El Sermón Del Monte. Explicación 7 Y Enseñanzas

El Sermón del Monte es uno de los textos más importantes en el cristianismo y es considerado por muchos como la base de la ética cristiana. Fue pronunciado por Jesús en una colina cerca del Mar de Galilea y registrado en el Evangelio de Mateo en los capítulos 5, 6 y 7. En este artículo, vamos a profundizar en las enseñanzas de este sermón y su relevancia para la vida cristiana hoy en día.

El llamado a la humildad y la pobreza de espíritu

El Sermón del Monte comienza con las bienaventuranzas, que son una serie de declaraciones que comienzan con "Bienaventurados los..." y terminan con una promesa de bendición.

En estas bienaventuranzas, Jesús enfatiza la importancia de la humildad y la pobreza de espíritu:

"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mateo 5:3).

La pobreza de espíritu no significa necesariamente ser pobre materialmente, sino reconocer nuestra necesidad de Dios y depender de Él en todo momento. Esto significa renunciar a nuestro orgullo y nuestras propias fuerzas y confiar completamente en Dios.

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La humildad también significa reconocer que no somos mejores que los demás y tratar a todos con respeto y amor. Jesús enfatiza la importancia de la humildad y la pobreza de espíritu a lo largo de todo el sermón, recordándonos que la verdadera grandeza viene de servir a los demás y no de buscar la fama y la fortuna.

La importancia de la justicia y la misericordia

Otro tema importante en el Sermón del Monte es la justicia y la misericordia. Jesús dice:

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mateo 5:6-7).

La justicia es la virtud que nos lleva a hacer lo correcto y actuar con integridad, mientras que la misericordia es la compasión y el perdón hacia los demás. Jesús nos recuerda que no podemos separar la justicia de la misericordia, sino que ambas son necesarias para vivir una vida plena y significativa. Jesús también enfatiza la importancia de perdonar a los demás, incluso si nos han hecho daño:

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" (Mateo 6:14-15).

El llamado a la pureza de corazón

Jesús también habla de la importancia de la pureza de corazón en el Sermón del Monte. Él dice:

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"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5:8)

La pureza de corazón no solo significa evitar la impureza sexual, sino también tener una actitud pura y honesta en todas las áreas de nuestra vida. Significa no tener intenciones ocultas, no buscar el beneficio propio a expensas de los demás y no engañar a los demás.

Jesús nos recuerda que Dios no solo se preocupa por nuestras acciones externas, sino también por el estado de nuestro corazón. La pureza de corazón también implica mantener una mente pura y evitar las cosas que pueden corromper nuestra mente y nuestro espíritu. Jesús dice:

"Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (Mateo 5:28).

Esto nos quiere decir que, no solo debemos evitar cometer adulterio físicamente, sino también evitar pensar en ello y desearlo.

La enseñanza sobre el amor y el perdón

El amor y el perdón son temas fundamentales en el Sermón del Monte. Jesús nos recuerda que amar a nuestros enemigos y perdonar a los que nos han hecho mal es la clave para vivir en paz y armonía. Él dice:

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"Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5:43-44).

Perdonar a los demás es una forma de liberarnos del dolor y la amargura que pueden estar dañando nuestra vida interior. Jesús nos recuerda que, si queremos ser perdonados por Dios, también debemos perdonar a los demás. Él dice:

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial" (Mateo 6:14).

El amor y el perdón también nos llevan a mostrar compasión y empatía hacia los demás. Jesús nos recuerda que debemos tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. En mateo 7:12 nos dice lo siguiente:

"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos".

La enseñanza sobre la oración y el ayuno

Jesús nos recuerda que la oración es una forma de conectarnos con Dios y buscar su voluntad para nuestras vidas. Él nos enseña una oración modelo, conocida como el Padre Nuestro, que nos recuerda la importancia de reconocer a Dios como nuestro Padre y buscar su voluntad. El ayuno es otra práctica importante que Jesús enseña en el Sermón del Monte. Jesús nos dice:

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"Cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas, austeros y tristes, que demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará en público" (Mateo 6:16-18).

El ayuno no se trata solo de privarse de alimentos, sino de buscar la voluntad de Dios y someterse a él en todo momento. Nos ayuda a concentrarnos en las cosas espirituales y a renunciar a las cosas mundanas que nos distraen.

La enseñanza sobre el dinero y las posesiones

Jesús nos dice que no debemos depender de las riquezas de este mundo, sino confiar en Dios para proveer nuestras necesidades:

"Por tanto, os digo que no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?" (Mateo 6:25-26).

Jesús también nos recuerda que no podemos servir a Dios y al dinero al mismo tiempo:

"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mateo 6:24).

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En lugar de preocuparnos por acumular riquezas, nuestro salvador nos llama a buscar el reino de Dios y su justicia primero. Él dice:

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33).

La enseñanza sobre la hipocresía y la humildad en el sermón del monte

Finalmente, el Sermón del Monte también nos enseña sobre la hipocresía y la humildad. Nuestro salvador nos dice que no debemos hacer nuestras buenas obras en público para ser vistos por los demás, sino hacerlas en secreto para ser vistos por Dios:

"Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 6:1).

La humildad también es un tema importante en el Sermón del Monte. Jesús nos recuerda que no debemos pensar que somos mejores que los demás, sino servirles humildemente:

"Por tanto, cualquiera que se humilla como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos" (Mateo 18:4).

Conclusión

El Sermón del Monte es una enseñanza profunda y transformadora de Jesús que nos recuerda la importancia de vivir de acuerdo con los principios del reino de Dios. Nos llama a vivir una vida de amor, perdón, humildad y pureza de corazón, confiando en Dios para proveer todas nuestras necesidades. Jesús nos insta a buscar su reino y su justicia primero, en lugar de buscar las riquezas y las cosas mundanas.

Se trata de una enseñanza desafiante y radical que nos llama a vivir de manera diferente a la cultura y las normas del mundo. Nos exhorta a amar a nuestros enemigos, orar por aquellos que nos persiguen, perdonar a aquellos que nos han ofendido, ser humildes y servir a los demás.

El Sermón del Monte es una enseñanza fundamental para todos los cristianos, ya que nos desafía a ser diferentes y a vivir una vida de amor, humildad, perdón y pureza de corazón. Si seguimos los principios del Sermón del Monte, seremos verdaderamente bendecidos y tendremos una vida abundante en Cristo.