La Vestimenta De Una Cristiana No Tiene Nada Que Ver Con La Santidad

La ropa que usamos es una forma de expresar nuestra personalidad, nuestro gusto y nuestro estilo. Pero ¿Tiene algo que ver con nuestra santidad? ¿Hay alguna norma bíblica que nos indique cómo debe ser la vestimenta de una cristiana? ¿Qué dice la Biblia sobre la ropa que deben usar los cristianos? En este artículo vamos a explorar lo que la Palabra de Dios nos enseña sobre la vestimenta y la santidad, y cómo podemos aplicarlo a nuestra vida cristiana.

¿Qué dice la Biblia sobre la vestimenta de una cristiana?

Muchas veces se piensa que la forma de vestir de una persona refleja su nivel de santidad o de compromiso con Dios. Sin embargo, esta idea no tiene fundamento bíblico y puede llevar a caer en legalismos o en juicios superficiales.

 

La Biblia no da normas específicas sobre cómo deben vestirse los cristianos. Lo que sí hace es dar algunos principios generales que podemos aplicar a nuestra forma de vestir. Algunos de estos principios son:

• La modestia: se trata de una actitud del corazón que busca honrar a Dios y a los demás con nuestro cuerpo y nuestra ropa. La modestia no significa vestirse de forma aburrida o anticuada, sino de forma apropiada y respetuosa. La Biblia nos dice que debemos vestirnos con pudor y modestia, sin llamar la atención por nuestra apariencia externa (1 Timoteo 2:9-10).
• La libertad: la libertad es el regalo que Dios nos ha dado al salvarnos por gracia y no por obras. La libertad nos permite disfrutar de las cosas buenas que Dios ha creado, sin estar sujetos a reglas humanas que no tienen valor espiritual. La Biblia nos dice que somos libres en Cristo y que nadie nos juzgue por lo que comemos o bebemos, o por lo que usamos (Colosenses 2:16-17).
• El amor: el amor es el mandamiento más importante que Dios nos ha dado y el distintivo de los cristianos. Se trata de algo que nos lleva a considerar las necesidades y los sentimientos de los demás, y a buscar su bienestar y su edificación. La Biblia nos dice que debemos hacer todo por amor y para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31-33).

¿Qué implica esto para nuestra forma de vestir?

Esto implica que nuestra forma de vestir debe ser una expresión de nuestra identidad en Cristo y de nuestro deseo de agradarle a él y no a los hombres. Esto significa que:

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• La vestimenta de una cristiana no debe ser de forma provocativa o inmoral, que pueda causar tropiezo o tentación a otros (Mateo 5:28).
• No debemos vestirnos de forma rígida o legalista, que pueda transmitir una falsa imagen de santidad o superioridad (Mateo 23:5-7).
• No debemos vestirnos de forma indiferente o descuidada, que pueda reflejar una falta de respeto por nosotros mismos o por los demás (1 Corintios 6:19-20).
• La vestimenta de una cristiana debe ser adecuada y prudente, teniendo en cuenta el contexto, la ocasión y la cultura en la que vive (Romanos 12:2).
• Debemos vestirnos de forma alegre y creativa, aprovechando la diversidad y la belleza de las cosas que Dios ha hecho (Salmo 104:24).

Qué simbolizaba la ropa en la época antigua

En la antigüedad, la ropa tenía un significado, veamos cuál era:

La vestimenta en el Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento encontramos varias referencias a la ropa que usaban los israelitas y los demás pueblos de la época. Algunas de ellas tienen que ver con el significado simbólico o ceremonial de la vestimenta, como por ejemplo:

• La ropa sacerdotal, que estaba diseñada con detalles específicos para representar la dignidad y la función de los sacerdotes que servían en el tabernáculo y luego en el templo (Éxodo 28).
• La vestimenta del sumo sacerdote, que además de los elementos comunes a los demás sacerdotes, tenía un pectoral con doce piedras que representaban las doce tribus de Israel, y una placa de oro con la inscripción "Santidad a Jehová" (Éxodo 28:15-38).
• La ropa del rey, que era una señal de su autoridad y su gloria, y que podía ser muy costosa y lujosa, como la del rey Salomón (1 Reyes 10:25).
• La ropa de luto, que era una forma de expresar el dolor y el arrepentimiento por la muerte de un ser querido o por el pecado cometido. Por lo general consistía en rasgar las vestiduras, ponerse cilicio (un tejido áspero hecho de pelo de cabra) y ceniza sobre la cabeza (Génesis 37:34; Jonás 3:5-6).

Otras referencias tienen que ver con las normas morales o culturales que regían la forma de vestir de los israelitas, como por ejemplo:

• La prohibición de mezclar lana y lino en una misma prenda, que podría tener un sentido higiénico o simbólico de no mezclar lo sagrado con lo profano (Levítico 19:19; Deuteronomio 22:11).
• La prohibición de usar ropa del sexo opuesto, que podría tener un sentido de preservar la identidad sexual y evitar la confusión o la perversión (Deuteronomio 22:5).
• La obligación de hacer flecos en las cuatro puntas del manto, que servían como recordatorio de los mandamientos de Dios y como distintivo del pueblo elegido (Números 15:37-41; Deuteronomio 22:12).

Sin embargo, ninguna de estas normas tenía como objetivo principal regular la apariencia externa o la moda de los israelitas, sino más bien reflejar su relación con Dios y su separación del mundo. La santidad no dependía de la ropa que usaban, sino de la obediencia a Dios y su voluntad.

La vestimenta en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento encontramos menos referencias a la ropa que usaban los judíos y los cristianos de la época. Algunas de ellas tienen que ver con el cumplimiento o el contraste de las profecías o las tipologías del Antiguo Testamento, como por ejemplo:

• La ropa de Juan el Bautista, que era de pelo de camello y un cinturón de cuero, y que recordaba al profeta Elías (Mateo 3:4; 2 Reyes 1:8).
• La vestimenta de Jesús, que era sin costura y tejida de una sola pieza, y que fue repartida por los soldados romanos al pie de la cruz (Juan 19:23-24; Salmo 22:18).
• La ropa blanca de los santos, que simboliza su pureza y su victoria sobre el pecado y la muerte (Apocalipsis 3:4-5; 7:9-14).

Otras referencias tienen que ver con las instrucciones o las exhortaciones que se dan a los cristianos sobre cómo deben vestirse, como por ejemplo:

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• El mandato de Jesús de no preocuparse por la ropa ni por lo material, sino buscar primero el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:25-34).
• El consejo de Pablo a las mujeres cristianas de adornarse con modestia y pudor, no con peinados ostentosos ni joyas ni vestidos costosos, sino con buenas obras (1 Timoteo 2:9-10; 1 Pedro 3:3-4).
• El ejemplo de Pedro y Juan, que eran reconocidos como hombres sin letras ni educación, pero llenos del Espíritu Santo (Hechos 4:13).

De nuevo, vemos que lo más importante no es la apariencia externa o la moda, sino el corazón y el carácter. La santidad no depende de la ropa, es decir la vestimenta de una cristiana no implica que esta sea santa o no.

Conclusión

La vestimenta de una cristiana no tiene nada que ver con la santidad, porque la santidad es una cuestión del corazón y no del exterior. Lo que realmente importa es tener un corazón limpio y sincero delante de Dios, que se refleje en nuestra forma de vivir y de relacionarnos con los demás. La forma de vestir es solo un aspecto secundario y relativo, que debe estar sujeto a los principios bíblicos de modestia, libertad y amor.