La Historia De Rut Y Noemí: Quiénes Eran, Qué Hicieron Y Enseñanzas
La Biblia contiene muchas historias que nos enseñan lecciones valiosas para nuestra vida. Una de ellas es la historia de Rut y Noemí, dos mujeres que vivieron en tiempos difíciles, pero que supieron mantener su amor, su lealtad y su fe en Dios. Su historia se encuentra en el libro de Rut, que forma parte del Antiguo Testamento.
¿Quiénes eran Rut y Noemí?
Rut era una joven moabita, es decir, una extranjera que no pertenecía al pueblo de Israel, el pueblo escogido por Dios. Noemí era una israelita que estaba en edad anciana, y que había emigrado a Moab con su esposo, el cual llevaba por nombre Elimelec. También llevaba con ella a sus dos hijos Mahlón y Quelión. Se vio en la necesidad de hacer esto debido a una fuerte hambruna que se suscitó en la tierra de Israel en el tiempo de los jueces.
En Moab, los dos hijos de Noemí se casaron con dos mujeres moabitas: Orfa y Rut. No obstante, la desgracia llegó a esta familia en el momento en que Elimelec y sus dos hijos fallecieron, quedando Noemí viuda y sin ninguna descendencia.
¿Qué hizo Noemí al quedar sola?
Noemí se enteró de que Dios había favorecido a Israel con cosechas abundantes y resolvió regresar a su país de origen. Al partir, abrazó a sus nueras, Rut y Orfa, y les aconsejó que volvieran con sus familias, donde tendrían la oportunidad de casarse de nuevo y ser felices. Orfa aceptó el consejo de Noemí y se despidió de ella con un beso. Pero Rut se negó a abandonarla y le dijo estas hermosas palabras:
“No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que solo la muerte hará separación entre nosotras dos” (Rut 1:16-17).
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Estas palabras muestran el gran amor y la lealtad que Rut sentía por Noemí, así como su decisión de seguir al Dios verdadero, Jehová. Noemí se conmovió por la actitud de Rut y dejó de insistirle para que se quedara en Moab.
¿Qué pasó cuando llegaron a Israel?
Noemí y Rut llegaron a Belén, la ciudad natal de Noemí, justo cuando comenzaba la cosecha de la cebada. La gente del lugar reconoció a Noemí y se sorprendió de verla tan cambiada por el sufrimiento. Noemí les dijo que no la llamaran Noemí (que significa “placentera”), sino Mara (que significa “amarga”), porque el Todopoderoso la había afligido mucho.
Noemí y Rut eran pobres y necesitaban sustento. Por eso, Rut se ofreció a ir a los campos a recoger las espigas que dejaban los segadores. La ley de Dios permitía que los pobres hicieran esto para aliviar su necesidad (Levítico 19:9-10).
Rut tuvo la fortuna de ir al campo de un hombre llamado Booz, que resultó ser un pariente cercano de Elimelec, el esposo difunto de Noemí. Booz era un hombre rico, piadoso y bondadoso, que se fijó en Rut y le mostró su favor. Le permitió recoger espigas en su campo, le ofreció agua y comida, y le ordenó a sus siervos que la protegieran y que dejaran caer más espigas para ella.
Rut agradeció a Booz por su generosidad y le preguntó por qué se había fijado en ella, siendo una extranjera. Booz le respondió que había oído hablar de su bondad con Noemí, y de cómo había dejado a su pueblo y a sus dioses para venir a vivir entre el pueblo de Dios. Le deseó que Jehová fuera bueno con ella y la recompensara por su fe.
¿Cómo se casaron Rut y Booz?
Cuando Rut regresó a casa con la cebada que había recogido, Noemí se alegró mucho y le preguntó dónde había estado. Rut le contó todo lo que Booz había hecho por ella. Noemí reconoció que Booz era un pariente redentor, es decir, alguien que tenía el deber de rescatar a su familia de la pobreza y de preservar su nombre (Deuteronomio 25:5-10).
