David y Saúl: Diferencias entre El Corazón De David Y El Corazón De Saúl

David y Saúl son dos personajes bíblicos que tuvieron un papel importante en la historia de Israel. Ambos fueron ungidos como reyes por el profeta Samuel, pero sus vidas y sus destinos fueron muy diferentes. ¿Qué los hizo tan distintos? ¿Qué podemos aprender de ellos? ¿Qué tipo de corazón tenemos nosotros?

En este artículo, veremos el contraste entre el corazón de David y el corazón de Saúl, y cómo esto afectó su relación con Dios, con los demás y consigo mismos. También veremos cómo podemos cultivar un corazón conforme al de David, y evitar un corazón como el de Saúl.

David y Saúl y sus corazones

Índice
  1. El corazón de David: Un corazón conforme al de Dios
  2. El corazón de Saúl: Un corazón alejado de Dios
  3. Diferencias entre los corazones de David y Saúl
  4. Preguntas frecuentes sobre David y Saúl y lo que podemos aprender de ellos
    1. ¿Qué significa tener un corazón conforme al de Dios?
    2. ¿Qué significa tener un corazón alejado de Dios?
    3. ¿Qué diferencia hay entre el corazón y la mente?
  5. Conclusión

El corazón de David: Un corazón conforme al de Dios

David fue el segundo rey de Israel, y el más famoso de todos. Fue el autor de muchos salmos, el antepasado de Jesús, y el modelo de un líder piadoso. La Biblia dice que David fue un hombre conforme al corazón de Dios. (Hechos 13:22) ¿Qué significa esto? ¿Qué características tenía el corazón de David?

  • Un corazón humilde: David reconoció su dependencia de Dios, y su necesidad de su gracia. No se enorgulleció de su posición, ni de sus logros, ni de sus dones, sino que los atribuyó a Dios. Nunca se comparó con los demás, ni los despreció, sino que los respetó y los honró. No se rebeló contra la autoridad, ni la usurpó, sino que la acató y la esperó. (1 Samuel 17:37; 18:14; 24:6-7; 26:9-11; 2 Samuel 7:18-29; 15:25-26; 22:28; Salmo 131).
  • Un corazón valiente: David confió en el poder de Dios, y se atrevió a enfrentar los desafíos y los peligros que se le presentaron. No se dejó intimidar por el tamaño, ni por el número, ni por la fama de sus enemigos, sino que los venció en el nombre de Dios. No permitió que el miedo lo paralizara, sino que avanzó con fe y con determinación. (1 Samuel 17:32-51; 23:1-5; 30:6-8; 2 Samuel 5:17-25; 8:1-14; 10:6-19; 12:28-31; Salmo 27).
  • Un corazón sensible: David amó a Dios con todo su ser, y expresó su amor con sus palabras y con sus acciones. Alabó a Dios con sus cantos, con sus instrumentos, con sus danzas, y con sus ofrendas. Obedeció a Dios con sus mandamientos, con sus testimonios, con sus juicios, y con sus pactos. Buscó a Dios con su oración, con su meditación, con su ayuno, y con su arrepentimiento. (1 Samuel 13:14; 16:7; 2 Samuel 6:14-15; 22:1-51; 23:1-7; 24:24-25; 1 Crónicas 16:7-36; 29:10-20; Salmo 63).
  • Un corazón generoso: David se preocupó por el bienestar de los demás, y compartió sus recursos y sus beneficios con ellos. No fue avaro, ni egoísta, ni mezquino, sino que fue liberal, y bondadoso, y magnánimo. No fue vengativo, ni rencoroso, ni cruel, sino que fue perdonador, y misericordioso, y compasivo. (1 Samuel 18:1-4; 20:41-42; 22:1-5; 24:16-22; 25:32-35; 30:21-25; 2 Samuel 1:17-27; 2:4-7; 4:9-12; 5:11-12; 9:1-13; 19:16-23; 21:1-14; 24:14-17; 1 Crónicas 22:1-19; Salmo 41).

El corazón de Saúl: Un corazón alejado de Dios

Saúl fue el primer rey de Israel, y el más trágico de todos. Fue escogido por Dios, y dotado de dones y de oportunidades, pero los desperdició y los perdió. La Biblia dice que Saúl se apartó de Dios, y que Dios se apartó de él. (1 Samuel 15:10-11; 16:14) ¿Qué causó esto? ¿Qué características tenía el corazón de Saúl?

  • Un corazón orgulloso: Saúl se enalteció de su posición, y de sus logros, y de sus dones, y los usó para su propia gloria. Se comparó con los demás, y los envidió, y los persiguió. Se rebeló contra la autoridad, y la desobedeció, y la desafió. (1 Samuel 10:22; 13:8-14; 14:24-46; 15:12-23; 18:6-9; 20:30-33; 22:6-19; 28:6-20; 31:4).
  • Un corazón temeroso: Saúl se fió de su propia fuerza, y se acobardó ante los desafíos y los peligros que se le presentaron. Se dejó intimidar por el tamaño, por el número, por la fama de sus enemigos, y los temió más que a Dios. Se dejó paralizar por el miedo, por la duda, por la incertidumbre, y no consultó ni confió en Dios. (1 Samuel 10:27; 13:5-7; 15:24; 17:11; 28:5; 31:3-4).
  • Un corazón insensible: Saúl se alejó de Dios, y no expresó su amor con sus palabras ni con sus acciones. No alabó a Dios, ni le obedeció, ni le buscó, sino que le deshonró, le desobedeció y le rechazó. No amó a los demás, ni se preocupó por su bienestar, sino que los oprimió, los explotó y los maltrató. (1 Samuel 11:14-15; 13:13-14; 14:37-45; 15:9-35; 16:14-23; 18:10-11; 19:1-10; 20:30-34; 22:6-23; 23:7-29; 24:1-22; 26:1-25; 28:6-25; 31:1-6).
  • Un corazón avaro: Saúl se aferró a sus recursos y a sus beneficios, y no los compartió ni los usó para el bien común. Fue avaro, y egoísta, y mezquino, y no fue liberal, ni bondadoso, ni magnánimo. Fue vengativo, y rencoroso, y cruel, y no fue perdonador, ni misericordioso, ni compasivo. (1 Samuel 14:24-30; 15:9-21; 18:12-13; 20:31; 22:7-8; 23:7-23; 24:1-22; 26:1-25; 28:21-25; 31:1-6).

