21 Lecciones Matrimoniales De La Biblia

La Biblia es la guía perfecta para saber cómo debemos vivir nuestra vida, y no más que en el ámbito del matrimonio. He aquí 21 lecciones que podemos aprender de las Escrituras y que nos muestran cómo configurar nuestras relaciones matrimoniales según la voluntad de Dios para nosotros.

Lecciones Matrimoniales De La Biblia

Índice
  1. #1. El matrimonio es el comienzo de una nueva familia
  2. #2. Los matrimonios nunca deben romperse
  3. #3. Dios debe estar en el centro de todos los matrimonios que quieran tener éxito
  4. #4. Debemos estar siempre en guardia contra la tentación.
  5. #5. Acude a Dios cuando no tengas todas las respuestas
  6. #6. El matrimonio es una relación mutua
  7. #7. Estamos destinados a disfrutar de nuestros matrimonios
  8. #8. Los cónyuges no deben privarse mutuamente
  9. #9. Una aventura puede no ser siempre física
  10. #10. No apartes los ojos de Dios cuando estéis juntos
  11. #11. El amor perdura para siempre
  12. #12. Vivir y predicar la Palabra de Dios es primordial
  13. #13. Recuerda que Dios dirige tu matrimonio
  14. #14. Valora a tu cónyuge por encima de todo en esta vida
  15. #15. Mantén la mente de Cristo
  16. #16. Guárdate sólo para tu marido
  17. #17. Besa a tu cónyuge y demuéstrale tu mejor amor
  18. #18 Avanzar juntos en amor y paz
  19. #19. Sé amoroso y fiel en todas las cosas
  20. #20. No dejes que la ira gobierne en tus relaciones
  21. #21. El amor es desinteresado y benévolo; no busca obtener lo que quiere

#1. El matrimonio es el comienzo de una nueva familia

Génesis 2:24 dice: "Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne".

La frase "dejar y unirse" puede tener muchos significados diferentes, pero básicamente significa que se crea una nueva unidad familiar. Nuestros votos matrimoniales se refieren a una separación indeleble de nuestra vida pasada y a avanzar juntos como una nueva familia. Pero aún más profundamente, habla de la unificación entre dos individuos dentro del plan divinamente inspirado y aprobado para el matrimonio.

#2. Los matrimonios nunca deben romperse

Mateo 19:6 dice: "Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre".

Jesús da muy pocas excepciones a la regla general de que los matrimonios no deben separarse nunca. Desde la expresión física hasta la dependencia emocional, hay muchas formas en las que el matrimonio une estrechamente a dos corazones. Además, el matrimonio es una bendición de Dios que no debe dejarse de lado; la humanidad no debe pretender separar lo que Dios ha bendecido para estar juntos.

Mira También11 Maneras De Ser Fuerte Y Valiente11 Maneras De Ser Fuerte Y Valiente

#3. Dios debe estar en el centro de todos los matrimonios que quieran tener éxito

El Salmo 127:1 dice: "Si el Señor no construye la casa, los que la construyen trabajan en vano. Si Yahveh no vigila la ciudad, el vigilante permanece despierto en vano."

Cuando construimos los cimientos de nuestra vida sobre cualquier cosa que no sea la Palabra de Dios, nunca durará. Debe ser nuestra única guía y dirección para vivir, y su protección siempre será suficiente para mantenernos a salvo. Deberíamos ver siempre nuestros matrimonios a través de la lente de las Escrituras, y buscar a Dios para que nos guíe y nos consuele mientras pasamos por la vida con nuestros cónyuges.

#4. Debemos estar siempre en guardia contra la tentación.

Mateo 26:41 dice: "Velad y rezad para que no entréis en tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil".

Jesús dirigió estas palabras a sus discípulos la noche antes de ser detenido y crucificado, pero el mandato se aplica a nosotros hoy. La reacción de nuestro corazón puede ser centrarse en las cosas de Dios, pero nuestros pensamientos y acciones pueden volver a caer en los caminos del pecado si no estamos atentos. Debemos esforzarnos siempre por dirigir nuestra atención a Dios de forma proactiva, y cuando seamos tentados, debemos pedir a Dios fuerza para resistirla y una forma de escapar.

#5. Acude a Dios cuando no tengas todas las respuestas

Santiago 1:5 dice: "Si a alguno de vosotros le falta sabiduría, que se la pida a Dios, que da generosamente a todos sin reproche, y le será dada".

Ningún matrimonio es perfecto, y nadie tendrá la solución para cada problema o discusión. Cuando las parejas entran en estas épocas de conflicto, deben acercarse a Dios con la confianza de que Él les dará las respuestas que buscan. Apelar a Dios es siempre la mejor opción cuando nuestro propio conocimiento y experiencia pueden llevarnos por el mal camino.

