25 Maneras De Escuchar A Dios Y Oír Al Señor
La vida cristiana es la búsqueda de una relación con el Señor. Nuestro Dios nos escucha y nos habla. Debemos aprender a escucharlo y a discernir su voz. Aquí tienes 25 formas estupendas de hacerlo.
- 1. Consulta la biblia para aprender a discernir la voz de Dios
- 2. Ora y pide a Dios que te hable a través de su Palabra
- 3. Lee lentamente un pasaje de la Biblia, prestando atención a lo que la Escritura te enseña
- 4. Guarda silencio durante unos minutos y deja que Dios te hable
- 5. Presta atención a lo que Dios te haga pensar mientras escuchas su voz
- 6. Pide a Dios que te confirme lo que has oído
- 7. Busca el consejo de Dios para que te guíe
- 8. Asegúrate de que quieres escuchar la voz de Dios por las razones correctas
- 9. Siempre que Dios te hable, sé humilde al respecto
- 10. Recuerda que Dios puede hablarte de muchas maneras
- 11. Pide a Dios que te ayude a seguir lo que has aprendido en su Palabra
- 12. Aprende a discernir si era la voz de Dios, de otra persona o de tu imaginación
- 13. Estudia la Biblia para conocer mejor a Dios
- 14. Asigna tiempo para Dios en tu rutina diaria.
- 15. No utilices la Biblia como una bola mágica
- 16. No esperes que Dios te hable como tú quieres
- 17. No persigas la experiencia de oír la voz de Dios en ti mismo, sino búscalo
- 18. Busca la presencia de Dios para escucharle mejor
- 19. No asumas que Dios está callado sólo porque no ha hablado como esperabas
- 20. Reconoce el silencio de Dios y sigue buscándolo
- 21. Escucha la voz de Dios en tus circunstancias
- 22. Cuando Dios te hable, debes responderle
- 23. Cuando Dios te habla, debes obedecer
- 24. Comparte lo que has escuchado de Dios con los demás
- 25. Da gracias a Jesucristo, el Hijo amado de Dios, que nos ha permitido escuchar al Padre
- Conclusión
1. Consulta la biblia para aprender a discernir la voz de Dios
La Biblia es la Palabra de Dios, Su revelación para nosotros, soplada por Su Espíritu Santo a través de autores humanos (2 Timoteo 3:16-17). El primer paso que debes dar es aprender a identificar la verdadera voz de Dios tal y como la comunica a través de las Escrituras. Para poder identificar la verdadera voz de Dios, debes leer la Biblia. Si lo que has oído va en contra de lo que enseña la Biblia, sabrás que no era la voz del Señor (Juan 10:4-5, 7-8, 14).
2. Ora y pide a Dios que te hable a través de su Palabra
Antes de leer la Biblia, empieza por orar. Necesitas la guía del Espíritu Santo para acercarte correctamente a la Palabra del Señor. Pídele que te abra los ojos y el corazón para que puedas escuchar Su propia voz (Salmo 119:18). Aquí tienes un ejemplo de oración que puedes utilizar:
Querido Señor,
Gracias por tu palabra.
Gracias por permitirme aprender más sobre Ti y tu voluntad.
Ayúdame a escuchar la pequeña y tranquila voz del Espíritu Santo.
Ayúdame a comprender el mensaje que Tú, Señor, tienes para mí, y ayúdame a ponerlo en práctica en mi vida.
Dame sabiduría para discernir, un corazón humilde para aceptar y el valor para hacer tu voluntad.
Finalmente, amén.
3. Lee lentamente un pasaje de la Biblia, prestando atención a lo que la Escritura te enseña
Deja que el Espíritu de Dios te hable a través del texto bíblico (Juan 14:26). Puedes utilizar las siguientes preguntas para ayudarte a identificar las ideas clave del texto:
Mira TambiénLos 50 Mejores Juegos Para Romper El Hielo Para Grupos De Jóvenes- ¿Hay algo que necesites aprender sobre el carácter de Dios (el Padre, Jesucristo o el Espíritu Santo)?
- ¿Hay algo que necesites aprender sobre ti mismo como hijo de Dios?
- ¿Hay algún pecado que debas confesar y del que debas arrepentirte?
- ¿Hay algún mandamiento que debas obedecer?
- ¿Hay algo que necesites cambiar en tu vida?
- ¿Hay un buen ejemplo que debas emular o un mal ejemplo que debas evitar?
- ¿Hay alguna promesa que se aplique a ti y que debas conocer?
4. Guarda silencio durante unos minutos y deja que Dios te hable
Acalla las voces interiores (Lamentaciones 3:26) y deja que Dios escudriñe tu corazón (Salmo 139:23-24). Deja que la vocecita del Espíritu Santo te muestre lo que debes aprender y lo que debes cambiar en tu vida. Deja que esa verdad se hunda.
