50 Maneras Poderosas De Acercarnos A Dios

Todo cristiano quiere acercarse a Dios y vivir una vida piadosa. Hay muchas formas diferentes de acercarnos al Señor, y nos conviene hacerlo. Utiliza la siguiente lista para buscar una relación más profunda con Él.

Maneras Poderosas De Acercarnos A Dios

Índice
  1. 1. Lee la Biblia
  2. 2. Ora
  3. 3. Medita en versículos bíblicos de la Palabra de Dios
  4. 4. Memoriza versículos de la Escritura
  5. 5. Estudia la Biblia en profundidad
  6. 6. Alaba y adora al Señor con música
  7. 7. Alaba y adora al Señor sin música
  8. 8. Escribe un diario sobre lo que Dios ha hecho por ti
  9. 9. Comparte los testimonios de lo que el Señor ha hecho en tu vida
  10. 10. Habla con Dios a solas en tu habitación
  11. 11. Lee buenos libros que te ayuden a crecer en tu camino espiritual
  12. 12. Comparte la Palabra de Dios con alguien cada día
  13. 13. Incluye una devoción diaria en tu rutina
  14. 14. Ama a los demás intencionadamente
  15. 15. Utiliza un diario de oración para anotar tus peticiones y las respuestas que Dios te ha dado
  16. 16. Poner en práctica los mandatos específicos de la Palabra de Dios
  17. 17. Tómate un momento de tranquilidad a solas con Dios a primera hora de la mañana
  18. 18. Ora junto a otro creyente
  19. 19. Estudia la Biblia con otro creyente
  20. 20. Habla de las Escrituras 
  21. 21. Escucha la Palabra de Dios
  22. 22. Agradece a Dios todo lo que ha hecho por ti
  23. 23. Tómate tiempo para admirar la creación de Dios
  24. 24. Busca el consejo de otro creyente más experimentado
  25. 25. Haz un inventario de tu vida y busca las cosas que debes cambiar
  26. 26. Aprovecha la oportunidad de servir a un compañero cristiano o a una persona necesitada
  27. 27. Ora por otra persona y pon tu fe en acción
  28. 28. Practica la humildad hacia los demás
  29. 29. Confiesa tus pecados y busca el arrepentimiento
  30. 30. Perseguir la santidad
  31. 31. Muestra gratitud a otras personas
  32. 32. Sé amable con tus palabras habladas y escritas
  33. 33. Busca una intimidad más profunda con Dios a través de Su Palabra
  34. 34. Utiliza las lamentaciones bíblicas para acercarte a Dios cuando estés triste o afligido
  35. 35. Sé muy selectivo con lo que miras
  36. 36. Acostúmbrate a orar antes de las comidas
  37. 37. Lee toda la Biblia
  38. 38. Escucha podcasts, sermones o audiolibros mientras comes, haces ejercicio, vas al trabajo, entre otros.
  39. 39. Practica el ayuno y acércate a Dios
  40. 40. Utiliza tus talentos para bendecir a los demás
  41. 41. Perdona a los que te han hecho mal
  42. 42. Busca en la Biblia los malos hábitos y pecados que debes eliminar de tu vida
  43. 43. Disciplina tus pensamientos
  44. 44. Forma parte de una iglesia local
  45. 45. Implícate en tu iglesia local
  46. 46. Haz la comunión periódicamente
  47. 47. Practica el descanso y la confianza en el Señor
  48. 48. Practica la sumisión a tus líderes
  49. 49. Haz que Dios sea una prioridad en tu vida
  50. 50. Sé intencional en tu búsqueda de la presencia de Dios
    1. Hay cosas que no puedes hacer
  51. Conclusión

1. Lee la Biblia

La Santa Biblia es el fundamento de la fe cristiana. Es la Palabra de Dios, tal como la reveló a los autores bíblicos (2 Pedro 1:20-21). Nuestro conocimiento de Dios proviene de ella, y nuestra relación con Él debe basarse en ella. Cuanto más leamos la Biblia, más aprendamos de ella y más la apliquemos a nuestra vida, más conoceremos al Señor y más creceremos en una relación más estrecha con Él.

"Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él de día y de noche, para que cuides de hacer todo lo que está escrito en él." (Josué 1:8 RVR)

2. Ora

La oración es una forma excelente de acercarnos a Dios. No hay duda de ello. Es esencial que todo cristiano lo convierta en un hábito diario. Cuanto más te conectes con Dios en la oración, más estrecha será tu relación personal con Él.

Para empezar, elige un momento de oración cada día y haz que sea la mejor parte de tu jornada. Pero no te limites a esa única vez. Ten en cuenta que puedes rezar cuando quieras o lo necesites y estés donde estés. Un simple pensamiento es todo lo que se necesita para conectarte con nuestro Padre celestial.