Mira También11 Maneras De Amar Al Prójimo Como A Uno Mismo11 Maneras De Amar Al Prójimo Como A Uno Mismo

#6. El matrimonio es una relación mutua

Colosenses 3:18-19 dice: "Esposas, someteos a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis duros con ellas. ".

El señorío del marido se predica claramente en las Escrituras, pero es crucial entender este señorío en el contexto de la sumisión mutua. Esto significa que nunca debemos ejercer un poder o un dominio indebidos sobre nuestros cónyuges, sino que debemos tratar de edificarnos mutuamente. Muchos otros pasajes profundizan en este punto, pero debemos recordar siempre que debemos servirnos mutuamente en nuestros matrimonios.

#7. Estamos destinados a disfrutar de nuestros matrimonios

Eclesiastés 9:9 dice: "Disfruta de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida vana que te ha dado bajo el sol, porque ésa es tu parte en la vida y en el trabajo que haces bajo el sol".

El matrimonio se nos ha dado como una bendición de Dios, por lo que debemos estar agradecidos por su provisión y disfrutarla. Puede aportarnos una medida adicional de alegría más allá de nuestra relación con Dios, pues nuestra relación matrimonial debería ser la relación humana más estrecha que tenemos, y por tanto nuestra mayor fuente de alegría terrenal.

#8. Los cónyuges no deben privarse mutuamente

1 Corintios 7:3-4 dice: "El marido debe devolver a su mujer sus derechos conyugales, y de la misma manera la mujer a su marido. Porque la mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, pero el marido sí. Asimismo, el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, pero la mujer sí."

Puede haber razones para no intimar con los demás -Pablo pone como ejemplo concreto los momentos de oración dedicados-, pero debemos estar abiertos y ser cariñosos con los demás en todo momento. Ampliando el concepto de sumisión mutua, también deberíamos someternos a una entrega mutua de todo nuestro ser a la otra persona.

Mira También10 Maneras De Glorificar A Dios En La Vida Cotidiana10 Maneras De Glorificar A Dios En La Vida Cotidiana

#9. Una aventura puede no ser siempre física

Mateo 5:27-28 dice: "Habéis oído que se dijo: 'No cometerás adulterio'. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. ".

La lujuria puede causar daños y perjuicios importantes a los matrimonios. Aunque un cónyuge no se desvíe físicamente, puede ser infiel con su mente o sus emociones. Según Jesús, este asunto del corazón es igual de pecaminoso, y Dios no lo tolerará en una relación matrimonial.

#10. No apartes los ojos de Dios cuando estéis juntos

1 Reyes 11:4 dice: "Porque cuando Salomón envejeció, sus mujeres desviaron su corazón hacia otros dioses, y su corazón no fue del todo fiel al Señor, su Dios, como lo fue el de su padre David".

El peligro inherente a cualquier pareja que no esté compuesta por dos creyentes es que el cristiano puede ser desviado por el cónyuge incrédulo. El Nuevo Testamento también advierte de ello, pero ofrece oportunidades para que el creyente dé testimonio a su cónyuge y lo lleve a Cristo. Sin embargo, es muy importante que ambos cónyuges se centren en Dios a lo largo de su matrimonio, pues de lo contrario podrían alejarse de Dios.

#11. El amor perdura para siempre

1 Corintios 13:7 dice: "El amor todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".

Nadie es perfecto; todos cometeremos errores o no cumpliremos las expectativas. La clave es levantarse, tomar la mano de tu cónyuge y amarlo a pesar de todo. Cuando ambos estáis unidos, con Dios como fuerza y consuelo, podéis resistir cualquier cosa y capear cualquier tormenta que se os presente.

Mira TambiénCómo Saber Cuándo Dios dice No o EsperaCómo Saber Cuándo Dios dice No o Espera

#12. Vivir y predicar la Palabra de Dios es primordial

Malaquías 2:6 dice: "La verdadera instrucción estaba en su boca, y nada falso se encontró en sus labios. Caminó conmigo en paz y justicia, y apartó a muchos de la iniquidad".

Adorar juntos como pareja es vital para hacer crecer tu camino de fe individual, así como la fe de tu familia. Cuando os enseñáis los unos a los otros a partir de la Palabra de Dios, inevitablemente se contagia a los demás. También puede ayudarte a mantener un estilo de vida que honre a Dios fuera de las actividades de la iglesia.

#13. Recuerda que Dios dirige tu matrimonio

Deuteronomio 31:8 dice: "Es el Señor quien va delante de ti. Él estará con vosotros, no os dejará ni os abandonará. No temas ni te desanimes".

Dios se adelantó a la nación de Israel para prepararle la Tierra Prometida. Se adelantó a los apóstoles para preparar sus campos de misión cuando partieron. Él preparará vuestras vidas y vuestro camino para el matrimonio si permanecéis fieles y sin miedo ante la adversidad. Cuando recuerdas que Dios está a tu favor, sabes que la batalla más dura contra el pecado ya está ganada.

