Santiago 1:27 Significado De Cuidar A Los Huérfanos Y A Las Viudas

Santiago 1:27 dice:
"La religión que Dios, nuestro Padre, acepta como pura y sin mancha es ésta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su desgracia y no dejarse contaminar por el mundo".

Explicación y comentario de Santiago 1:27

Se trata de una instrucción muy específica sobre cómo ser un seguidor de Jesús, o en otras palabras, cómo ser "religioso". Hoy en día, la palabra religión se utiliza a veces de forma negativa para describir a una persona que hace hipócritamente las obras de la religión, pero que no vive en obediencia a Dios. Puede que practiquen una forma de bondad, pero que ignoren áreas clave, como el orgullo y la avaricia.

Pero aquí Santiago utiliza la palabra como sinónimo de creencia. Si se quiere ser 'religioso de una manera que el Padre acepte, hay que cuidar a los que necesitan ayuda y no pueden ayudarse a sí mismos, y hay que rehuir los caminos del mundo que contaminan el alma. Una parte de esto es muy específica, el cuidado de los verdaderamente necesitados. La otra parte, la de evitar la contaminación del mundo, es más general, y se necesitaría el resto de la Biblia para detallar todas las formas en que esto es posible.

Es interesante observar que, en el versículo que precede a éste, Santiago se pronuncia sobre los que dicen tener fe en Dios, pero no controlan su lengua. Tal vez ésta sea la razón de la advertencia de evitar la contaminación del mundo. Jesús dijo que un hombre se contamina por lo que sale de su boca, porque muestra lo que hay en su corazón (Mateo 15:11).

Desglose de las partes clave de Santiago 1:27

1 "Una religión que nuestro Padre acepta como pura y sin mancha..."
Dios no busca una muestra externa de piedad que no vaya acompañada de un estado interno de devoción pura y sin mácula. Esto no significa que un cristiano deba ser perfecto, sino que debe amar y seguir a Dios sinceramente. Deben temerle con razón y procurar obedecerle según su justicia.

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#2 "...es esto: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su aflicción...".
No hay ningún cristiano que no tenga que ocuparse de los pobres. En la Palabra, Dios distingue entre los pobres que pueden trabajar o ser atendidos por sus familias (2 Ts 3,10; 1 Tm 5,3), y los pobres desamparados.

En las sociedades bíblicas, y quizá también hoy, los huérfanos y las viudas eran los más propensos a entrar en esta categoría. El plan de Dios para ellos era la Iglesia. La Iglesia debería avergonzarse de confiar esta labor al gobierno, que debe robar el dinero de los ciudadanos para distribuirlo ineficientemente entre los pobres.

3 "...y para evitar que nos contaminemos con el mundo".
El mundo y sus caminos caen bajo el dominio de las tinieblas dirigidas por el maligno (Jn 14,30). Los cristianos están llamados a estar en el mundo, pero no a ser de él. Una vez que nos permitimos ser "del" mundo, nos arriesgamos a tener un corazón contaminado.

Esto afectará a nuestra visión del mundo de tal manera que ya no podremos distinguirnos del mundo por nuestra bondad y pureza. Si el mundo no puede acudir a la Iglesia para ver cómo es Dios, entonces no habrá esperanza de que nadie se salve.

Estudio bíblico sobre Santiago 1:27

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