11 Pasos Para Caminar Con Jesús

¿Qué significa "Caminar con Jesús"? Muchos devocionales o grupos pequeños lanzan este término, pero muchos de nosotros luchamos diariamente con la forma de alinear verdaderamente nuestros pasos con los de Él. He aquí 11 versículos que nos ayudarán a hacerlo.

#1. Comienza con un deseo sincero

El Salmo 63:1-2 dice: "Dios, tú eres mi Dios; te busco con insistencia; mi alma tiene sed de ti; mi carne suspira por ti, como en una tierra seca y cansada donde no hay agua. Así te he contemplado en el santuario, y he visto tu poder y tu gloria."

Nuestro camino con Jesús debe comenzar con un profundo anhelo. Se dice que cada uno de nosotros tiene un agujero en forma de Dios en su corazón; instintivamente sabemos que falta algo en nuestra vida y sólo el amor de Jesús puede llenarlo. Date cuenta de que tu corazón anhela algo más allá de sí mismo y acude a Jesús para encontrar la respuesta.

#2. Sigue sus pasos

Juan 13:34-35 dice: "Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, así también debéis amaros los unos a los otros. En esto sabrán todos que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros."

Jesús dijo a sus discípulos -y, por extensión, a cada uno de nosotros- que siguieran sus pasos. Él debe ser nuestro ejemplo de servicio, desinterés y amor vivido en nuestra vida diaria. Debemos amar a los que nos rodean como él mismo amó a los demás. Estudia su palabra con atención para ver cómo lo hizo, y luego reza con diligencia para encontrar la manera de hacerlo nosotros.

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#3. Obedece sus mandamientos

1 Juan 2:3-6 dice: "En esto sabemos que le hemos conocido, si guardamos sus mandamientos. El que dice: "Lo conozco", pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en él se perfecciona verdaderamente el amor de Dios. Por esto sabemos que estamos en él. El que diga que permanece en él, que ande como él anduvo."

Jesús nos mandó amar a Dios y amar al prójimo. Esto tendrá un aspecto diferente para cada persona, pero si no lo hacemos, no podemos pretender ser guiados por Su amor y Su corazón. La obediencia a lo que nos ha dicho a través de sus mandatos directos y de la Biblia es la única forma de demostrar que caminamos con él.

#4. Debemos deleitarnos en su palabra

Salmos 1:1-2 dice: "Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se pone en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que se complace en la ley de Yahveh, y reflexiona sobre su ley de día y de noche".

Podemos ser obedientes a Sus mandamientos, pero aún más importante es la actitud de nuestro corazón. No sirve de nada marcar los puntos de una lista si no creemos realmente que es lo correcto; los fariseos eran legisladores en el mejor y peor sentido. En cambio, debemos encontrar la verdadera alegría en sus palabras y utilizarlas a lo largo de nuestra vida para guiar nuestras acciones.

#5. Camina en la luz

1 Juan 1:7 dice: "Pero si andamos en la luz como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo nos limpia de todo pecado".

Podríamos seguir nuestros propios caminos, pero eso suele conducir a lugares oscuros y pecaminosos. Sólo caminando en Su luz podemos estar seguros de no ponernos en peligro y tener la mejor oportunidad de resistir la tentación.

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#6. Comprender que Dios quiere que caminemos con Jesús

Efesios 2:10 dice: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas".

Jesús es nuestra fuente de vida y también es la fuente de los planes que Dios tiene para nuestras vidas. Cuando entregamos nuestras vidas a Cristo, reconocemos tácitamente que Dios tiene un propósito para nosotros, y sometemos nuestra voluntad a la suya. Establecemos que nuestros pasos serán guiados por Jesús, y podemos confiar en que siempre caminará con nosotros.

7. Él es nuestro desde el principio

Colosenses 2:6 dice: "Por tanto, de la manera que habéis recibido a Cristo Jesús, el Señor, andad en él".

En cuanto nos convertimos en creyentes, Jesús empieza a caminar con nosotros. Esto es la obediencia en su forma más simple: Camina con Jesús allá donde te lleve. Llamó a sus discípulos diciendo: "Seguidme". Lo mismo te dice a ti.

#8. Cultivar el amor a Jesús

El Salmo 119:132 dice: "Vuélvete a mí y ten piedad de mí, como es tu costumbre con los que aman tu nombre".

A medida que caminemos con Él, nuestro amor por Él crecerá. Un amor creciente por Dios es una señal segura de que estás moldeando tu vida según sus mandamientos y acercándote a su corazón. Sé intencional en la forma en que lo buscas: si lo seguimos fielmente, Él siempre se dará a conocer.

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#9. Búscalo con todo tu corazón y cree que lo encontrarás

Deuteronomio 4:29 dice: "Pero desde allí buscarás a Yahveh tu Dios, y lo encontrarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma".

Moisés dijo varias veces que los hebreos debían buscar a Dios con cada parte de su ser: con lo que decían y hacían (cuerpo o fuerza), con sus pensamientos (mente), con sus sentimientos (corazón) y con lo más profundo de su ser (alma). Si buscamos a Jesús con este tipo de atención enfocada, podemos estar seguros de que lo encontraremos.

10. Ver y seguir su ejemplo.

1 Pedro 2:21 dice: "Porque para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo, para que sigáis sus huellas".

La razón por la que Jesús nos llama a seguirle es para que podamos tomar su ejemplo de corazón. Él vivió la única vida humana sin pecado, y aunque nosotros nunca alcanzaremos esa clase de perfección, se nos instruye para que demos lo mejor de nosotros mismos a esta causa, para que dejemos todo en manos de Su gracia y para que prefiramos Sus planes a los nuestros.

#11. Saber que caminar con Jesús nos concede los deseos de nuestro corazón

Juan 15:7 dice: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y se os hará".

Jesús no es nuestro hada madrina que nos concederá nuestros deseos, pero recibiremos todo lo que le pidamos si caminamos fielmente con él. El truco para entender este misterio es el siguiente: cuanto más nos acerquemos a él, más se alinearán nuestros deseos y anhelos con los suyos. Cuando eso ocurre, estamos pidiendo realmente lo que Jesús quiere. Y él siempre responderá a esos anhelos.

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