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"Orad sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17)

3. Medita en versículos bíblicos de la Palabra de Dios

La meditación cristiana es una disciplina espiritual en la que te tomas tiempo para reflexionar sobre lo que lees en las Escrituras. Así que, después de leer un pasaje de la Biblia, piensa en lo que significa, en cómo afecta a tu vida, en lo que necesitas cambiar, en lo que te enseña sobre ti mismo, en lo que te enseña sobre Dios, Jesús y el Espíritu Santo. Saca más partido a tu lectura bíblica tomándote el tiempo necesario para que tu mente digiera los textos que acabas de leer y aplique lo que has aprendido a tu vida.

"Pero su delicia está en la ley del Señor, y en su ley medita de día y de noche" (Salmo 1:2 RVR)

4. Memoriza versículos de la Escritura

Para estar más conectado con las palabras de Dios de las Escrituras, puedes memorizar versículos o pasajes clave de la Biblia. Esto te ayudará a meditar sobre estos mensajes a lo largo del día y a recordarlos siempre que los necesites (por ejemplo, durante la oración, al hablar con alguien, en momentos difíciles).

"He escondido tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti" (Salmo 119: 11 RVR)

5. Estudia la Biblia en profundidad

Estudiar la Biblia es algo más que leerla. En un estudio bíblico, tratarás de encontrar el significado de los textos bíblicos tal y como lo tenían en mente los autores originales cuando los escribieron. Entonces podrás aplicar ese texto correctamente a tu vida.

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Para ayudarte a hacerlo, puedes utilizar Biblias de estudio, diccionarios de inglés y de la Biblia, comentarios, otras versiones y traducciones de la Biblia para comparar, y otros recursos en línea e impresos que te ayudarán a comprender mejor la Palabra de Dios.

"Tu palabra es una lámpara para mis pies, una luz para mi camino" (Salmo 119:105 RVR)

6. Alaba y adora al Señor con música

La música de adoración es una forma fácil de conectar con el Señor. Hay muchas canciones hermosas y profundas que hablan de la grandeza de Dios. Otras canciones son oraciones que puedes utilizar como si fueran tuyas. Asegúrate de ser selectivo.

Elige las melodías que te gusten y las letras que mejor expresen lo que quieres decir y, sobre todo, que sean bíblicamente correctas. Entonces, ¡canta al Señor! Puedes hacerlo de vez en cuando, o utilizarlo como parte de tu tiempo de silencio diario.

"Cantadle, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas" (Salmo 105:2 RVR)

7. Alaba y adora al Señor sin música

La alabanza y la adoración al Señor no se limitan a la música cristiana; el canto no es la única forma de hacerlo. Alabarlo es proclamar su grandeza y declarar sus obras poderosas (Salmo 150:2), como nos enseña la Biblia.

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Alabarle nos lleva a adorarle, es decir, a adorarle y reverenciarle por lo que es y por lo que ha hecho. Puedes hacerlo con tus propias palabras en la oración, expresando tu asombro y gratitud a Dios a tu manera. Esta es una de las mejores maneras de conocer a Dios y de acercarse a él. Muy bien.

"Por tanto, ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de él, el sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de nuestros labios, dando gracias a su nombre" (Hebreos 13:15 RVR)

8. Escribe un diario sobre lo que Dios ha hecho por ti

Nuestra memoria es complicada: se olvida de las cosas. Aunque no olvide un acontecimiento completo, no suele recordar los detalles importantes. Dios hace muchas cosas por nosotros cada día, y la mayoría de ellas acaban perdiéndose. Así que usa un diario y escribe las cosas que Él ha hecho por ti cada día. Esto te ayudará a recordar su gracia, su bondad y su amor.

9. Comparte los testimonios de lo que el Señor ha hecho en tu vida

Hemos sido llamados a ser testigos de nuestro Señor Jesucristo (Hechos 1:8). Debemos contar las cosas maravillosas que ha hecho por nosotros. Así que, siempre que tengas la oportunidad, comparte tus historias con la gente que te rodea: familiares, colegas, amigos, vecinos, seguidores de las redes sociales, etc. ¡Díselo y alaba al Señor por lo que ha hecho!

"Venid a escuchar, todos los que teméis a Dios, y os contaré lo que ha hecho por mi alma" (Salmo 66:16 RVR)

10. Habla con Dios a solas en tu habitación

En varias ocasiones, los relatos evangélicos muestran a Jesús buscando momentos de soledad para orar con el Padre (Mateo 14:23; Marcos 1:35; Lucas 5:16). No hace falta decir que es un buen hábito que debemos aprender de Jesús, el Hijo de Dios. Estos momentos intencionales de oración son los momentos en los que podemos abrir nuestro corazón al Señor, confesar nuestros pecados, pedir perdón, agradecerle sus muchas bendiciones, disfrutar de la presencia de Dios.

