11 Formas De Utilizar El Poder Del Espíritu Santo

El Espíritu Santo vive en el corazón de todos los creyentes y nos dice la voluntad de Dios para nuestra vida. También nos permite aprovechar su poder para resistir la tentación y proclamar con valentía el Evangelio a los que nos rodean. He aquí 11 maneras de utilizar el poder del Espíritu Santo cada día.

Formas De Utilizar El Poder Del Espíritu Santo

Índice
  1. #1. Reconocer que Dios nos ofrece el bautismo del Espíritu Santo
  2. #2. El Espíritu Santo vino a nosotros después de la resurrección de Jesús
  3. #3. El Espíritu Santo da poder a los predicadores fieles
  4. #4. Jesús nos envió el Espíritu Santo
  5. #5. El Espíritu Santo nos dice cómo dar testimonio de Dios
  6. #6. Debemos esforzarnos por seguir el ritmo del Espíritu
  7. #7. No impidas que el Espíritu Santo actúe
  8. #8. El Espíritu Santo es la fuente de nuestra esperanza
  9. #9. El Espíritu Santo habita literalmente en nosotros
  10. 10. El Espíritu Santo nos guía en la oración
  11. 11 El Espíritu Santo confirma el testimonio de Dios en nuestros corazones

#1. Reconocer que Dios nos ofrece el bautismo del Espíritu Santo

Mateo 3:11 dice:

"Yo os bautizo con agua para que os arrepintáis, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y no soy digno de llevar sus sandalias. Os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego".

Como precursor y mensajero de Jesucristo, Juan el Bautista comenzó a bautizar a los creyentes en agua. Pero esto iba a ser sólo una señal de lo que vendría: cuando el propio Espíritu Santo bautizara a los creyentes y les diera poder para ser testigos de Dios en la tierra.

#2. El Espíritu Santo vino a nosotros después de la resurrección de Jesús

Hechos 2:38 dice:

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"Pedro les dijo: 'Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo".

Los creyentes de hoy en día no tienen llamas literales disparando sobre sus cabezas cuando se vuelven a Cristo, pero la experiencia no es menos poderosa hoy en día. Cuando Jesús ascendió al cielo después de su resurrección, el Espíritu Santo vino con gran poder sobre sus discípulos, y éstos se envalentonaron por el cumplimiento de la profecía de Juan el Bautista para predicar a Jesucristo a las multitudes de Jerusalén.

#3. El Espíritu Santo da poder a los predicadores fieles

1 Tesalonicenses 1:5 dice:

"Porque nuestro evangelio llegó a vosotros no sólo de palabra, sino también con poder y con el Espíritu Santo, y con plena convicción. Ya sabéis qué clase de hombres hemos demostrado ser entre vosotros por vuestro bien".

El Espíritu Santo convierte las palabras que de otro modo carecerían de sentido en palabras de poder. Podemos ser valientes y confiar en nuestro testimonio sabiendo que tenemos al Espíritu Santo de nuestro lado. Dios lo hizo con los apóstoles en los primeros tiempos de la Iglesia, y lo sigue haciendo con sus hijos hoy.

#4. Jesús nos envió el Espíritu Santo

Juan 14:25-26 dice:

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"Os he dicho estas cosas mientras estoy con vosotros. Pero el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho".

Esto entra en una teología potencialmente confusa, pero debemos recordar que Dios, Jesús y el Espíritu Santo son las tres Personas de la Trinidad: un solo Dios en tres formas. Todos son plena e igualmente Dios, pero Dios Padre envió a Dios Hijo (Jesús) a la tierra, y Jesús (Dios Hijo) envió a Dios Espíritu Santo para que nos sirviera después de su ministerio terrenal.

#5. El Espíritu Santo nos dice cómo dar testimonio de Dios

Lucas 12:11-12 dice:

"Y cuando seáis llevados ante las sinagogas, los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo debéis defenderos ni por lo que debéis decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en esa misma hora lo que debéis decir".

El Espíritu Santo es algo más que una "conciencia", o una guía que nos dice lo que está bien y lo que está mal. También nos da las palabras que debemos decir cuando nos enfrentamos a nuestras creencias y a nuestra fe. Nos ayuda dándonos el poder de Dios con sabiduría y entendimiento, para que podamos ser testigos eficaces del reino de los cielos.

#6. Debemos esforzarnos por seguir el ritmo del Espíritu

Gálatas 5:25 dice:

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"Si vivimos por el Espíritu, mantengamos también el ritmo del Espíritu".

El apóstol Pablo insiste mucho en sus cartas en la guerra permanente en nuestros corazones entre los deseos de la carne y los deseos del Espíritu Santo. Si queremos permanecer cerca de la voluntad de Dios, debemos estar en sintonía con las directrices del Espíritu Santo.

#7. No impidas que el Espíritu Santo actúe

1 Tesalonicenses 5:19 dice:

"No apaguéis el Espíritu".

"Apagar el Espíritu" significa simplemente impedir que Él actúe en tu vida. Mantén siempre tu corazón abierto y somete tu voluntad a Dios, y el Espíritu Santo tendrá vía libre para revelarte lo que Dios tiene reservado para ti.

#8. El Espíritu Santo es la fuente de nuestra esperanza

Romanos 15:13 dice:

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"Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que, por la fuerza del Espíritu Santo, abundéis en esperanza".

El Espíritu Santo une a todos los creyentes con la alegría y la paz de Dios, y nos conecta con Dios y responde y realiza la esperanza que ponemos en Él. Esta es una de las formas en que el Espíritu Santo nos reafirma cada día que Dios nos ama y tiene un propósito y un plan para Su iglesia y para cada creyente.

#9. El Espíritu Santo habita literalmente en nosotros

1 Corintios 6:19-20 dice:

"¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios? No te perteneces a ti mismo, pues fuiste comprado a un alto precio. Por tanto, glorifica a Dios en tu cuerpo".

El punto de Pablo se refería a la inmoralidad sexual entre creyentes, pero su punto más amplio es que nuestros corazones son la residencia del Espíritu Santo. Él vive en cada uno de nosotros, y debemos reconocer rápidamente que no somos los principales dueños de nuestros cuerpos y vidas.

Hemos sido comprados por la sangre de Jesús, y el Espíritu Santo en nuestras vidas nos reclama algo que nunca podremos hacer, para que podamos ceder a esa propiedad y honrar a Dios con cada parte de nuestras vidas.

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10. El Espíritu Santo nos guía en la oración

Judas 20-21 dice:

"Pero vosotros, amados, edificaos en vuestra santísima fe y orad en el Espíritu Santo, manteniéndoos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo que conduce a la vida eterna".

El Espíritu Santo nos ayuda a fortalecer nuestra fe rezando y centrándonos en Dios. Al permanecer en el amor de Dios y mirar a Jesucristo para nuestra salvación, podemos dar al Espíritu Santo el mayor espacio para trabajar en nuestras vidas, lo que finalmente nos llevará a la vida eterna con Dios en el cielo.

11 El Espíritu Santo confirma el testimonio de Dios en nuestros corazones

Hechos 5:32 dice:

"Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen".

El Espíritu Santo fue dado a los creyentes como la presencia de Dios en nuestros corazones y vidas después de que Jesucristo reparara el puente hacia una relación correcta con el Padre. Una vez hecho esto, el Espíritu nos habla continuamente y confirma lo que Dios ha dicho a nuestros corazones. Cuando reconocemos y aceptamos este poder que reside en nosotros, también podemos ser testigos fieles de Dios ante los que nos rodean.

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