#14. Valora a tu cónyuge por encima de todo en esta vida

Proverbios 31:10 dice: "¿Quién puede encontrar una esposa excelente? Es mucho más valiosa que las joyas".

Proverbios 31 se presenta a menudo como un modelo de esposa cristiana. La lección aquí empieza por valorar mucho a tu mujer y reconocer el tesoro que representa. Tanto el marido como la mujer deben reconocerlo y dar gracias a Dios por haberles bendecido con una pareja y una ayuda a lo largo de su vida. Hagan lo que hagan, agradece lo que son.

Mira También10 Formas En Que Dios Nos Habla10 Formas En Que Dios Nos Habla

#15. Mantén la mente de Cristo

Filipenses 2:5 dice: "Tened entre vosotros esta mentalidad, que es la vuestra en Cristo Jesús".

Este es un buen consejo para cualquier persona en cualquier etapa de la fe, pero especialmente importante en un matrimonio. Jesús tenía la mente y el corazón de un siervo, y nunca buscó su propio bien, sino el bien de los que le rodeaban en la voluntad del Padre. Deberíamos abordar nuestros matrimonios con el mismo celo para hacer el bien a los demás.

#16. Guárdate sólo para tu marido

Job 31:1 dice: "He hecho un pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, voy a mirar a una virgen?".

El matrimonio es un pacto: una promesa solemne de reservarte sólo para tu cónyuge. Eso significa que buscar la siguiente cosa mejor está completamente descartado. Si te tomas en serio el compromiso de un matrimonio fiel, tienes que desechar cualquier tentación que se te presente.

#17. Besa a tu cónyuge y demuéstrale tu mejor amor

Cantar de los Cantares 8:3 dice: "¡Su mano izquierda está bajo mi cabeza, y su mano derecha me besa!".

El matrimonio es una causa de felicidad total y de dicha. Besa a tu cónyuge, abrázale y demuéstrale tu afecto. Es sano y amoroso, y es una expresión de la felicidad que sientes en tu corazón. Cuando estás enamorado, suele ser lo más fácil demostrar tu amor a tu pareja.

#18 Avanzar juntos en amor y paz

Efesios 4:2-3 dice: "Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportando los unos a los otros con amor, procurando mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz".

La humildad, la dulzura y la paciencia son tres claves para el éxito de cualquier relación. En un matrimonio, la humildad, que es no buscar tu propio camino, la mansedumbre, que es perdonar y soportar a tu cónyuge, y la paciencia, cuando tu propio orgullo se interponga, forjarán lazos inquebrantables de amor y paz en tu matrimonio. Estos son elementos importantes para una relación duradera.

#19. Sé amoroso y fiel en todas las cosas

Proverbios 3:3 dice: "Que el amor firme y la fidelidad no te abandonen; átalos a tu cuello, escríbelos en la tabla de tu corazón".

Los hebreos tenían instrucciones de colocar la Palabra de Dios en sus puertas y portales, e incluso la tradición dictaba que mantuvieran pequeños pergaminos atados a la frente y a las muñecas. Aunque hoy no se nos exige que hagamos lo mismo, es fundamental que mantengas la Palabra de Dios cerca de ti para que toda tu vida se guíe por sus preceptos y estatutos.

#20. No dejes que la ira gobierne en tus relaciones

Santiago 1:19-20 dice: "Sabed esto, mis amados hermanos: que todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar, lento para la ira; porque la ira del hombre no produce la justicia de Dios".

La ira puede causar muchos problemas en un matrimonio: discusiones acaloradas, sentimientos heridos, incluso la separación si no se controla la ira. En primer lugar, debemos escuchar en lugar de hablar, lo que garantiza que ambas partes sean escuchadas y que nadie quede excluido. Recuerda que la ira no es la forma de imitar a Cristo. Más bien, debemos abrir nuestros corazones con amor y perdón, incluso en los momentos más calurosos.

#21. El amor es desinteresado y benévolo; no busca obtener lo que quiere

1 Corintios 13:4-5 dice: "El amor es paciente y bondadoso; el amor no es envidioso ni jactancioso; no es arrogante ni grosero. No insiste en conseguir lo que quiere; no es irritable ni resentida."

Este capítulo de la carta de Pablo a los Corintios se lee en muchas bodas, y es un buen ejemplo de cómo debemos comportarnos en una relación matrimonial. Debemos ser pacientes y amables con nuestros cónyuges, y no estar celosos de ellos ni presumir demasiado de nuestros propios logros. Debemos ser deferentes y perdonadores, mostrando amor en todas las cosas y construyendo ese sólido fundamento sobre las cosas de Dios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tu puntuación: Útil

Subir