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"Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en el lugar secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará abiertamente".

11. Lee buenos libros que te ayuden a crecer en tu camino espiritual

Hay muchos libros buenos escritos por hombres y mujeres temerosos de Dios que pueden ser útiles para nosotros. Algunos autores han compartido sus experiencias vitales que pueden enseñarnos lecciones prácticas.

Otros han compartido los resultados de estudios bíblicos más profundos que les han llevado mucho tiempo de investigación y meditación, etc. Puedes elegir un tema o una necesidad, y encontrarás muchos buenos libros que te ayudarán a profundizar en un tema concreto, a aprender nuevos hábitos piadosos, a deshacerte de malos hábitos y pecados, entre otras cosas.

Porque con el consejo sabio librarás tu guerra, y en la multitud de consejeros está la seguridad." (Proverbios 24:6 RVR)

12. Comparte la Palabra de Dios con alguien cada día

Ponte como objetivo compartir versículos de las Escrituras y lecciones cada día. Puedes predicar las buenas noticias del Evangelio a alguien, enseñar en un grupo pequeño, discipular a un nuevo cristiano o incluso compartir escrituras y meditaciones en las redes sociales. Utiliza tu creatividad y difunde el Evangelio a los que te rodean. Si te decides a hacerlo, el Espíritu Santo te ayudará con palabras y audacia a cumplir tus objetivos espirituales (Juan 14:26; Hebreos 13:6).

"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15 RVR).

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13. Incluye una devoción diaria en tu rutina

Cuando rezamos, hablamos con Dios; cuando leemos la Biblia, Dios nos habla y llegamos a conocerlo. Por eso es tan importante unir estas dos disciplinas espirituales para hacer crecer nuestra relación personal con el Señor. También puedes incluir otras sugerencias de este artículo, como estar a solas con Dios, cantar música de alabanza, meditar en las Escrituras, entre otras cosas. Bloquea un tiempo diario en tu agenda y concéntrate en que sea un tiempo de calidad para pasar con Él.

"Buscad a Yahveh y su fuerza, buscad su rostro continuamente" (1 Crónicas 16:11 RVR)

14. Ama a los demás intencionadamente

Amar a los demás es un mandato directo de Dios (Levítico 19:18) que Jesús reforzó (Mateo 22:37-39). No es opcional. Sin embargo, requiere nuestra voluntad de obedecer, porque amar a los que no nos aman no es algo natural para nosotros. Y es necesario si queremos seguir a Jesús, según la palabra de Cristo (Mateo 5:43-48). No es la forma más fácil de acercarse a Dios, pero requiere nuestra obediencia (Juan 14:15, 1 Juan 5:3).

"Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, así también debéis amaros los unos a los otros" (Juan 13:34 RVR)

15. Utiliza un diario de oración para anotar tus peticiones y las respuestas que Dios te ha dado

Un diario te ayudará a registrar tus experiencias y recuerdos y a evitar que desaparezcan de tu mente. Puedes utilizar un diario para registrar tus oraciones y cómo Dios las ha respondido. Cuanto más recordemos lo que Dios ha hecho por nosotros, más agradecidos estaremos.

Incluso si la respuesta no es la que querías o esperabas, puedes aprender de ella. Un diario de oración te ayudará a confiar más en el Señor y a aprender a rezar según la voluntad de Dios.

"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye:" (1 Juan 5:14 RVR)

16. Poner en práctica los mandatos específicos de la Palabra de Dios

La obediencia es esencial para nuestra relación con nuestro Padre celestial (Juan 14:15). Sin embargo, no es algo natural para nosotros. Debemos tomar el camino de la práctica para ganar la disciplina de obedecer las palabras de Dios a través de Su Espíritu Santo. Puedes empezar con uno de los mandamientos de Jesucristo, como perdonar a las personas que te han hecho daño. Reza sobre ello y esfuérzate en obedecerlo. Muy bien.

"Pero sed hacedores de la palabra, y no sólo oidores que se engañan a sí mismos" (Santiago 1:22 RVR)

17. Tómate un momento de tranquilidad a solas con Dios a primera hora de la mañana

Tómate un tiempo por la mañana, preferiblemente nada más levantarte, para estar con Dios. Si tienes niños, puedes hacerlo antes de que se despierten. Aunque no seas una persona madrugadora, puedes dedicar un tiempo a rezar al Señor antes de empezar el día. Este hábito te llevará sin duda a una relación más íntima con Él.

