En Cristo Somos Una Nueva Creación, Las Cosas Viejas Han Pasado Y Todo Es Nuevo

La Biblia nos enseña que cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, experimentamos un cambio radical y profundo en nuestro ser. Ese cambio es lo que la Biblia llama ser una nueva creación. Ser una nueva creación significa que Dios nos hace nacer de nuevo, nos da una nueva naturaleza y nos transforma a su imagen. Ser una nueva creación significa que Dios nos libera del pecado, nos reconcilia consigo mismo y nos da un nuevo propósito.

Índice
  1. ¿Qué significa ser una nueva creación?
  2. ¿Qué significa que las cosas viejas han pasado?
  3. ¿Qué significa que todo es nuevo?
  4. Conclusión

¿Qué significa ser una nueva creación?

Ser una nueva creación significa que Dios nos hace nacer de nuevo, nos da una nueva naturaleza y nos transforma a su imagen. Nacer de nuevo es el acto sobrenatural por el cual Dios nos regenera por medio de su Espíritu Santo, nos da la vida eterna y nos hace sus hijos. Jesús dijo:

“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

Nacer de nuevo implica un cambio de estado, de condición y de relación. Tener una nueva naturaleza es el resultado práctico de nacer de nuevo, por el cual Dios nos cambia el corazón, la mente y la voluntad. Dios nos cambia el corazón, que es el centro de nuestras emociones, nuestros deseos y nuestros afectos.

En Cristo Somos Una Nueva Creación

Dios nos cambia la mente, que es el centro de nuestros pensamientos, nuestros razonamientos y nuestras actitudes. El Señor nos cambia la voluntad, que es el centro de nuestras decisiones, nuestras acciones y nuestras reacciones. Tener una nueva naturaleza implica un cambio de carácter, de conducta y de fruto.

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Ser transformados a su imagen es el proceso continuo de nacer de nuevo y tener una nueva naturaleza, por el cual Dios nos hace semejantes a él en su carácter y en su belleza. Dios nos hace semejantes a él en su carácter, que es el conjunto de sus atributos morales, como su santidad, su justicia, su amor, entre otras cosas. Dios nos hace semejantes a él en su belleza, que es el reflejo de su gloria, su majestad y su perfección. Ser transformados a su imagen implica un cambio de identidad, de propósito y de destino.

¿Qué significa que las cosas viejas han pasado?

Las cosas viejas han pasado significa que Dios nos libera del pecado, nos reconcilia consigo mismo y nos da un nuevo propósito. El pecado es la desobediencia o la rebelión contra la ley o la voluntad de Dios. El pecado es la causa de nuestra separación de Dios, de nuestra corrupción interior y de nuestra condenación eterna. El pecado es lo que caracteriza nuestra vida antes de conocer a Cristo.

Dios nos libera del pecado por medio de la obra redentora de Cristo en la cruz. Cristo murió por nuestros pecados, pagando el precio de nuestra culpa y satisfaciendo la justicia de Dios. Cristo resucitó para nuestra vida, garantizando nuestra liberación y nuestra victoria sobre el pecado. Pablo dice:

“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14).

Dios nos reconcilia consigo mismo por medio del sacrificio propiciatorio de Cristo en la cruz. Cristo murió para reconciliarnos con Dios, quitando la enemistad y restableciendo la comunión. Cristo resucitó para interceder por nosotros ante Dios, asegurando nuestra aceptación y nuestra bendición. Pablo dice:

“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo” (2 Corintios 5:18).

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Dios nos da un nuevo propósito por medio del llamamiento eficaz de Cristo por medio del evangelio. Cristo nos llama a seguirle como nuestro Señor, a servirle como nuestro Maestro y a glorificarle como nuestro Rey. Cristo nos llama a ser sus discípulos, sus testigos y sus embajadores. Pablo dice:

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

¿Qué significa que todo es nuevo?

Que todo es nuevo significa que Dios nos da una nueva vida, una nueva relación y una nueva esperanza. La nueva vida es la vida eterna que Dios nos da por medio de su Espíritu Santo, que nos regenera, nos santifica y nos capacita. La nueva vida es la vida abundante que Dios nos da por medio de su Hijo Jesucristo, que nos enseña, nos guía y nos protege.

La nueva vida es la vida de fe, de amor y de obediencia que Dios nos da por medio de su palabra, que nos ilumina, nos alimenta y nos corrige. La nueva relación es la relación filial que Dios nos da por medio de la adopción, que nos hace sus hijos amados, herederos de sus promesas y coherederos con Cristo.

Estamos hablando de la relación fraternal que Dios nos da por medio de la iglesia, que nos hace sus hijos adoptivos, miembros de su familia y parte de su cuerpo. La nueva relación es la relación misional que Dios nos da por medio del mundo, que nos hace sus hijos enviados, sal de la tierra y luz del mundo.

La nueva esperanza es la esperanza gloriosa que Dios nos da por medio de la resurrección de Cristo, que nos asegura nuestra resurrección futura, nuestra transformación a su imagen y nuestra entrada a su reino.

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La nueva esperanza es la esperanza bendita que Dios nos da por medio de la segunda venida de Cristo, que nos anticipa su manifestación gloriosa, su juicio justo y su recompensa eterna. Se trata de la esperanza viva que Dios nos da por medio de las aflicciones presentes, que nos purifican nuestra fe, nos fortalecen nuestro carácter y nos acercan a él.

Conclusión

En Cristo somos una nueva creación, las cosas viejas han pasado y todo es nuevo. Él es el que nos hace nacer de nuevo, nos da una nueva naturaleza y nos transforma a su imagen. Él es el que nos libera del pecado, nos reconcilia consigo mismo y nos da un nuevo propósito. Él es el que nos da una nueva vida, una nueva relación y una nueva esperanza. Esta realidad debe llenarnos de gratitud, de alabanza y de adoración. Esto también debe impulsarnos a vivir para él y como él vivió.

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