¿Cuál Es El Pacto Abrahámico Y Cómo Se Hizo? Elementos, Símbolos Y Vigencia

El pacto abrahámico es el acuerdo que Dios estableció con Abraham y su descendencia, por el cual les prometió bendiciones materiales y espirituales, entre las que se destacan la posesión de la tierra de Canaán, el origen de una gran nación y la mediación de la salvación para todas las familias de la tierra.

Este pacto se encuentra en el libro del Génesis, donde se relata cómo Dios llamó a Abraham a salir de su tierra natal, Ur de los caldeos, y a confiar en sus promesas. A lo largo de su vida, Abraham tuvo varias experiencias en las que Dios le confirmó y amplió los términos del pacto, hasta llegar a poner a prueba su fe al pedirle que sacrificara a su hijo Isaac.

El pacto abrahámico

El pacto abrahámico tiene una gran importancia para la historia de la salvación, pues marca el inicio del plan de Dios para formar un pueblo propio, Israel, que sería el depositario de sus revelaciones y el canal de sus bendiciones para el mundo. Además, este pacto apunta al cumplimiento definitivo de las promesas de Dios en Jesucristo, el descendiente de Abraham por excelencia.

Índice
  1. Los elementos del pacto abrahámico
    1. Las partes del pacto son Dios y Abraham con su descendencia
  2. Las promesas de Dios
  3. Los signos
  4. La vigencia del pacto abrahámico
  5. Conclusión

Los elementos del pacto abrahámico

El pacto abrahámico se compone de varios elementos que se pueden agrupar en tres categorías: las partes, las promesas y los signos.

Las partes del pacto son Dios y Abraham con su descendencia

Dios es el iniciador y el garante del pacto, pues él es quien lo propone y lo ratifica con su palabra y su juramento. Dios se presenta como el Señor (Yahvé), el Dios Todopoderoso (El Shaddai) y el Dios Eterno (El Olam), mostrando así su soberanía, su fidelidad y su eternidad.

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Abraham es el receptor y el representante del pacto, pues él es quien lo acepta y lo transmite a sus hijos. Abraham significa “padre de una multitud”, nombre que le dio Dios en sustitución de Abram, que significa “padre exaltado”. Abraham se caracteriza por su fe, su obediencia y su intercesión, demostrando así su confianza, su sumisión y su amor.

La descendencia de Abraham son los beneficiarios y los continuadores, pues ellos son quienes heredan y cumplen las promesas de Dios. La descendencia de Abraham se compone principalmente de Isaac e Ismael, sus hijos con Sara y Agar respectivamente, y de Jacob e Esaú, sus nietos con Rebeca. De estos, solo Isaac y Jacob son los elegidos por Dios para perpetuar el pacto, mientras que Ismael y Esaú reciben bendiciones secundarias.

Las promesas de Dios

Las promesas del pacto son los beneficios que Dios concede a Abraham y a su descendencia, como expresión de su gracia y de su propósito. Estas promesas se pueden resumir en tres:

  1. La promesa de la tierra: Dios le promete a Abraham que le dará la tierra de Canaán, desde el río de Egipto hasta el río Eufrates, como posesión perpetua para él y sus descendientes (Génesis 12:7; 15:18-21; 17:8). Esta tierra representa el lugar donde Dios habitará con su pueblo y lo protegerá de sus enemigos.
  2. La promesa de la descendencia: Dios le promete a Abraham que le dará una descendencia numerosa, como las estrellas del cielo y como la arena del mar, que será bendecida por él y que será fuente de bendición para otros (Génesis 12:2; 15:4-6; 17:4-6; 22:17-18). Esta descendencia representa el pueblo que Dios formará para sí mismo y para revelar su voluntad al mundo.
  3. La promesa de la bendición: Dios le promete a Abraham que le bendecirá en todos los aspectos de su vida, que hará famoso su nombre y que hará que todas las familias de la tierra sean benditas en él (Génesis 12:2-3; 17:16; 18:18). Esta bendición representa el favor y la prosperidad que Dios otorga a su pueblo y que extiende a las naciones por medio de su testimonio y su misión.

Los signos

Los signos del pacto son los símbolos que Dios establece para recordar y confirmar su pacto con Abraham y su descendencia. Estos signos son dos:

  • El signo de la circuncisión: Dios le ordena a Abraham que circuncide a todo varón de su casa, tanto a los nacidos como a los comprados, como señal del pacto entre él y Dios (Génesis 17:9-14). La circuncisión representa la consagración y la pertenencia al pueblo de Dios, así como la necesidad de apartarse del pecado y de la impureza.
  • El signo del sacrificio: Dios le pide a Abraham que ofrezca a su hijo Isaac como holocausto en el monte Moriah, como prueba de su fe y de su obediencia (Génesis 22:1-19). El sacrificio representa la entrega y la confianza en el poder y la provisión de Dios, así como el anuncio de la futura ofrenda de Jesucristo, el Cordero de Dios.

La vigencia del pacto abrahámico

El pacto abrahámico tiene una vigencia eterna, pues así lo declaró Dios al establecerlo con Abraham y su descendencia (Génesis 17:7). Sin embargo, este pacto no se cumple de manera automática ni inmediata, sino que requiere de la cooperación humana y del cumplimiento de las condiciones que Dios impone.

Por un lado, el pacto implica una responsabilidad por parte de Abraham y su descendencia, que consiste en guardar los mandamientos de Dios, practicar la justicia y la misericordia, y ser fieles al Dios único y verdadero. Estas condiciones se expresan en el código mosaico, que es el pacto que Dios hizo con Israel en el monte Sinaí, donde les dio la ley y el culto (Éxodo 19-24).

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Por otro lado, se trata de una esperanza por parte de Abraham y su descendencia, que consiste en aguardar el cumplimiento pleno y definitivo de las promesas de Dios, que se realizan en Jesucristo, el Mesías prometido. Esta esperanza se expresa en el nuevo pacto, que es el pacto que Dios hace con la humanidad por medio de la muerte y resurrección de Jesús, donde les ofrece el perdón y la vida eterna (Jeremías 31:31-34; Lucas 22:20).

Así pues, el pacto abrahámico tiene una vigencia eterna, pero también una progresión histórica. Se inicia con Abraham, se desarrolla con Israel y se consuma con Jesucristo. Por eso, los cristianos somos herederos del pacto abrahámico, pues por la fe en Jesús somos incorporados a la descendencia espiritual de Abraham y participamos de sus bendiciones (Gálatas 3:7-9; 3:26-29).

Conclusión

El pacto abrahámico es el acuerdo que Dios estableció con Abraham y su descendencia para bendecirlos y hacerlos bendición. Este pacto tiene una gran importancia para la historia de la salvación, pues marca el inicio del plan de Dios para formar un pueblo propio, Israel, que sería el depositario de sus revelaciones y el canal de sus bendiciones para el mundo. Además, este pacto apunta al cumplimiento definitivo de las promesas de Dios en Jesucristo, el descendiente de Abraham por excelencia.

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