"Mi voz oirás por la mañana, Señor; por la mañana la dirigiré a ti, y levantaré mis ojos." (Salmo 5:3 RVR)

18. Ora junto a otro creyente

A veces en nuestra vida pasamos por momentos tan difíciles que nos cuesta incluso rezar. En esos momentos, es esencial que acudas a tus amigos cercanos de la comunidad de tu iglesia. Habla con ellos, cuéntales lo que estás pasando y, sobre todo, reza con ellos. Esto ayudará a fortalecer tu fe, y ambos veréis lo que Dios hará en tu vida.

"Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y rezad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz y ferviente de un hombre justo es de gran utilidad" (Santiago 5:16 RVR)

19. Estudia la Biblia con otro creyente

Como cristiano, necesitas estudiar la Biblia. Además de estudiar por tu cuenta, puedes mejorar tu experiencia de aprendizaje realizando estudios bíblicos con otro creyente. Puedes discutir lo que has aprendido del texto bíblico, hacer preguntas, buscar respuestas, compartir lo que has investigado, orar juntos por ello, animarnos a ponerlo en práctica, entre otras cosas.

Invertir tu tiempo en el estudio de la Biblia con un gran amigo te ayudará a ambos a crecer más cerca de Dios y a ayudaros mutuamente a ser mejores cristianos.

"Esfuérzate por presentarte ante Dios con una luz favorable, como obrero que no necesita avergonzarse, dividiendo correctamente la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15 RVR)

20. Habla de las Escrituras 

Una buena manera de aprender a orar o de estimular tu vida de oración es hablar las palabras de Dios. No se trata de repetir las palabras sin prestar atención a lo que dices (Mateo 6:7). Lees las palabras y las haces tuyas, adaptándolas a tu propia situación. Si las repites, asegúrate de que lo dices de verdad, como hacemos cuando rezamos la oración del Señor (Mateo 6:9-13).

"Escúchame cuando te invoco, oh Dios de mi justicia; me has escuchado cuando estaba angustiado; ten misericordia de mí y escucha mi oración" (Salmo 4:1 RVR)

21. Escucha la Palabra de Dios

Además de leer y estudiar, puedes acceder a la Biblia en formato de audio para estar más expuesto a la Palabra de Dios a lo largo de tu día. Puedes escuchar pasajes de la Biblia mientras conduces, mientras vas al trabajo, mientras caminas, etc. Esta es una forma importante de utilizar este tiempo y ayudarte a conectar con Dios.

"Así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios." (Romanos 10:17 RVR)

22. Agradece a Dios todo lo que ha hecho por ti

Todo lo bueno que tenemos en nuestra vida viene de Dios (Santiago 1:17). Desgraciadamente, no siempre nos tomamos el tiempo para agradecerle o reconocer su bondad y su gracia hacia nosotros. Tómate un tiempo de tu día para hacerlo. Expresa tu gratitud por las cosas importantes, como la muerte de Jesús en la cruz por nosotros, y también por las cosas ordinarias. Reconoce cómo Dios ha cuidado de ti y dale las gracias.

"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5:18).

23. Tómate tiempo para admirar la creación de Dios

A veces necesitamos reducir la velocidad o incluso detenernos y ver lo que nos estamos perdiendo en nuestra ajetreada vida. Una de las cosas que solemos descuidar es nuestro tiempo con Dios. Tampoco nos damos cuenta de la belleza de la naturaleza que Dios ha creado.

Así que pasa tiempo admirando la creación de Dios y conecta con Él regularmente. Una forma sencilla de hacerlo es sentarse en una silla y contemplar las estrellas por la noche. Piensa en lo lejos que están y en los muchos que hay, y Dios creó cada uno de ellos. Admira el esplendor de la creación y alaba al Creador, tu amado Padre.

"Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento muestra la obra de sus manos" (Salmo 19:1 RVR)

24. Busca el consejo de otro creyente más experimentado

Tengas la experiencia que tengas, busca a otro creyente más experimentado para participar en el discipulado. Reza a Dios al respecto y, si es posible, elige a alguien que ya conozcas y admires como creyente temeroso de Dios. Busca a alguien que pueda ser un ejemplo para ti (1 Corintios 11:1). Esta persona puede ayudarte con consejos piadosos y orientación en tu vida espiritual.

