlo. Pero en ese momento, un ángel de Dios le detuvo y le dijo:

No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. (Génesis 22:12)

Entonces Abraham vio un carnero enredado en un zarzal, y lo tomó y lo ofreció en lugar de su hijo. Y llamó a aquel lugar Jehová proveerá. Y el ángel de Dios le dijo:

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Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. (Génesis 22:16-18)

De esta manera, Abraham se convirtió en el modelo de fe para todos los que creen en el Dios único y verdadero. Su descendencia física se formó a través de Isaac y Jacob (luego llamado Israel), de quien surgieron las doce tribus de Israel. Su descendencia espiritual se extiende a todos los que comparten su fe en Dios y en su promesa.

¿Era Abraham gentil?

Desde un punto de vista histórico y geográfico, Abraham era gentil, pues provenía de una nación pagana que adoraba a otros dioses. Según Josué 24:2:

Y Josué dijo a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.

Abraham fue llamado por Dios a salir de su tierra y de su parentela, para ir a una tierra desconocida. Dios le prometió hacer de él una gran nación, pero también le pidió que se apartara de la idolatría y que le sirviera con fidelidad. Según el Génesis 17:1:

Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.

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Abraham obedeció a Dios y abandonó su pasado gentil. Se convirtió en el padre de una nación santa, separada para Dios. Según el Génesis 18:19:

Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.

Sin embargo, desde un punto de vista religioso y espiritual, Abraham también puede considerarse como el padre de los gentiles creyentes, pues fue el primero en recibir la promesa de que en su simiente serían benditas todas las naciones.

¿Qué relación tiene Abraham con los judíos y los gentiles de hoy?

La historia de Abraham no solo es relevante para el pasado, sino también para el presente y el futuro. Abraham es el padre de la fe para los judíos y los gentiles que creen en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y en su promesa de salvación.

Esta promesa se cumplió plenamente en Jesucristo, el Mesías, el Hijo de Dios, que nació de la descendencia de Abraham según la carne, y que murió y resucitó para redimir a todos los que confían en él. Según Gálatas 3:16:

Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

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Los judíos que reconocen a Jesús como su Mesías y Salvador son los herederos naturales de la promesa hecha a Abraham. Ellos son el remanente fiel de Israel, que no ha sido desechado por Dios, sino que ha sido preservado por su gracia. Según Romanos 11:1-2:

Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.

Los gentiles que reconocen a Jesús como su Señor y Salvador son los herederos adoptivos de la promesa hecha a Abraham. Ellos son injertados en el olivo de Israel, y participan de la raíz y de la savia de Abraham. Según Romanos 11:17-18:

Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.

Tanto judíos como gentiles que creen en Jesús son hijos de Abraham por la fe. Ellos forman un solo pueblo de Dios, una sola familia espiritual, una sola iglesia universal. Según Gálatas 3:26-29:

Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Conclusión

Abraham fue un hombre que vivió hace miles de años, pero que sigue siendo una referencia para millones de personas que profesan las religiones abrahámicas. Su vida nos enseña el valor de la fe, la obediencia y la esperanza en Dios. Su historia nos muestra el plan de Dios para bendecir a todas las naciones por medio de su simiente escogida. Su legado nos invita a seguir sus pasos y a confiar en las promesas de Dios cumplidas en Jesucristo.

Abraham no era judío ni gentil en el sentido estricto de estas palabras, sino que era un hombre llamado por Dios a ser el padre de una multitud de gentes. Su descendencia física se formó por medio de Isaac e Israel, pero su descendencia espiritual se extiende a todos los que creen en el Dios único y verdadero revelado en Jesucristo. Abraham es nuestro padre en la fe, y nosotros somos sus hijos por la gracia.