Mateo 5:32: Significado De “La Hace Víctima De Adulterio”

Mateo 5:32 es uno de los versículos más controvertidos y difíciles de interpretar de la Biblia, especialmente en lo que se refiere al tema del divorcio y el adulterio. En este artículo, vamos a analizar el significado de la frase “la hace víctima de adulterio” con base bíblica, y a ver cómo podemos aplicar este versículo a nuestra vida cristiana.

El contexto de Mateo 5:32

Mateo 5:32 forma parte del llamado “sermón del monte”, donde Jesús enseña a sus discípulos los principios del reino de Dios y cómo deben vivir como sus seguidores. En este capítulo, Jesús contrasta la ley mosaica con su enseñanza, mostrando que él no vino a abolir la ley sino a cumplirla y a llevarla a su plenitud (Mateo 5:17-20).

En el versículo 31, Jesús cita la ley que permitía al hombre divorciarse de su esposa si encontraba en ella “algo indecente” (Deuteronomio 24:1). Esta ley tenía como propósito proteger a la mujer de ser repudiada arbitrariamente por su esposo, y darle la posibilidad de casarse con otro hombre que la amara y la cuidara.

Sin embargo, muchos judíos habían abusado de esta ley, interpretando “algo indecente” de manera muy amplia y divorciándose por cualquier motivo trivial o caprichoso. En el versículo 32, Jesús corrige esta distorsión y establece el verdadero propósito y significado del matrimonio. Él dice:

“Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, la hace víctima de adulterio; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio” (Mateo 5:32).

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El significado de “la hace víctima de adulterio”

La frase “la hace víctima de adulterio” ha sido traducida e interpretada de diferentes maneras por los estudiosos bíblicos. Algunas posibles traducciones son:

• La expone al adulterio
• La hace cometer adulterio
• La hace parecer adúltera
• La hace sufrir por causa del adulterio

Todas estas traducciones tienen algo de verdad, pero ninguna captura completamente el sentido original del griego. La palabra griega que se traduce como “víctima” es poieō, que significa literalmente “hacer”, “producir” o “causar”. La palabra griega que se traduce como “adulterio” es moicheia, que significa literalmente “relación sexual ilícita”. Por lo tanto, una traducción más literal sería:

“la hace tener una relación sexual ilícita”.

¿Qué quiere decir Jesús con esto? ¿Acaso implica que la mujer divorciada tiene que cometer adulterio necesariamente? ¿O que el hombre divorciado la obliga a cometer adulterio? ¿O que la mujer divorciada es culpable de adulterio aunque no tenga relaciones sexuales con otro hombre? Para entender mejor lo que Jesús quiere decir, tenemos que tener en cuenta dos aspectos importantes:

• El aspecto legal: Jesús está hablando desde el punto de vista de la ley judía, que consideraba al matrimonio como un pacto sagrado e indisoluble entre un hombre y una mujer. Según esta ley, el único motivo válido para romper este pacto era la infidelidad sexual (fornicación) de uno de los cónyuges. Si el hombre se divorciaba de su esposa por cualquier otro motivo, él estaba rompiendo el pacto sin justificación y dejando a su esposa en una situación legalmente ambigua. Ella ya no era su esposa, pero tampoco era libre para casarse con otro hombre, porque eso implicaría cometer adulterio contra su primer esposo. Por lo tanto, el hombre divorciado la hacía tener una relación sexual ilícita en el sentido legal, porque la privaba de su legítimo derecho al matrimonio y la exponía a ser considerada adúltera si se casaba con otro hombre.
• El aspecto moral: Jesús está hablando desde el punto de vista de la voluntad de Dios, que creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, y los unió en una sola carne (Génesis 1:27; 2:24). Según este punto de vista, el matrimonio es una unión espiritual, emocional y física entre un hombre y una mujer, que refleja el amor y la fidelidad de Dios. Si el hombre se divorciaba de su esposa por cualquier motivo, él estaba rompiendo la unión que Dios había establecido y dañando la imagen de Dios en él y en ella. Él estaba actuando con dureza de corazón, con egoísmo y con infidelidad, y estaba causando un gran sufrimiento a su esposa. Por lo tanto, el hombre divorciado la hacía tener una relación sexual ilícita en el sentido moral, porque la hería profundamente en su dignidad, en su identidad y en su relación con Dios y con los demás.

La aplicación de Mateo 5:32 a nuestra vida cristiana

Mateo 5:32 nos enseña varias lecciones importantes para nuestra vida cristiana:

• Debemos valorar el matrimonio como una institución divina y sagrada, que refleja el amor y la fidelidad de Dios. Debemos respetar y honrar a nuestro cónyuge como a nosotros mismos, y buscar su bienestar y su santidad. Debemos evitar todo lo que pueda dañar o destruir nuestra unión matrimonial, como la infidelidad, la violencia, el abuso, la mentira, el egoísmo o la indiferencia.
• Es necesario ser fieles a nuestro cónyuge en todo momento, tanto en lo físico como en lo emocional. Debemos guardar nuestros ojos, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos para nuestro cónyuge, y no dejarnos seducir por las tentaciones del mundo. También debemos cultivar nuestra intimidad y nuestra comunicación con nuestro cónyuge, y no permitir que nada ni nadie nos separe.
• Debemos ser compasivos y misericordiosos con las personas que han sufrido o causado un divorcio. Debemos reconocer que el divorcio es una realidad dolorosa y compleja, que afecta a muchas personas inocentes. Es necesario acoger, acompañar y ayudar a las personas que han pasado por un divorcio, sin juzgarlas ni condenarlas. También debemos mostrarles el amor y la gracia de Dios, que puede sanar sus heridas, restaurar sus vidas y darles una nueva esperanza.

Conclusión

Mateo 5:32 nos revela el alto valor que Dios le da al matrimonio, y el gran daño que causa el divorcio. Nos llama a vivir nuestro matrimonio como un pacto sagrado e indisoluble entre un hombre y una mujer, que refleja el amor y la fidelidad de Dios. Nos invita a ser fieles a nuestro cónyuge en todo momento, y a ser compasivos con los que han sufrido o causado un divorcio. Nos recuerda que Dios es el autor y el restaurador del matrimonio, y que podemos confiar en él para vivir nuestro matrimonio según su voluntad.

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