"Escucha el consejo y recibe la instrucción, para que seas sabio en el resto de tu vida" (Proverbios 19:20 RVR)

25. Haz un inventario de tu vida y busca las cosas que debes cambiar

De vez en cuando debemos tener el valor de echar una mirada profunda a nuestra vida. Con el ayuno y la oración, pide al Espíritu Santo que te muestre lo que necesitas cambiar. Tal vez sea un mal hábito que necesitas romper. Tal vez sea un pecado al que debas renunciar. O tal vez necesites hacer algo que has estado posponiendo, como perdonar a alguien, pasar más tiempo con tu familia, etc. Deja que el Señor te confronte y te muestre lo que quiere que hagas. Muy bien.

"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; mira si hay en mí algún camino perverso, y guíame por el camino eterno." (Salmo 139:23-24 RVR)

26. Aprovecha la oportunidad de servir a un compañero cristiano o a una persona necesitada

El propio Señor Jesús dijo que había venido al mundo no para ser servido, sino para servir (Marcos 10:45). Y no espera menos de sus discípulos, que nosotros también sirvamos a los demás (Gálatas 5:13). Nuestro amor por los demás, que es un mandamiento de Dios (Levítico 19:18, Mateo 22:37-39), debe mostrarse en nuestras acciones (1 Juan 3:18).

Siempre que puedas, aprovecha la oportunidad de hacer algo por alguien sin la intención de ser recompensado. Hazles el bien y que toda la gloria sea para el Señor.

"Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16 RVR).

27. Ora por otra persona y pon tu fe en acción

Si un amigo, familiar, conocido u otro creyente que conoces está pasando por un momento difícil, ofrécete a rezar por él (y con él, si es posible). Esta es una gran manera de poner tu fe en acción. No significa que Dios vaya a responder de la forma que ambos queréis, pero sin duda os acercará a Él. Si esta persona no es creyente, pero acepta tus oraciones, puede ser una gran oportunidad para testificar ante ella también.

"Exhorto, pues, a que sobre todo se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres;" (1 Timoteo 2:1 RVR)

28. Practica la humildad hacia los demás

La verdadera humildad no nos sale de forma natural; debemos desarrollar esta característica piadosa mediante la oración y las acciones intencionadas. Entonces veremos la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Así que practica la humildad tratando a los demás como si fueran mejores que tú. Alégrate de sus logros (en lugar de sentir celos) y hónralos. Luchar contra nuestra naturaleza caída para obedecer la Palabra de Dios es una forma poderosa de acercarte a nuestro Señor.

"Que nada se haga por contienda o por vanidad, sino que con humildad cada uno estime a los demás más que a sí mismo" (Filipenses 2:3 RVR)

29. Confiesa tus pecados y busca el arrepentimiento

El pecado nos aleja del Señor y daña nuestra relación con Él (Romanos 3:23). Cuando el Espíritu Santo, a través de la Palabra de Dios o del sabio consejo de otro creyente, te confronta con tu pecado, debes hacer algo. Lo primero que debes hacer es confesar tu pecado a Dios. Admite lo que has hecho y que lo sientes. Luego pide al Señor que te perdone. Él es bueno y perdonador, y ha prometido que si nos arrepentimos, perdonará y olvidará nuestros pecados (Hebreos 8:12).

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9 RV)

30. Perseguir la santidad

Si queremos acercarnos a Dios, esto significa que debemos perseguir la santidad en nuestras vidas (Santiago 4:8). ¿Cómo lo hacemos? Rezamos, seguimos las palabras de Dios en las Escrituras y buscamos la presencia del Espíritu Santo para que nos guíe y nos enfrente a nuestro pecado. Cuando pecamos, debemos arrepentirnos y buscar el perdón (1 Juan 1:9). Este es un reto al que nos enfrentaremos a lo largo de nuestra vida, pero merece la pena.

"¿Cómo puede un joven purificar su camino? Prestando atención a tu palabra" (Salmo 119:9 RVR)

31. Muestra gratitud a otras personas

Nuestro Dios es un Padre amoroso, y quiere que sus hijos sean como él. Una forma de mostrar nuestro carácter piadoso al mundo es estar agradecidos por lo que otras personas han hecho por nosotros. Diles cómo han bendecido tu vida. Honra a esas personas y exprésales tu gratitud como testimonio del Señor al que sirves. Hay una forma de mostrar nuestro carácter piadoso al mundo.

"No ceso de darte gracias, haciendo mención de ti en mis oraciones; (Efesios 1:16 RVR)

32. Sé amable con tus palabras habladas y escritas

En la era de la colaboración y la comunicación en línea, a veces olvidamos que hay una persona real al otro lado, alguien con sentimientos reales que puede ser herido por palabras duras. A veces olvidamos lo que la Biblia nos dice sobre el uso de palabras amables (Proverbios 15:1), o que nuestro discurso sea siempre con gracia (Colosenses 4:6).

Debemos tener cuidado con la forma en que expresamos nuestros pensamientos y prestar atención a la forma en que nuestras palabras son percibidas por otras personas. Ser amable, incluso con los que nos ofenden, es un testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.

