Dios Nos Ama Incondicionalmente Y Nos Perdona Nuestros Pecados
Dios nos ama incondicionalmente, el amor de Dios es el fundamento de nuestra fe y la razón de nuestra esperanza. Se trata del atributo más sublime, más profundo y más hermoso de su naturaleza. El amor de Dios es el motivo, el medio y el fin de su obra redentora en Cristo. Estamos hablando de la fuente, la norma y el objetivo de nuestro amor a él y a los demás.
¿Qué es el amor de Dios?
El amor de Dios es el sentimiento o la actitud de benevolencia, de complacencia y de entrega que él tiene hacia sus criaturas, especialmente hacia los seres humanos. El amor de Dios no es una emoción pasajera o caprichosa, sino una disposición constante y voluntaria. Se trata de una reacción a lo que hacemos o dejamos de hacer, sino una iniciativa que surge de su propio ser. El amor de Dios no es una obligación o un deber, sino una elección o un placer.
Este amor se caracteriza por tres cualidades: es incondicional, es sacrificial y es eterno. Es incondicional porque no depende de nuestro mérito o de nuestro comportamiento, sino que nos ama tal como somos, con nuestras virtudes y defectos, con nuestras luces y sombras.
Es sacrificial porque no escatima en dar lo mejor y lo más precioso que tiene, su propio Hijo Jesucristo, para salvarnos del pecado y de la muerte. Es eterno porque no cambia ni se agota con el tiempo, sino que nos ama desde antes de la fundación del mundo y hasta la consumación de los siglos.
¿Cómo nos muestra Dios su amor?
Dios nos muestra su amor de muchas maneras, pero la principal y la más clara es por medio de su Hijo Jesucristo. Jesucristo es la revelación perfecta, la encarnación plena y la manifestación suprema del amor de Dios. Jesucristo es el regalo más grande, la prueba más evidente y el fruto más dulce del amor de Dios.
Dios nos muestra su amor por medio de Jesucristo en tres aspectos: en su vida, en su muerte y en su resurrección. En su vida, Jesucristo nos mostró el amor de Dios al hacerse hombre como nosotros, al vivir entre nosotros y al enseñarnos la verdad, la bondad y la belleza de Dios.
En su muerte, Jesucristo nos mostró el amor de Dios al morir en la cruz por nuestros pecados, al pagar el precio de nuestra redención y al reconciliarnos con Dios. En su resurrección, Jesucristo nos mostró el amor de Dios al vencer a la muerte por nuestro bien, al garantizar nuestra justificación y al darnos la vida eterna.
¿Qué hace Dios con nuestros pecados?
Los pecados son las acciones, las palabras o los pensamientos que contradicen o violan la ley o la voluntad de Dios. Los pecados son ofensas a Dios, que hieren su santidad, que desafían su autoridad y que menosprecian su amor. Los pecados son daños a nosotros mismos, que afectan nuestra relación con Dios, que corrompen nuestra naturaleza y que traen consecuencias negativas.
Dios hace tres cosas con nuestros pecados: los perdona, los borra y los olvida. Los perdona porque tiene misericordia de nosotros, porque no quiere que perezcamos sino que nos arrepintamos y porque ha provisto el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz.
Los borra porque tiene poder sobre ellos, porque los ha clavado en la cruz junto con Cristo y porque los ha lavado con su sangre preciosa. Los olvida porque tiene gracia hacia nosotros, porque no nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras iniquidades y porque ha lanzado nuestros pecados al fondo del mar.
Conclusión
Dios nos ama incondicionalmente y nos perdona nuestros pecados. Él es el que tiene benevolencia, complacencia y entrega hacia nosotros. Él es el que nos muestra su amor por medio de su Hijo Jesucristo. En quien hace con nuestros pecados lo que nosotros no podemos hacer: los perdona, los borra y los olvida. Esta realidad debe llenarnos de gratitud, de alabanza y de adoración. También debe impulsarnos a amar a Dios y a los demás como él nos ha amado.
Mira TambiénEn Cristo Somos Una Nueva Creación, Las Cosas Viejas Han Pasado Y Todo Es Nuevo
Deja una respuesta