Noemí le dijo a Rut que siguiera yendo al campo de Booz hasta el final de la cosecha. Luego, le dio un consejo para que Booz se casara con ella. Le dijo que se vistiera bien, se perfumara y fuera al lugar donde Booz dormía después de trillar el grano. Le dijo que se acostara a sus pies y esperara a que él le dijera qué hacer. Rut obedeció el consejo de Noemí y fue al lugar donde dormía Booz. Cuando él se despertó a medianoche y la vio a sus pies, le preguntó quién era.
Ella le reveló su nombre y le pidió que la protegiera con su manto, porque era su redentor. Booz se admiró de la humildad y la fidelidad de Rut, y le dijo que haría todo lo que ella le pidiera. Le dijo que había otro pariente más cercano que él, que tenía el derecho de redimirla primero. Pero le prometió que si ese pariente no quería hacerlo, él lo haría sin falta. Booz le dio a Rut seis medidas de cebada y la despidió antes del amanecer. Rut volvió a casa con Noemí y le contó lo que había pasado.
Noemí le aconsejó que esperara con confianza, puesto que Booz no iba a descansar hasta que resolviera el asunto ese día. Booz fue a la puerta de la ciudad, donde se reunían los ancianos para juzgar los asuntos legales. Allí llamó al pariente más cercano de Noemí y le dijo que Noemí había vuelto de Moab y quería vender el campo que había sido de Elimelec. Le dijo que él tenía el derecho de comprarlo primero, pero que si no quería hacerlo, él lo haría
El pariente dijo que él lo compraría. Pero entonces Booz le dijo que al comprar el campo también tendría que casarse con Rut, la nuera de Noemí, para levantar el nombre del difunto sobre su heredad. El pariente dijo que eso perjudicaría su propia herencia, y renunció a su derecho. Le aconsejó a Booz que fuera él quien lo comprara.
Booz tomó entonces diez testigos de entre los ancianos y les anunció que él había comprado el campo de Noemí y que se había casado con Rut. Los ancianos emitieron bendiciones a Booz y a Rut, y le desearon que tuvieran una descendencia tan numerosa como la de Raquel y Lea, que eran las madres del pueblo de Israel.
¿Qué bendición recibieron Rut y Booz?
Rut y Booz tuvieron un hijo llamado Obed, que fue una gran alegría para Noemí. Noemí tomó al niño en sus brazos y lo cuidó como si fuera suyo. Las mujeres del pueblo felicitaron a Noemí y le dijeron que Rut era mejor para ella que siete hijos, porque le había dado un nieto.
Mira TambiénLa Historia Del Centurión Romano Cornelio Según La BibliaObed creció y llegó a ser el padre de Isaí, y el abuelo de David, el famoso rey de Israel. Así, Rut y Noemí fueron parte de la genealogía del Mesías prometido, Jesucristo, el Salvador del mundo (Mateo 1:5-16).
Conclusión
La historia de Rut y Noemí nos muestra el poder del amor, la lealtad y la fe. Rut amó a Noemí como a su propia madre, y la acompañó en su aflicción. Fue leal a su familia y a su Dios, y no se dejó llevar por el egoísmo o la idolatría. Tuvo fe en las promesas de Dios y en su providencia, y se sometió a su voluntad.
Dios bendijo a Rut por su actitud ejemplar, y la hizo parte de su plan de salvación. A través de ella, Dios trajo al mundo al rey David, y más tarde al rey de reyes, Jesucristo.
Nosotros también podemos aprender a amar, a ser leales y a tener fe. Podemos confiar en que Dios cuida de nosotros y nos recompensa por nuestra obediencia. Podemos ser parte de su pueblo y de su propósito, si seguimos sus mandamientos y aceptamos a su Hijo como nuestro Señor y Salvador.
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