"No salga de tu boca ninguna palabra corrompida, sino la que sea buena para la edificación, a fin de dar gracia a los oyentes" (Efesios 4:29).

33. Busca una intimidad más profunda con Dios a través de Su Palabra

Leer y estudiar la Biblia no es sólo obtener más información. Se trata de profundizar en la relación e intimidad con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tal vez estés acostumbrado a una lectura regular que haces todos los días. Luego, desafíate a buscar a Dios en las Escrituras de una manera más profunda. Léelo como una carta de amor, algo escrito por tu mejor amigo, que quiere que le conozcas, no sólo que sepas de él. Búscalo como quien busca un tesoro (Mateo 13:45-46), y lo encontrarás (Jeremías 29:13).

"Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre".

34. Utiliza las lamentaciones bíblicas para acercarte a Dios cuando estés triste o afligido

La tristeza puede hacer que una persona se aleje de Dios. La tristeza puede impedirles rezar y buscar la ayuda de Dios. Muchos héroes de la fe en la Biblia también pasaron por grandes pérdidas y desafíos. Inspirados por el Espíritu Santo, escribieron sobre ello. Estas palabras de lamento de la Escritura pueden reconfortarnos hoy y ser nuestra oración cuando no tengamos palabras propias.

Jesús utilizó un lamento bíblico (Salmo 22) para expresar su agonía en la cruz (Mateo 27:46). Así que, en lugar de alejarte de Dios, utiliza el lamento para expresar tu dolor. Acude a Dios, que es el único que puede ayudarte. Lleva tus quejas a él, pide su ayuda y confía en él (Romanos 8:28). Él siempre está al mando, pase lo que pase (Job 42:2; Salmo 135:6).

"Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).

35. Sé muy selectivo con lo que miras

Todos necesitamos perseguir una vida santa para profundizar en nuestra relación con nuestro Padre celestial. Una forma importante de hacerlo es ser muy selectivo y cuidadoso con las cosas a las que sometes tus ojos y tu mente, especialmente las cosas que miras.

Los programas de televisión, las películas, los vídeos de Internet, todo influye en nuestra forma de pensar, aunque no nos demos cuenta. Si el contenido tóxico y pecaminoso pasa por nuestros ojos, puede contaminar nuestra mente (Lucas 11:34). Mantén tu mente libre de lo que ofende a nuestro Señor y céntrate en cambio en las cosas buenas (Filipenses 4:8).

"No pondré nada malo ante mis ojos" (Salmo 101:3 RVR)

36. Acostúmbrate a orar antes de las comidas

Como con tantas cosas buenas que Dios hace por nosotros, debemos estar agradecidos por el alimento que nos proporciona cada día (Mateo 6:11). Antes de alimentar a la multitud, Jesús dio las gracias al Padre por la comida (Mateo 15:36).

Deberíamos dedicar un momento a rezar y expresar nuestra gratitud antes de comer (Colosenses 3:17). Estas oraciones dicen a los que nos rodean que Dios es nuestro proveedor. También nos recuerdan que, hagamos lo que hagamos, es Dios quien, en última instancia, nos alimenta y se ocupa de nuestras necesidades (Mateo 6:25-34; Filipenses 4:19).

"Habiendo hablado así, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos; y después de partirlo, se puso a comer." (Hechos 27:35 RVR)

37. Lee toda la Biblia

La Santa Biblia es la base de la fe cristiana. Creemos que es la Palabra de Dios. Por tanto, todo cristiano debe conocerla. Leer toda la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, puede parecer un gran reto, pero se puede hacer con perseverancia y estrategia.

Hay muchos planes de lectura de la Biblia que pueden ayudarte a conseguir este objetivo. Si no quieres utilizar un plan de lectura específico, puedes utilizar una solución sencilla: si lees tres capítulos al día, terminarás toda la Biblia en un año aproximadamente. Si prefieres afrontar este reto a un ritmo más rápido, puedes leer más capítulos al día y terminarlo antes.

La gente suele pensar que el mejor momento para empezar una empresa de este tipo es a principios de año, y terminarla antes de que acabe el año. Sin embargo, el mejor momento para empezar es hoy.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y es útil para la doctrina, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2 Timoteo 3:16-17 RV)

38. Escucha podcasts, sermones o audiolibros mientras comes, haces ejercicio, vas al trabajo, entre otros.

Puede que quieras saber más sobre Dios y estudiar la Biblia, pero no tienes mucho tiempo para dedicarle. Bueno, si estás dispuesto a intentarlo, puedes utilizar contenidos de audio y encontrar algunas franjas horarias que puedas comprar y utilizar para ello.