Diferencias entre los corazones de David y Saúl

El contraste entre David y Saúl y sus corazones, se puede ver en varios aspectos de su relación con Dios, con los demás y consigo mismos. Veamos algunos de ellos:

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  • Su relación con los demás: David se relacionó con los demás con amor, con respeto y con justicia. Saúl se relacionó con los demás con odio, con desprecio y con injusticia. Fue un amigo fiel, un líder ejemplar, un padre amoroso y un rey benevolente. Saúl era un enemigo cruel, un líder tirano, un padre negligente y un rey opresor. David se ganó el aprecio, la confianza y la lealtad de los demás. Saúl fue acreedor del rechazo, la desconfianza y la rebelión de los demás. (1 Samuel 18:1-4; 20:41-42; 22:1-5; 24:16-22; 25:32-35; 30:21-25; 2 Samuel 1:17-27; 2:4-7; 4:9-12; 5:11-12; 9:1-13; 19:16-23; 21:1-14; 24:14-17; 1 Crónicas 16:7-36; 29:10-20; Salmo 41; 1 Samuel 18:6-9; 20:30-33; 22:6-19; 23:7-29; 24:1-22; 26:1-25; 28:6-20; 31:1-6).
  • Su relación consigo mismos: David se aceptó a sí mismo, y se esforzó por mejorar y por crecer. Saúl se rechazó a sí mismo, y se dejó llevar por el deterioro y por la decadencia. Se arrepintió de sus errores, y buscó el perdón y la restauración. Saúl se justificó en sus pecados, y buscó la excusa y la evasión. David se mantuvo firme en su fe, y perseveró hasta el fin. Saúl se desvió de su camino, y desistió al final. (1 Samuel 16:7; 17:32-37; 24:5-7; 26:9-11; 2 Samuel 7:18-29; 12:13-23; 15:25-26; 22:1-51; 23:1-7; 24:10-25; Salmo 51; 1 Samuel 10:22; 13:8-14; 14:24-46; 15:9-35; 16:14-23; 18:10-11; 19:1-10; 20:30-34; 22:6-23; 23:7-29; 24:1-22; 26:1-25; 28:5-25; 31:1-6).

Preguntas frecuentes sobre David y Saúl y lo que podemos aprender de ellos

Aquí hay algunas preguntas frecuentes que pueden surgir al leer este artículo, y sus respectivas respuestas:

¿Qué significa tener un corazón conforme al de Dios?

Significa tener un corazón que ama a Dios, que le obedece, que le busca, que le alaba, que le agradece, que le sirve, que le honra, que le agrada, que le refleja, que le imita, que le sigue, que le confía, que le espera, que le adora.

¿Qué significa tener un corazón alejado de Dios?

Significa tener un corazón que no ama a Dios, que no le obedece, que no le busca, que no le alaba, que no le agradece, que no le sirve, que no le honra, que no le agrada, que no le refleja, que no le imita, que no le sigue, que no le confía, que no le espera, que no le adora.

¿Qué diferencia hay entre el corazón y la mente?

El corazón y la mente son dos aspectos de nuestra personalidad, que se relacionan entre sí, pero que no son lo mismo. El corazón se refiere a nuestro centro afectivo, donde se alojan nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestros deseos, nuestros afectos, nuestros valores, entre otras cosas.

La mente se refiere a nuestro centro intelectual, donde se alojan nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestros razonamientos, nuestros conocimientos, nuestros juicios, etc. El corazón y la mente deben estar en armonía, y sometidos a la voluntad de Dios. (Proverbios 4:23; 23:7; Mateo 22:37; Marcos 12:30; Lucas 10:27; Romanos 12:2; 1 Corintios 2:16; Filipenses 4:7; Colosenses 3:15; Hebreos 4:12).

Conclusión

David y Saúl nos muestran dos formas de vivir y de relacionarnos con Dios, con los demás y con nosotros mismos. El corazón de David nos muestra una forma de vivir conforme al corazón de Dios, con humildad, con valentía, con sensibilidad y con generosidad. El corazón de Saúl nos muestra una forma de vivir alejada del corazón de Dios, con orgullo, con temor, con insensibilidad y con avaricia.

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¿Qué tipo de corazón tenemos nosotros? ¿Tenemos un corazón como el de David, o como el de Saúl? ¿Qué podemos hacer para cultivar un corazón conforme al de Dios, y evitar un corazón alejado de él? La Biblia nos dice que Dios es el que conoce nuestro corazón, y el que puede cambiarlo. (1 Samuel 16:7; Ezequiel 36:26-27).

Dios nos invita a examinar nuestro corazón, y a confesarle nuestros pecados, y a pedirle su perdón, y su gracia, y su ayuda. (Salmo 139:23-24; 1 Juan 1:9; Hebreos 4:16) Dios nos promete que si le buscamos de todo corazón, él se dejará hallar por nosotros, y nos dará un corazón y un espíritu nuevos. (Jeremías 29:13; 2 Crónicas 7:14; Salmo 51:10-12).

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