Muchos Nos Darán La Espalda En La Mala, Pero Dios No Nos Abandona

¿Alguna vez te has sentido solo, traicionado o abandonado por las personas que más querías? ¿Has pasado por momentos difíciles en los que nadie te apoyó ni te consoló? ¿Has sentido que tu vida no tiene sentido ni propósito? Si tu respuesta es sí, quiero decirte que no estás solo. Hay alguien que siempre está contigo, que te ama incondicionalmente y que nunca te dejará ni te desamparará. Ese alguien es Dios.

Dios es nuestro Padre celestial, nuestro Creador, nuestro Salvador y nuestro Amigo. Él nos conoce desde antes de nacer, nos ha dado la vida y nos ha bendecido con dones y talentos. Él tiene un plan perfecto para nosotros, un plan para darnos un futuro y una esperanza. Él quiere lo mejor para nosotros y desea tener una relación íntima y personal con cada uno.

Sin embargo, muchas veces nos alejamos de Dios por nuestro pecado, nuestra incredulidad o nuestra rebeldía. Nos dejamos llevar por el mundo, por las tentaciones, por las presiones o por las opiniones de los demás. Nos olvidamos de Dios, de su Palabra y de su voluntad. Y cuando hacemos eso, nos exponemos a sufrir las consecuencias de nuestra desobediencia y de nuestra ingratitud.

Pero, aun así, Dios no nos abandona. Él sigue siendo fiel, misericordioso y compasivo. Él sigue buscándonos, llamándonos y esperándonos. Él sigue perdonándonos, restaurándonos y sanándonos. Él sigue amándonos con un amor eterno, un amor que no cambia ni se acaba.

Ejemplos de la fidelidad de Dios en la biblia

La Biblia está llena de ejemplos de personas que experimentaron el amor y la fidelidad de Dios en medio de sus pruebas y tribulaciones. Personas como José, que fue vendido por sus hermanos y encarcelado injustamente; como David, que fue perseguido por Saúl y traicionado por su hijo Absalón; como Job, que perdió todo lo que tenía y sufrió una terrible enfermedad.

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También podemos hablar de Daniel, que fue lanzado al foso de los leones por no negar a su Dios; Ester, que arriesgó su vida para salvar a su pueblo; Pedro, que negó a Jesús tres veces y lloró amargamente; Pablo, que fue apedreado, azotado, encadenado y encarcelado por predicar el evangelio, entre otros personajes bíblicos.

Todos ellos pasaron por situaciones difíciles, dolorosas e injustas. Todos ellos fueron abandonados, rechazados o traicionados por los hombres. Pero todos ellos también fueron sostenidos, protegidos y bendecidos por Dios. Estos hombre y mujeres pudieron ver la mano de Dios obrando en sus vidas, transformando sus lágrimas en gozo, sus cenizas en belleza y sus derrotas en victorias.

¿Qué podemos aprender de los personajes bíblicos en cuanto a la fidelidad de Dios?

De los testimonios dados por los personajes bíblico podemos extraer varias enseñanzas:

• Dios no nos abandona cuando estamos en la mala.
• Dios está con nosotros en todo momento, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la escasez.
• Dios es nuestro refugio, nuestra fortaleza, nuestra ayuda y nuestra esperanza.
• Dios puede hacer todas las cosas posibles, incluso lo que parece imposible para nosotros.
• Dios tiene el control de todas las cosas y que todo lo hace cooperar para nuestro bien.

¿Cómo podemos responder al amor y a la fidelidad de Dios?

Debemos responder con fe, con confianza, con obediencia y con gratitud. Con fe, creyendo en su Palabra y en sus promesas. Con confianza, entregándole nuestras cargas y nuestros problemas. Con obediencia, haciendo su voluntad y cumpliendo sus mandamientos. Con gratitud, alabándole y adorándole con todo nuestro corazón.

No importa lo que estés pasando hoy, no importa lo que hayas hecho ayer, no importa lo que te espera mañana. Recuerda siempre que Dios no te abandona. Él está contigo siempre hasta el fin del mundo.

Conclusión

Muchos nos darán la espalda en la mala, pero Dios no nos abandona, Él siempre estará a nuestro lado para ayudarnos, consolarnos y fortalecernos. Nos ama sin condiciones, sin límites y sin reservas. Él es el único que puede llenar nuestro vacío, dar sentido a nuestra vida y darnos la paz que sobrepasa todo entendimiento.

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Por este motivo, no debemos alejarnos de Él, sino acercarnos más cada día. No debemos confiar en nosotros mismos, ni en los demás, ni en las cosas materiales, sino confiar plenamente en Él.

Es necesario recordar sus promesas, sus mandamientos y sus propósitos, sino recordarlos y cumplirlos. Así podremos vivir una vida plena, feliz y bendecida, una vida que glorifique a Dios y que sea de bendición para los demás. Recuerda que Dios tiene el control de todas las cosas y que todo lo hace cooperar para nuestro bien.