Levítico 19:18 Significado De Ama A Tu Prójimo Como A Ti Mismo

Levítico 19:18 dice: "No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo: Yo soy el Señor".

Explicación y comentario de Levítico 19:18

En contra de lo que puedan decir los críticos incrédulos del cristianismo, el carácter de Dios es coherente en las Escrituras de principio a fin. Su deseo aquí, en el Levítico, un libro odiado por el mundo incrédulo, es que los hombres y las mujeres amen a su prójimo como a sí mismos.

Jesús no inventó este concepto en el siglo I, pero siempre fue el corazón de Dios para la humanidad. Aquí, Dios se centra en la actitud del judío hacia su compañero judío, su "propio pueblo", pero sabemos que Dios quiere que tratemos a todas las personas de la misma manera. Guardar rencor es un desastre para el propio corazón y el alma. Los hombres y las mujeres no están hechos para cargar con ese tipo de odio sin que nos mate por dentro.

Dios, que es perfecto y misericordioso, será quien corrija los errores contra nosotros. No es que nosotros, como agentes suyos, no estemos llamados a exigir justicia como autoridades investidas de Dios, como cuando el Estado lleva a cabo el imperio de la ley de forma justa y equitativa, pero guardar rencor es aferrarse al odio, y Dios no lo tendrá en su pueblo.

Por el contrario, debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Algunos dirán: "Pero yo me odio a mí mismo". Por el contrario, uno no puede odiarse a sí mismo si no se ama de verdad lo suficiente como para preocuparse de odiar. Todo el mundo se ama a sí mismo, pero la mayoría, sobre todo al margen de Dios, tiene una relación disfuncional consigo mismo.

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Sin embargo, estamos llamados a amar a los demás. El amor, especialmente hacia los que nos han hecho daño, nos libera de la agonía del odio y la ira y los entrega a la justicia de Dios.

Explicando las partes clave de Levítico 19:18

#1 "No te vengarás..."
Cuando nos hacen daño, no debemos vengarnos de nuestro agresor. Puede que sea necesario hacer justicia involucrando al agente de Dios, el Estado, pero debemos estar libres del trabajo de la venganza.

#2 "...ni guardar rencor..."
La preocupación de Dios nunca se centra simplemente en nuestras acciones, sino también en nuestros corazones. Jesús lo dejó muy claro en sus enseñanzas, especialmente en el Sermón de la Montaña (Mt 5-7). Debemos soltar nuestra ira y entregársela a Dios.

#3 "...contra los hijos de tu propio pueblo,"
Para nosotros, esto significa contra nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia, pero Jesús incluso amplió el significado de nuestro "propio pueblo" para incluir a todos los humanos.

#4 "pero amarás a tu prójimo como a ti mismo:"
La ausencia de rencores y odios no será indiferencia, sino amor. Esta es una manera poderosa y semejante a la de Cristo de vivir y ser.

#5 "Yo soy el Señor".
Para concretar estas palabras, Dios nos recuerda quién hace este mandato, y por qué tiene autoridad para hacerlo y para esperar que lo obedezcamos. No necesitamos ninguna otra explicación.

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