5. Presta atención a lo que Dios te haga pensar mientras escuchas su voz
Puede ser un versículo bíblico, una canción, un mensaje de un sermón, una impresión, un consejo que hayas oído antes. Primero, escríbelo, para que no lo olvides. Luego, reza y medita en ella a lo largo del día (Salmo 19:14).
6. Pide a Dios que te confirme lo que has oído
Presta atención para que puedas escuchar la confirmación. Si buscas la dirección de Dios respecto a una decisión importante en tu vida, asegúrate de entender el mensaje de Dios antes de actuar (Proverbios 16:1).
7. Busca el consejo de Dios para que te guíe
Tu mentor o tu pastor pueden ayudarte a asegurarte de que entiendes el mensaje de Dios, y pueden darte sugerencias sobre cómo ponerlo en práctica (Proverbios 12:15). También pueden ayudarte a discernir si lo que has oído era un mensaje legítimo de Dios o si eran tus propios pensamientos.
8. Asegúrate de que quieres escuchar la voz de Dios por las razones correctas
No lo hagas por razones equivocadas. No busques la voz de Dios sólo para validar tu propia comprensión de una situación o tu propia autoridad sobre los demás. En lugar de ello, estate dispuesto a enfrentarte, a desafiarte y a humillarte por ello (Romanos 12:2). Dios quiere corregirnos y utilizarnos para servir a los demás, no al revés.
9. Siempre que Dios te hable, sé humilde al respecto
Recuerda que Dios no tiene que hacer nada por nosotros. Todo lo que Él hace es por amor y gracia. Por lo tanto, no creas que mereces ninguna atención de Él. Tampoco te hace más especial que los demás. Permanece humilde y Dios seguirá hablándote (Santiago 4:6; Gálatas 6:3).
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La mejor manera de escuchar la voz de Dios es leer la Biblia, pero Dios puede hablarte de muchas maneras diferentes. Puede que esperes una voz audible, pero Él puede hablarte en un suave susurro en tu mente, a través de otras personas (aunque no se den cuenta), a través de libros, música, sermones, etc.
11. Pide a Dios que te ayude a seguir lo que has aprendido en su Palabra
Ser discípulo de Jesús no es fácil. Necesitamos que el Espíritu Santo nos ayude a poner en práctica la Palabra de Dios en nuestra vida (Juan 14:26). Así que pide su ayuda. Puedes utilizar esta plantilla:
Padre Celestial,
Gracias por tu Palabra y por lo que he aprendido a través de ella.
Gracias por hablarme y mostrarme lo que quieres que haga.
. No puedo hacerlo sola.
Que tu Espíritu Santo me dé ____________ (valor/paciencia/sabiduría/amor/etc) para que pueda _____________ (lo que necesitas que haga).
Guíame según tu voluntad y protégeme.
Ruego que ____________ (haciendo lo que debes hacer) traiga gloria a Tu Santo Nombre.
Amen.
12. Aprende a discernir si era la voz de Dios, de otra persona o de tu imaginación
Nuestro afán o inexperiencia puede hacernos creer que hemos oído la voz de Dios cuando no es así. Por tanto, debes distinguir entre los deseos de tu corazón y el deseo de Dios para tu vida. Por lo tanto, tienes que aprender más sobre Dios y su voluntad a partir de la Biblia: Él no nos dirá nada que no esté de acuerdo con las Escrituras. Cuanto más aprendas, más podrás discernir (Hebreos 5:14).
13. Estudia la Biblia para conocer mejor a Dios
La Biblia nos dice que Jesucristo es el buen pastor. En el capítulo 10 de Juan, Él se comparó con un pastor de ovejas, y dijo que sus propias ovejas conocen su voz (Juan 10:4-5, 7-8, 14). Así es como aprendemos a distinguir la voz de Jesús: pasando tiempo con Él y escuchándole a diario mediante el estudio de la Biblia y el tiempo de oración (Romanos 15:4). La práctica espiritual de hablar y escuchar debe ser un signo de una relación íntima con el Señor.
14. Asigna tiempo para Dios en tu rutina diaria.
La oración, el tiempo de silencio con Dios, el estudio de la Biblia y la lectura devocional: todas estas cosas deberían formar parte de tu rutina diaria. Aparta un tiempo cada día que dediques a tu relación con el Señor para conocerlo mejor (Salmo 1:2).
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No esperes encontrar la respuesta de Dios a tus preguntas abriendo al azar tu Biblia y leyendo un versículo. Eso es confiar en la suerte, no en la voz de Dios. Busca una relación íntima con Dios, y el Espíritu de la Verdad te guiará (Juan 16:13; Salmo 32:8).