Hay muchos podcasts, sermones online, audiolibros y otros recursos de audio que pueden proporcionarte un contenido excelente para tu crecimiento espiritual. Escúchalos mientras comes, te preparas por la mañana, conduces, haces deporte, entre otros. Utiliza este tiempo sabiamente, y aprenderás más de lo que creías posible, y enriquecerá tu vida espiritual.

"Mirad, pues, con circunspección, no como necios, sino como sabios, aprovechando el tiempo, porque los días son malos" (Efesios 5:15-16 RVR)

39. Practica el ayuno y acércate a Dios

A lo largo de la Biblia, cuando los siervos de Dios necesitaban buscar Su presencia en tiempos difíciles, o cuando necesitaban tomar una decisión importante o centrarse más en Él, solían tomarse un tiempo para ayunar y orar (Éxodo 34:28; Nehemías 1:4; Lucas 4:1-2; Hechos 13:2-3).

No debemos considerar la práctica del ayuno como una buena obra o una moneda de cambio. No lo hacemos para intercambiar favores con Dios. Lo hacemos para disciplinar nuestro cuerpo (1 Corintios 9:27), abandonar las distracciones, incluida la comida, y centrarnos en buscar la presencia de Dios. Estar más cerca de Él es nuestra mayor recompensa.

"Pero tú, cuando ayunes, úngete la cabeza y lávate la cara, para que no parezca que ayunas ante los hombres, sino ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará abiertamente."

(Mateo 6:17-18 RVR)

40. Utiliza tus talentos para bendecir a los demás

Dios nos ha dado a todos talentos maravillosos. Lo hizo con la intención de que bendijéramos la vida de otros con esos talentos. No eran para nuestro propio beneficio, sino para el de los demás. Así que, para complacer al Señor, haz un inventario de tus dones y talentos, y considera cómo puedes utilizarlos para bendecir a tu iglesia local y a tu comunidad.

"Según el don que cada uno haya recibido, adminístrenlo los unos a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios." (1 Pedro 4:10 RVR)

41. Perdona a los que te han hecho mal

Perdonar a las personas que nos hacen daño es uno de los mandatos de Jesucristo (Mateo 6:14-15, 18:21-35). También es una forma desafiante de mostrar nuestro amor por Él a través de la obediencia (Juan 14:15). Un buen punto de partida es rezar.

Pide a Dios que te ayude y bendiga a la persona que te hizo daño. Admite que no quieres hacerlo (si no lo haces), pero que quieres hacerlo y seguir la voluntad de Dios. Pídele que cambie tu corazón al respecto. Repite esta oración hasta que sientas que ya no guardas rencor a esa persona.

"Y siempre que estéis en oración, si tenéis algo contra alguien, perdonadle, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también a vosotros vuestras ofensas." (Marcos 11:25 RVR)

42. Busca en la Biblia los malos hábitos y pecados que debes eliminar de tu vida

Durante tu estudio bíblico, si te encuentras con un mandato para deshacerte de un mal hábito o pecado, detente y piensa un momento. Comprueba si se aplica a tu propia vida. Somos pecadores (Romanos 3:23), así que, por desgracia, pecamos (1 Juan 1:8).

Pero debemos hacer todo lo posible, con la ayuda del Espíritu Santo, para evitar pecar. Si la Escritura te dice que dejes de hacer algo que haces habitualmente, debes obedecer. Ora sobre ello, busca el consejo de un creyente más experimentado que pueda ayudarte a superar la tentación, y haz todo lo que puedas para ser obediente a los mandatos de Dios.

"Santifícalos en tu verdad: tu palabra es la verdad" (Juan 17:17).

43. Disciplina tus pensamientos

Cuando el apóstol Pablo escribió sobre la guerra espiritual en nuestras mentes, dijo que debemos llevar "todo pensamiento a la obediencia de Cristo" (2 Corintios 10:5 RVR). Esto significa que debemos disciplinar nuestros pensamientos.

Cuando los malos pensamientos vengan a tu mente, no debes entretenerte con ellos. No dejes que se instalen y echen raíces en tu corazón. Debes rechazarlos de inmediato. Inunda tu mente con las Escrituras y las cosas que agradan al Señor. Esto te acercará a Él.

"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay alguna virtud, y si hay alguna alabanza, pensad en estas cosas." (Filipenses 4:8 RVR)

44. Forma parte de una iglesia local

Ninguna iglesia local es perfecta, pero formar parte de una es esencial para todo cristiano. Es entre otros creyentes donde los cristianos pueden influir y edificarse mutuamente (Colosenses 3:16). Es donde serás exhortado, enseñado y bendecido, y donde también aprenderás sobre Dios y su Palabra (1 Timoteo 4:13). Si quieres acercarte a Dios y a su familia en la tierra, el primer paso es unirte a una iglesia local (Juan 1:12-13; Efesios 2:19-22; Gálatas 3:26-28).

