¿Cuál Es El Significado De 2 Crónicas 7:14?

2 Crónicas 7:14 es uno de los versículos más conocidos y citados de la Biblia. Dice así:

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra".

Cuál Es El Significado De 2 Crónicas 7:14

¿Qué significa 2 Crónicas 7:14 pasaje para los cristianos de hoy? ¿Qué implica humillarse, orar, buscar el rostro de Dios y convertirse de los malos caminos? ¿Qué promesas hay para los que obedecen estas condiciones? Aquí vamos a explorar estas preguntas con base bíblica y aplicaciones prácticas.

Índice
  1. 1. Humillarse ante Dios
  2. 2. Orar a Dios
  3. 3. Buscar el rostro de Dios
  4. 4. Convertirse de los malos caminos
  5. Las promesas de Dios
  6. Conclusión

1. Humillarse ante Dios

La primera condición que Dios pone para bendecir a su pueblo es que se humille. Humillarse significa reconocer nuestra dependencia de Dios, nuestra necesidad de su gracia y nuestra incapacidad de salvarnos por nosotros mismos. Humillarse significa también someterse a la voluntad de Dios, aceptar su autoridad y sus mandamientos, y renunciar a nuestro orgullo y a nuestra autosuficiencia.

Esto también implica confesar nuestros pecados, arrepentirnos de ellos y pedir perdón a Dios. Además, se nos está diciendo que debemos tener una actitud de servicio hacia los demás, no buscar nuestra propia gloria sino la de Dios, y no despreciar ni juzgar a nadie.

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La Biblia nos enseña que Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes (Santiago 4:6). Jesús dijo que el que se humilla será exaltado, pero el que se exalta será humillado (Mateo 23:12). El ejemplo más grande de humildad lo tenemos en el mismo Jesús, que siendo Dios se hizo hombre, se despojó de su gloria y se humilló hasta la muerte en la cruz (Filipenses 2:5-8). Si queremos ser bendecidos por Dios, debemos seguir el ejemplo de Jesús y humillarnos ante él.

2. Orar a Dios

Orar significa comunicarnos con Dios, expresarle nuestro amor, nuestra adoración, nuestra gratitud, nuestras peticiones y nuestras necesidades. Orar significa también escuchar a Dios, meditar en su palabra, obedecer sus instrucciones y estar atentos a su voz. Debemos interceder por otros, pedir por sus necesidades, por su salvación y por su bienestar. Además, debemos clamar a Dios por su intervención, por su misericordia y por su justicia.

La palabra de Dios, nos enseña que la oración es poderosa y eficaz (Santiago 5:16). Jesús nos enseñó a orar con fe, con perseverancia y con confianza en el nombre del Padre (Mateo 6:9-13; 7:7-11; Juan 14:13-14). El mayor ejemplo de oración lo tenemos en el mismo Jesús, que oraba constantemente al Padre, en todo tiempo y en todo lugar (Marcos 1:35; Lucas 6:12; Juan 17).

3. Buscar el rostro de Dios

Buscar el rostro de Dios significa buscar su presencia, su comunión y su intimidad. Nos está diciendo también que debemos buscar su carácter, su santidad y su gloria. Es necesario buscar además su voluntad, su propósito, su plan para nuestras vidas, su favor y su gracia.

La Biblia dice que el que busca a Dios lo halla (Jeremías 29:13). También habla de la vida eterna por buscar lo de arriba (Mateo 6:33; Colosenses 3:1-4). Jesús siempre hacía lo que agradaba al Padre y cumplía la misión que Dios le había encomendado (Juan 4:34; 5:19; 8:29).

4. Convertirse de los malos caminos

La cuarta condición que Dios pone para bendecir a su pueblo es que se convierta de sus malos caminos. Convertirse significa cambiar de dirección, dejar el pecado y seguir la justicia. También quiere decir cambiar de mente, renovar el entendimiento y adoptar la perspectiva de Dios. Esto implica cambiar de corazón, transformar los afectos y amar lo que Dios ama. Convertirse significa cambiar de vida, fructificar en buenas obras y reflejar el carácter de Cristo.

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La Palabra dice que Dios quiere que todos se arrepientan y se conviertan (2 Pedro 3:9). Jesús vino al mundo para llamar a los pecadores al arrepentimiento, murió por nuestros pecados y resucitó para darnos una nueva vida (Lucas 5:32; 1 Corintios 15:3-4; 2 Corintios 5:17). Si queremos ser bendecidos por Dios, debemos seguir el ejemplo de Jesús y seguir su ejemplo.

Las promesas de Dios

Si cumplimos estas cuatro condiciones, Dios nos promete tres cosas: oír desde los cielos, perdonar nuestros pecados y sanar nuestra tierra. Estas promesas son aplicables tanto a nivel individual como colectivo. Dios quiere oír nuestras oraciones, perdonar nuestras ofensas y sanar nuestras heridas. El Señor quiere oír las oraciones de su pueblo, perdonar los pecados de su nación y sanar las aflicciones de su mundo. La Biblia nos enseña que Dios es fiel y cumple sus promesas (Números 23:19).

Conclusión

2 Crónicas 7:14 es un versículo lleno de significado y relevancia para los cristianos de hoy. Nos muestra las condiciones que Dios pone para bendecir a su pueblo y las promesas que nos hace si las cumplimos. Nos invita a humillarnos, orar, buscar su rostro y convertirnos de nuestros malos caminos. Nos asegura que él nos oirá, nos perdonará y sanará nuestra tierra. Nos reta a seguir el ejemplo de Jesús, el humilde, el orante, el buscador, el convertido, el fiel.

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