Proverbios 11:14 Significado De La Falta De Dirección

¿Qué pasa cuando no tenemos dirección en nuestra vida? ¿Qué consecuencias trae el no saber qué hacer, a dónde ir o cómo actuar? ¿Qué podemos hacer para evitar la falta de dirección y encontrar el camino correcto? Estas son algunas de las preguntas que nos podemos hacer al leer el siguiente proverbio:

Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad. (Proverbios 11:14)

En este artículo, vamos a analizar el significado de este proverbio, y cómo podemos aplicarlo a nuestra vida. Veremos qué implica la falta de dirección, qué peligros conlleva y qué solución ofrece la Palabra de Dios.

La falta de dirección implica la ausencia de sabiduría

La primera parte del proverbio dice:

“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo”.

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Esta frase nos muestra que la falta de dirección está relacionada con la ausencia de sabiduría. La sabiduría es la capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente. La sabiduría es el arte de vivir bien, según los principios y los propósitos de Dios.

La Biblia nos dice que la sabiduría viene de Dios, y que él la da generosamente a los que se la piden con fe (Santiago 1:5; Proverbios 2:6). También nos dice que la sabiduría se adquiere mediante el temor del Señor, el estudio de su Palabra, la obediencia a sus mandamientos y la experiencia de su obra (Proverbios 9:10; 2 Timoteo 3:15-17; Salmo 111:10; Salmo 37:30).

Cuando no tenemos dirección en nuestra vida, es porque nos falta sabiduría. Nos falta conocer a Dios y su voluntad. Nos falta aplicar su Palabra y su Espíritu a las situaciones específicas que enfrentamos. Nos falta buscar su consejo y su guía en todo lo que hacemos.

La falta de dirección conlleva el riesgo de caer

La segunda parte del proverbio dice:

“Caerá el pueblo”.

Esta frase nos advierte del riesgo que implica la falta de dirección. Caer significa fracasar, errar, perder, sufrir o perecer. Caer es lo opuesto a triunfar, acertar, ganar, gozar o vivir. La Biblia nos muestra muchos ejemplos de personas que cayeron por falta de dirección. Por ejemplo:

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• Adán y Eva cayeron en pecado y fueron expulsados del paraíso por no obedecer la instrucción de Dios (Génesis 3).
• Noé y su familia se salvaron del diluvio por seguir la dirección de Dios, mientras que el resto de la humanidad pereció por no escuchar su advertencia (Génesis 6-8).
• Lot y sus hijas sufrieron las consecuencias de vivir en Sodoma, una ciudad corrupta y sin dirección, mientras que Abraham fue bendecido por caminar con Dios (Génesis 13; 18-19).
• José prosperó en Egipto por seguir la dirección de Dios, mientras que sus hermanos sufrieron hambre y culpa por actuar con maldad (Génesis 37; 39-50).
• Moisés liberó al pueblo de Israel de la esclavitud por obedecer la dirección de Dios, mientras que Faraón y su ejército se ahogaron en el mar Rojo por desafiar su autoridad (Éxodo 3-15).
• Josué conquistó la tierra prometida por seguir la dirección de Dios, mientras que los cananeos fueron derrotados por practicar la idolatría y la inmoralidad (Josué 1-12).
• David fue un rey exitoso y amado por Dios por seguir su dirección, mientras que Saúl fue un rey fracasado y rechazado por Dios por desobedecer su dirección (1 Samuel 13; 15; 16).
• Salomón fue un rey sabio y rico por pedir la dirección de Dios, mientras que sus hijos fueron reyes necios y pobres por apartarse de la dirección de Dios (1 Reyes 3; 11-12).
• Daniel fue un hombre fiel y honrado por seguir la dirección de Dios, mientras que sus enemigos fueron devorados por los leones por conspirar contra él (Daniel 6).
• Jesús fue el Salvador del mundo por cumplir la dirección de Dios, mientras que Judas fue el traidor por rechazar la dirección de Dios (Mateo 26-27).

Estos y otros ejemplos nos muestran que la falta de dirección nos puede llevar a caer en el pecado, en el error, en el fracaso, en el sufrimiento o en la muerte. Por eso, debemos evitar la falta de dirección y buscar la dirección de Dios.

La solución para la falta de dirección es la multitud de consejeros

La tercera parte del proverbio dice:

“Mas en la multitud de consejeros hay seguridad”.

Esta frase nos ofrece la solución para la falta de dirección: la multitud de consejeros. Los consejeros son personas que nos pueden orientar, aconsejar y ayudar con sabiduría, prudencia y amor. La multitud de consejeros significa tener varias fuentes de consejo, no solo una.

La Biblia nos enseña que Dios usa a otras personas para darnos su dirección. Él usa a sus siervos, como profetas, sacerdotes, reyes, apóstoles, pastores y maestros, para transmitirnos su Palabra y su voluntad (Hebreos 1:1; Efesios 4:11-12). Él también usa a nuestros padres, familiares, amigos y hermanos en la fe, para darnos su consejo y su apoyo (Efesios 6:1-4; Proverbios 17:17; Hebreos 10:24-25). Para recibir la dirección de Dios a través de la multitud de consejeros, debemos hacer lo siguiente:

• Elegir bien a nuestros consejeros. Debemos buscar personas que teman a Dios, que conozcan su Palabra, que tengan experiencia y madurez, que sean honestas y humildes, que nos quieran bien y que nos digan la verdad (Proverbios 13:20; 15:22; 19:20).
• Escuchar con atención a nuestros consejeros. Es necesario prestar atención a lo que nos dicen, sin interrumpirlos ni contradecirlos. Debemos evaluar sus consejos con criterio bíblico, sin descartarlos ni aceptarlos sin más. Debemos agradecer sus consejos con respeto y cortesía, sin ofenderlos ni halagarlos (Proverbios 18:13; 12:15; 28:23).
• Seguir con obediencia a nuestros consejeros. Debemos poner en práctica sus consejos cuando estén de acuerdo con la voluntad de Dios, sin demorarnos ni excusarnos. Necesitamos reconocer los beneficios de sus consejos cuando nos traigan paz y seguridad, sin olvidarnos ni enorgullecernos. Debemos compartir los frutos de sus consejos cuando nos lleven al bien y a la bendición, sin ocultarlos ni apropiarnos (Proverbios 4:13; 16:20; 27:9).

Conclusión

La falta de dirección es un problema que podemos evitar si buscamos la sabiduría y el consejo de Dios. Dios quiere dirigirnos y mostrarnos su voluntad, porque él nos ama y tiene un plan para nosotros. Él nos ha dado su Palabra, su Espíritu y su sabiduría para orientarnos en el camino correcto.

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Para recibir la dirección de Dios, debemos confiar en él con todo nuestro corazón, reconocerlo en todos nuestros caminos, pedirle su sabiduría con fe y escuchar su voz con atención. También debemos buscar el consejo de personas piadosas que nos puedan orientar con prudencia, discernimiento y amor. Si hacemos esto, podremos decir con el salmista:

Guíame, oh Jehová, por tu justicia a causa de mis enemigos; endereza delante de mí tu camino. (Salmo 5:8)