"Considerémonos los unos a los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras; no abandonemos la reunión de nosotros mismos, como hacen algunos, sino exhortémonos unos a otros, y tanto más cuanto que veis que el día se acerca." (Hebreos 10:24-25 RVR).

45. Implícate en tu iglesia local

La iglesia local nunca fue concebida como un club, al que se va todos los domingos y ya está. Si quieres acercarte a Dios, involúcrate con tus hermanos y hermanas en Cristo. Es entre otros creyentes donde crecerás en la fe y servirás a los demás con los dones que Dios te ha dado, y también serás bendecido por ellos (1 Pedro 4:10; Efesios 4:11-16).

"Perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones" (Hechos 2:42).

46. Haz la comunión periódicamente

La Santa Cena es una ordenanza de Jesucristo (Lucas 22:19-20) y un momento especial para recordarnos su sacrificio por nosotros. Debemos tomarnos en serio este momento, y debemos esperar participar en él con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. No lo tomes a la ligera. Haz todo lo que puedas para participar periódicamente en la comunión de tu iglesia local.

Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis este cáliz, proclamaréis la muerte del Señor hasta que venga." (1 Corintios 11:26 RVR)

47. Practica el descanso y la confianza en el Señor

La falta de descanso adecuado es un grave problema de salud contemporáneo para muchas personas. Una de las razones que nos impiden relajarnos y descansar es estar ansiosos por el futuro. Tenemos que tomarnos en serio el descanso, porque nuestro cuerpo lo necesita.

También debemos recordar que el descanso más importante es el que ofrece Jesús, que es el descanso de nuestras almas (Mateo 11:29). Gracias a Él, podemos hacer una pausa en nuestro trabajo y descansar nuestros cuerpos y mentes sin preocupaciones, porque Él cuida de nosotros (Mateo 6:25-34).

"Me acostaré en paz y dormiré; porque sólo tú, Señor, me haces habitar en la seguridad" (Salmo 4:8 RVR)

48. Practica la sumisión a tus líderes

La sumisión es una de las disciplinas espirituales que debemos practicar. El sometimiento a nuestros líderes terrenales nos prepara y capacita para poder someternos a nuestro Señor. Es un mandato directo de las Escrituras (Efesios 5:21). Debemos someternos y honrar a los líderes piadosos de nuestra comunidad.

"Obedeced a los que os gobiernan, y someteos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes deben rendir cuentas, para que lo hagan con gusto, y no con pena, porque eso no os es provechoso." (Hebreos 13:17 RVR)

49. Haz que Dios sea una prioridad en tu vida

Muchas cosas en nuestra vida exigen nuestra atención y afecto. A veces dejamos de lado las cosas más importantes, y pagamos el precio de nuestras decisiones insensatas. Así que, si quieres acercarte a Dios, tienes que hacer de Él la máxima prioridad en tu vida.

Este es el gran mandamiento (Mateo 22:36-38). No se trata sólo de asistir a los servicios de la iglesia (aunque eso es importante). Se trata de centrarte en tu relación con Dios y hacer de Él (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) el amor supremo de tu vida (Lucas 14:26).

"Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33 RV)

50. Sé intencional en tu búsqueda de la presencia de Dios

Hagas lo que hagas, asegúrate de hacerlo por Dios, para buscar la presencia del Señor. No lo hagas sólo para tachar tareas de una lista. Hazlo por amor a aquel que merece nuestro mayor amor, gratitud y alabanza.

Hay cosas que no puedes hacer

No te acercarás a Dios porque lo merezcas, así que no lo conviertas en una cuestión de buenas obras. Te acercarás a Él porque lo buscas, lo amas y deseas estar con Él (Santiago 4:8). La presencia de Dios es el regalo más importante que puedes tener, y es lo que todos deberíamos buscar la presencia de Dios:

"Me buscaréis y me encontraréis, si me buscáis con todo vuestro corazón" (Jeremías 29:13 RVR)

Conclusión

En nuestro camino espiritual, hay pasos sencillos que podemos dar para crecer más cerca de Dios. Este artículo te presenta una gran lista que puedes utilizar como guía, seleccionando las cosas en las que debes centrarte en cada estación de tu vida. Desde los nuevos cristianos hasta los creyentes más experimentados, todos podemos crecer como ciudadanos del reino de los cielos e hijos de nuestro Padre celestial si nos tomamos el tiempo y nos esforzamos en buscarle cada día.

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