16. No esperes que Dios te hable como tú quieres
Ten cuidado de reconocer las palabras de Dios, tanto si proceden de un suave susurro en tu mente como de otras fuentes, como el sermón de tu pastor, tu lectura diaria de la Biblia, el consejo de un mentor piadoso, etc. A veces la forma en que Dios habla nos toma por sorpresa, así que presta atención a Su voz.
17. No persigas la experiencia de oír la voz de Dios en ti mismo, sino búscalo
Durante el ministerio de Jesús en la tierra, mucha gente le siguió para conseguir algo de él, no por él (Juan 6:26). ¡No cometas el mismo error! Búscalo con un deseo sincero de conocerlo. Búscalo por lo que es, y oirás su voz, sea cual sea la forma que elija para hablarte (Proverbios 3:5-6).
18. Busca la presencia de Dios para escucharle mejor
En nuestra caótica vida diaria, a veces nos resulta difícil escuchar la pequeña y tranquila voz de Dios. Lo más difícil es buscar a Dios primero en nuestras vidas (Mateo 6:33). Si hacemos de Él nuestra prioridad y nos centramos en pasar tiempo con Él, nuestros oídos espirituales podrán escucharle mucho mejor.
19. No asumas que Dios está callado sólo porque no ha hablado como esperabas
Por ejemplo, puede que esperaras que Él te hablara con una voz audible, pero Dios te habló a través del sermón de tu pastor. Pero no te has enterado porque no estabas prestando atención. Esto no significa que el Señor esté callado, sino que estabas distraído por tus problemas, tus tareas pendientes u otras pequeñas cosas. Así que presta atención. Tal vez no sea silencioso en absoluto.
20. Reconoce el silencio de Dios y sigue buscándolo
A veces, Dios es realmente silencioso. Tal vez todavía no sea el momento de darte una respuesta. O tal vez Él está hablando, pero tú no puedes oírle. Independientemente de que Dios esté realmente callado (Mateo 27:46) o de que seas tú el que no está escuchando bien, eso es justo lo que tienes que hacer: seguir buscándole (Lucas 18:1-8; 1 Crónicas 16:11).
21. Escucha la voz de Dios en tus circunstancias
A veces nos centramos demasiado en nuestras situaciones, y decimos que Dios está callado porque no le oímos. Sin embargo, debemos aprender a notar Su voz a través de lo que Él está haciendo en nuestras vidas. A veces nuestras oraciones se responden a través de los acontecimientos y no de las palabras (Hechos 16:6-7).
22. Cuando Dios te hable, debes responderle
La historia de Samuel (1 Samuel 3) nos recuerda que cuando Dios habla, quiere una respuesta por nuestra parte. Por eso es bueno encontrar la manera de poner en práctica las palabras de Dios. Quiere cambiarnos, no sólo hablarnos.
23. Cuando Dios te habla, debes obedecer
Si se trata de un imperativo del Nuevo Testamento dirigido a todos los cristianos, hazlo. Si es del Antiguo Testamento, consulta con el pastor de tu iglesia o con el profesor de la Biblia para ver si todavía se aplica a nosotros (Lucas 11:28; Juan 14:15).
24. Comparte lo que has escuchado de Dios con los demás
Puedes compartir tus conversaciones con Dios con un compañero de oración, con tu pastor y, si está de acuerdo, con tu iglesia. Escuchar los testimonios de que Dios responde a las oraciones también fortalece la fe de la comunidad (Salmo 66:16).
25. Da gracias a Jesucristo, el Hijo amado de Dios, que nos ha permitido escuchar al Padre
Cristo Jesús es la Palabra viva de Dios (Juan 1:1,14). Él es la respuesta a nuestra oración más urgente: la oración por el perdón de nuestros pecados para que podamos tener acceso a Dios. La buena noticia es que, mediante la sangre de Jesús, esto está a nuestro alcance, por la gracia de Dios y mediante la fe en Él (Efesios 2:8-9).
La verdad importante es que Dios nos ha hablado a todos a través de Su Hijo y de las Escrituras. Agradece que, gracias a Jesús, a ti también se te ha dado acceso al Padre y un corazón que escucha a través de la presencia del Espíritu Santo en tu interior.
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El objetivo de Dios para nuestras vidas no es sólo tener vida eterna y disfrutar de la paz de Dios, sino también tener una relación con Él ahora mismo. Nuestro Buen Padre quiere que disfrutemos de Su amor constante y que tengamos conversaciones continuas con Él a través de la oración y la Biblia. Por tanto, debemos tomar nuestra propia iniciativa y buscarle con todo nuestro corazón.
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